EPÍLOGO

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En la primera clase, en su primer día de universidad, Gun y Saint llegaron tarde y fueron regañados por el profesor

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En la primera clase, en su primer día de universidad, Gun y Saint llegaron tarde y fueron regañados por el profesor. Todo este retraso fue ocasionado por el encuentro con los chicos menores afuera de la facultad.
Al terminar la primera jornada, Saint y Gun se fueron directamente hacia la cafetería de la facultad donde estaban todas las mesas ocupadas. Salvo una, donde estaba sentado un chico de mediana estatura.
-Disculpa, ¿nos podemos sentar aquí?-. Preguntó Gun.
-Sí, claro... Oh, ustedes fueron los que llegaron tarde-. Dijo el chico.
-Sí. Yo soy Saint y él es mi amigo Gun. ¿Y tú?-.
-Soy Mean. Mucho gusto-.
Los tres chicos comenzaron a charlar hasta que se les llegó la hora de la segunda jornada de clases.
Luego de terminar las clases, se fueron a un pequeño restaurante de comida rápida.
Mientras comían. Se acercaron dos chicos a saludarlos.
-Hola, chicos. Qué coincidencia-. Dijo uno de ellos.
-Oh, hola. Nos vimos esta mañana. Tu nombre era...-. Respondió Gun, tratando de recordar el nombre del chico.
-Mark. Me llamo Mark-.
-Lo siento, Mark. Tengo muy mala memoria-.
-Y tú te llamas Perth, ¿verdad?-. Dijo Saint, mirando al chico menor.
-Sí. ¿Podemos sentarnos con ustedes?-.
-Si, claro. De hecho, yo me tengo que ir. Tengo una cita con otra persona-. Respondió Mean.
El chico se fue y los demás se quedaron compartiendo mucho tiempo juntos hasta que se retiraron a casa.
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Una semana después, Mark y Perth comenzaron a hablar sobre la cita de ese día.
-Fue una suerte haberlos encontrado ese día-. Comentaba Mark mientras sacaba sus útiles de su maletín.
-Creo que fue una hermosa casualidad-. Agregó Perth.
-¿Puedo confesarte algo?
-Sí, claro-.
-Me gusta-.
-¿Qué?-.Preguntó Perth frunciendo el ceño.
-Realmente me gusta ese chico... Me gusta P'Gun, y mucho. He estado yendo casi todos los días a su facultad sólo para verlo-.
-¿De verdad?-.
-De hecho, anoche no podía dormir, su rostro se me presentaba cada vez que cerraba los ojos. Es como si tuviera la necesidad de verlo. Y ni siquiera le pedí su ID de Line-.
-Ay, amigo. Eres un idiota. Lo que es yo, le pedí el ID al otro chico-.
-¿A P'Saint?-.
-Sí-.
-¿Te gustó?-.
-Sí. Y mucho. Ahora mismo le escribí y me respondió de inmediato-.
-¿Puedes preguntarle si está con P'Gun y dónde están?-.
-¿Para qué?-.
-¿Crees que voy a dejar pasar el día? Por supuesto que no. Hoy iré por su ID. Quiero a ese chico y quiero coquetearle-. Sentenció Mark.
-Espera, ¿de verdad me estás diciendo que te gustó ese chico?-.
-Realmente, hace mucho tiempo no me pasaba. Pero él llamó mi atención-.
Perth soltó un suspiro y habló.
-Te entiendo amigo. Me pasó exactamente lo mismo. No puedo dejar de pensar en P'Saint. Sé que son mayores que nosotros, pero eso no me importa-. Tomó su celular y escribió, -Bien, ya le envié el mensaje-.
De repente, el celular de Mark comienza a sonar. En la pantalla de su celular mostraba que era desconocido, y cuando abrió Line para ver el mensaje, su corazón se paralizó.
"Soy P'Gun. Puedes guardar mi número".
-¿Cómo puede ser?-. Dijo Mark con nerviosismo. Perth se echó a reir.
-Sólo te di un empujoncito-.
Mark comenzó a temblar por el nerviosismo sin saber qué responder.
-Vamos, invítalo a salir-. Animó Perth.
-¿Aceptará?-.
-Por supuesto. P'Saint aceptó ir a cenar conmigo este fin de semana-.
-Bien. Aquí voy-.
Comenzó a escribir el mensaje y se lo envió a Gun. Ahora debía esperar su respuesta.
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-Chicos, ¿qué tal los dos estudiantes?-. Preguntó Mean.
-Pues... Perth me pidió salir este fin de semana-.
Mean se atoró con el jugo que estaba tomando.
-¿Y le dijiste que sí?-.
-Sí... es que... me gustó ese chico y quiero conocerlo más-.
-Bien, bien. No está tan mal. ¿Y tú Gun? Estás muy callado, ¿qué pasó?-.
