ENCRUCIJADA

CAPÍTULO 22

En la habitación oscura, sólo podía escucharse los gemidos de ambos chicos, que estaban completamente entregados el uno al otro.
Mark entraba y salía lentamente del cuerpo de Gun, haciendo que esos movimientos fueran excitantes, pero a la vez tiernos y armoniosos. Podían sentir el amor perfecto que nacía nuevamente en ambos corazones.
-¿Te gusta así o más rápido, P'?-. Preguntó Mark mientras besaba el cuello de su chico.
-N... No, sigue así... lo quiero así...-
Mark escuchó la petición y continuó sus movimientos lentos y frágiles. Por su parte, Gun movía sus caderas para ir al encuentro con el pedazo de carne caliente de su novio.
Mark seguía besando y mordisqueando cada parte del cuerpo de Gun, mientras que sus manos acariciaban lentamente el miembro de este.
-Muérdelos-. Dijo Gun de repente.
-¿Eh?-.
-Ya sabes-.
-Lo olvidé... ahora recuerdo-.
Sacó su lengua y lamió el labio inferior del mayor y luego procedió a morderlo con suavidad.
Había recordado que esta acción le encantaba a Gun. Hacía que su deseo en la sangre aumentara.
-No... ya no puedo...-. Exclamó Gun ya llegando al límite.
-Espera un poco más-.
-No... no puedo...-.
Hizo todos los esfuerzos para acabar juntos, pero no lo logró, sus fluidos ensuciaron su estómago y parte del estómago del chico menor que estaba encima de él. Un minuto después, Mark acabó dentro de Gun.
Se desmoronó y enterró su cabeza en el hombro del otro chico. Se quedaron en silencio para recuperarse. Su jadeos comenzaron a regularizarse y sus ritmos cardíacos se normalizaban.
-Lo siento, cariño. Acabé dentro de ti-.
-No importa. No es la primera vez que lo haces-.
Gun le entrega una sonrisa cálida a Mark y éste se retira lentamente para abrazar a su chico con fuerza.
Cuando ya estaban normalizados, comenzó la conversación entre ellos.
-¿Por qué viniste?-.
-Quería pasar la noche contigo-.
Con un suspiro de resignación, Gun respondió:
-Bah, para qué discutir. De todas formas, ya estás aquí-.
-Además, tú fuiste el culpable-.
-¿Yo?-.
-Nadie te mandó a que publicaras esa foto tan seductora en IG-.
-¿Foto?-. Preguntó confundido.
Mark alcanzó su celular y le mostró a Gun la fotografía que subió cuando apenas había llegado a casa. Luego, Mark prosiguió.
-Fue demasiado tentador ver tu rostro guiñando un ojo. Te ves muy atractivo y no pude soportar no tenerte a mi lado. Por eso decidí venir-.
-Ahh, esa foto-. Dijo Gun riendo.
-Sí... ¿y la leyenda es cierta?-. Preguntó Mark haciendo alusión al pie de foto que estaba escrito.
-Ya duerme-.
-Bien, bien-.
Se acomodaron y se abrazaron fuertemente después de más de dos meses desde la primera vez que pasaron una noche juntos.
En medio de la oscuridad, una voz susurró una palabra que venía con dolor y sinceridad.
-Perdóname-.
-¿Qué-.
-Por haberte humillado en el bar ese día-.
Mark recordó ese evento con un dolor muy fuerte en su corazón, pero era algo del pasado. No valía la pena sacarlo a flote.
-Oye. No pasa nada. Sólo olvídalo-.
Gun se quedó callado y a cambio de eso, se escuchó un pequeño sollozo. Inmediatamente, Mark enciende la lámpara.
-¿Estás llorando?
-No-.
-Mírame-.
-Vamos a dormir-.
Ante la negativa, Mark toma la barbilla de Gun y la alza para verlo a los ojos. Cuando lo hizo, se percató de una lágrima que seguía un camino desde sus ojos hasta la comisura de su boca.
-No llores. Todo lo malo ya quedó atrás. Ahora estamos juntos y es lo único que importa-.
-Me duele haberte humillado. Tú me heriste al cambiarme por otro, pero nunca me humillaste. Es un dolor que lo llevaré siempre-.
-Yo también llevaré siempre el dolor de haberte lastimado tanto. Pero ahora ya estamos juntos y eso es lo que importa-.
Gun se aferró fuertemente a la cintura de Mark y se apegó más a él.
-Apaga la lámpara-. Pidió Gun.
Mark obedeció y la habitación se tornó nuevamente oscura.
No pasó mucho tiempo cuando Gun ya se había quedado dormido. No así Mark, que se quedó despierto mirando cómo su novio dormía placenteramente.
Abrió la boca y comenzó a hablar.
-P'Gun... Gracias por haber vuelto a mi vida-.
Luego de esa frase, se quedó dormido.
Al otro día fueron a curaciones para retirar los puntos a Mark, luego de eso, cada uno se fue a sus respectivas facultades.
Mark se encontró con sus amigos, quienes lo recibieron con bromas y alabos.
-Amigo, tu sonrisa ha vuelto. Eres genial-. Dijo Plan.
-No exageres, estoy igual que siempre-.
-Oye, ¿y por qué no vienes con el uniforme?-. Preguntó Perth.
-Sólo vine a buscar material de las clases que perdí. Vengo de quitarme los puntos en la clínica, así que aproveché de venir aquí-. Respondió Mark.
Perth se acercó con humos y le dio palmaditas a su amigo.
-Bien, bien. ¿Y P'Gun? ¿Lo dejaste cansado? ¿Aprovecharon la noche?-.
-No preguntes-. Rió Mark.
Plan se percató de un brillo en los ojos de Perth y no dudó en preguntar.
-¿Y tú por qué estás de tan buen humor? ¿Pasó algo ayer con Saint?-.
-No, no pasó nada-. Dijo Perth.
-Oye, no nos digas que no pasa nada. Te conocemos muy bien, tanto tú como Mark parecían zombies, ahora mírense cómo están. Sus ojos brillan y sus sonrisas parecen bobas. Ya sabemos la razón de Mark. Pero tú...-.
-Es cierto lo que dice P'Plan. Cuéntanos. ¿Qué pasó?-.
Luego de que Mark terminara su frase. Perth dio un suspiro de resignación y comenzó a hablar.
-P'Saint aún siente algo por mí-.
Plan se asombró y preguntó de inmediato:
-¿Qué? ¿Cómo lo sabes? ¿Él te lo dijo?-.
-Sí. Estuvimos hablando de lo que había pasado con nosotros. En realidad, creo que era una conversación que necesitábamos. Yo le dije que aún lo amaba, y él me dijo que aún tenía sentimientos por mí-.
-¿Y el otro chico? Creí que había pasado algo más-. Preguntó Mark.
-¿No te das cuenta? Si él me dice esas palabras, quiere decir que me está abriendo una esperanza para luchar por él. Y ahora estoy decidido a recuperarlo-.
Habló Perth con seguridad.
-Amigos, realmente estoy feliz por ustedes. Ya era tiempo de que volvieran a sonreír-.
Acabó Plan.
Estuvieron un rato más hablando, hasta que se hizo la hora de entrar a clases. Por su parte, Mark se despidió de sus amigos.
De camino a casa, antes de subirse a su automóvil, cogió su teléfono, se tomó una foto y la subió a Instagram, y su leyenda decía: