Cuatro años después... (J:30 / E: 31 / A: 3)
—¡Pequeña monstruo, ven aquí! — gritó el rizado con las prendas de su cachorra en mano mientras corría tras ella, ya que la pequeña se encontraba corriendo en pañales alrededor del primer piso.
Atenea era una alfa muy dulce, con aroma a menta y un tanto celosa cuando se trataba de sus padres. Era la perdición de Emilio y Joaquín, en donde estaba el alfa ahí estaba la pequeña siguiéndolo.
Tenía su cabello lleno de rizos y sus ojos eran oscuros al igual que los de su padre, era una mini Emilio, lo único que comprobaba que también era hija de Joaquín era su pequeña naricita de botón.
—¡Papi sálvame! — pidió entre risas mientras seguía corriendo parando de vez en cuando para sacarle la lengua al alfa mayor.
Joaquín miraba desde el marco de la cocina con una sonrisa.
—Ven aquí, cachorra— habló el omega con cariño estirando sus brazos hacia la pequeña, la cual rápidamente se tiró a los brazos de su papi.
—Creo que papá hizo mucho ejercicio hoy ¿no crees? — besó las mejillas de su pequeña.
El alfa le entregó la ropa a su omega e inmediatamente este se la puso.
—Muy bien, ahora vamos a la casa de Abu ¿sí? — dejó a la pequeña en el piso y luego dirigió su mirada hacia su alfa.
—¿Listo, alfa? — preguntó besando los labios del mayor mientras que las manos ajenas se posaban sobre su cintura.
—Listo, bonito— afirmó con una sonrisa.
—Yo tamben— se quejó estirando sus manitos para que el rizado la alzara.
—Beso, papi— pidió la pequeña apuntando su mejilla con su dedito índice.
El rizado hizo lo que su pequeña ordenó y luego la volvió a bajar en cuanto Kira apareció a su campo de vista.
Rápidamente la pequeña corrió hacia el animalito y lo estrujó entre sus brazos, era realmente un milagro que por mucho que la pequeña alfa la molestara, la gatita no le hacía nada.
—Gatito nindo— murmuró acariciando un tanto bruta a Kira.
Kira, era la cría de Canela, era igual que Canela, pero en versión pequeña.
La gatita del castaño había fallecido hace algunos años y realmente aun le dolía el hecho de que su gatita no estuviera con él.
—Amor, tenemos que ir donde Abu ¿recuerdas? No podemos llevar a Kira— habló estirando sus brazos para que le entregara al animal.
—No, quiero a Kira— hizo un puchero con su ceño fruncido.
Sin dejar reaccionar al castaño, la pequeña se levantó con la gata en brazos y entró a su habitación cerrando con seguro.
—¡Atenea Bondoni Marcos, abre la puerta! — ordenó el omega acercándose a la puerta cerrada.
—No
—Amor, hazle caso a papi ¿sí? — pidió amablemente el alfa recargándose en la pared.
La pequeña de rizos no respondió.
Emilio de un momento a otro comenzó a reír con el recuerdo de su omega haciendo un berrinche muy similar.
—Emilio, no te rías— tenía su ceño fruncido.
El rizado asintió quedándose en silencio, pero en cuanto una idea paso por su cabeza volvió a abrir la boca.
—Si sales, lo podemos conversar— dijo con un tono de voz suave.
—¿Lo prometes? — preguntó con un puchero y su manito libre en el pomo de la puerta.
—Lo prometo, cariño.
Sin mucho más la puerta fue abierta.
—Inteligente decisión, hermosa— la alzó en brazos haciendo que soltara al animal en cosa de segundos.
Kira rápidamente se alejó.
—No puedes volver a hacer eso, amor
—Alfa, quitaremos el seguro de esa puerta— comentó el castaño peinando los rizos de su pequeña.
—Ojalá hubieran quitado el de tu puerta también— rio al ver la cara de confusión de su omega.
—La personalidad y berrinches de la cachorra son idénticos a los tuyos de pequeño, ¿sabes quién hacia berrinches así y quien tenía que calmarlo? — preguntó con una ceja alzada.
Las mejillas del omega se colorearon mientras que una sonrisa avergonzada se asomaba.
—Perdón, abusaba de tu paciencia— habló recordando cuantas veces había sido un abusivo con la paciencia del mayor.
—Siempre te he amado demasiado, lo suficiente como para soportar tus berrinches de niño chiquito— se estiró para besar los labios del castaño, pero una manito se puso entremedio.
—No besos— sentenció la pequeña haciendo reír a sus progenitores.
—¿Por qué no, preciosa? — preguntó el mayor despeinando los rizos de la menor.
—¡Po' qué solo besos a Atinia! — chilló con una sonrisa.
—¿No importa que papi se ponga triste por no poder besar a su alfa? — preguntó haciendo un puchero.
—Besos a alfa si, pero a papi no— explicó haciendo señas con sus manitos.
—Es un buen trato, acepto— dijo para luego reír al conseguir un mohín por parte de su alfa.
Un extra más y doy por terminada esta historia. :(
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Sweet Love |Emiliaco|
FanfictionJoaquín un tierno y dulce omega. Emilio un alfa protector y cariñoso pero tan solo con su pequeño omega. Se conocen de toda la vida... y es algo obvio lo que pasaría después. Un simple amor dulce. . . . . . Todos los derechos/créditos de la historia...