-Nada, es sólo que Mark no me pidió mi número. Creí que lo haría-.
-Entonces, tú piensas que no le gustaste-.
-Mmm, creo que no-. Dijo Gun con voz deprimida.
-¿Y a ti te gusta?-. Preguntó Mean.
-Para ser sincero, sí. Me gustó desde la primera vez que lo vi. Pensé que sólo me había llamado la atención lo guapo que era, pero... ese día, cuando se acercó a nosotros, mi corazón comenzó a latir demasiado rápido-.
Mean se acercó de tal forma que logró que Gun lo mirara directamente a los ojos.
-Y ahora estás decepcionado porque no te correspondió, ¿verdad?-.
-Algo así-.
Saint, que había estado callado, habló con seguridad.
-Pues, yo no estaría tan seguro de eso. Mira-.
Le pasó el celular a Gun para que leyera un mensaje de LINE.
"Disculpa, a mi amigo le gustó tu amigo P'Gun, pero olvidó pedirle su ID de LINE. ¿podrías dármelo para él?"
-Le gustas-. Dijo Saint sonriendo.
El corazón de Gun comenzó a latir demasiado rápido sin saber qué responder.
-Bueno, ahora que sabes que le gustas, ¿le darás el número?-.
-No lo sé, ¿qué hago?-. Dijo Gun confundido.
Era la primera vez que Gun sentía atracción por alguien y la primera vez que alguien le coqueteaba. Era una persona incrédula en el amor.
-Espera, lo arreglaré para ti-.
Saint comenzó a teclear y enviar un mensaje.
"Mi amigo no está conmigo, y no puedo dar su número, pero puedes darme el de tu amigo".
"De acuerdo"
Cuando fue enviado el número de Mark, Saint respondió.
-Toma, aquí tienes-.
-¿Qué es?-. Habló Gun.
-El número de tu chico. Ahora tú decides-.
Gun abrió los ojos con sorpresa.
-¿Le pediste el número de Mark a su amigo?-.
-Por supuesto. Tú no te ibas a atrever a hacerlo, así que te ayudé. Ahora todo está en tus manos-.
-¿Qué hago?-.
Mean soltó una pequeña risita y añadió:
-Comienza por escribirle un mensaje. Envíale los buenos días, o simplemente mándale tu número de celular-.
Gun tomó su celular y añadió el número de Mark, luego procedió a escribirle un mensaje.
"Soy P'Gun. Puedes guardar mi número".
Le dio a enviar y dejó su celular en la mesa.
-Listo-.
Saint miró a Gun con una sonrisa y volteó su vista hacia su celular. Comenzó a escribir un mensaje.
"Lo siento, tuve que mentirte, P'Gun estaba conmigo, sólo no estaba seguro de dárselo a tu amigo"
-Bien, chicos. Mientras ustedes están mensajeándose con sus nuevos amores, yo me iré con mi novio-.
-¿Novio?-. Dijo Saint sorprendido.
-¿Tienes novio?-. Añadió Gun.
-Sí, claro. Bueno, es reciente. Llevamos un poco más de un mes. Comenzamos en el verano.
-¿Y cómo se llama? ¿Está en esta facultad?-. Preguntó Gun curioso.
-Se llama Plan y es de otra universidad-.
La conversación estaba muy entretenida, pero fue interrumpida por el celular de Gun.
El chico escupió todo el agua que estaba tomando, debido al mensaje que le había llegado.
"Oh, hola, P'Gun. Guardaré tu número. Quiero aprovechar para preguntarte si te gustaría salir a tomar algo conmigo".
-¡Me está invitando a salir!-. Gritó Gun.
Su corazón comenzó a latir con fuerza ante esas palabras plantadas en su pantalla. Eran esas sensaciones que nunca había sentido.
-Dile que sí-. Aconsejó Mean.
-Bien-. Dijo Gun mientras tecleaba el mensaje.
"Sí, me gustaría. ¿Puedes pasar por mí el sábado en la tarde?", Luego pulsó "enviar"
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El día sábado, Mark estaba esperando a Gun afuera de su condominio. Su corazón comenzó a latir muy fuerte, y es que el chico mayor había logrado invadir todos sus pensamientos. Con tan sólo mirarlo, no había forma de describir lo hermoso que era.
Su corazón casi sale de su pecho cuando Gun asomó por la puerta de salida.
-Hola-. Saludó Mark.
-Hola-.
-Eh... te abro la puerta-.
-Gracias-.
Mark, como todo un caballero, permitió a Gun entrar al automóvil. Luego subió él.
-Quiero llevarte a una cafetería donde sirven unos postres muy buenos-.
-Suena tentador. Vamos-.
Mark encendió el auto y se fueron hacia el lugar de destino.
Al llegar, se sentaron y tomaron su orden.
-Quiero un tazón de mocaccino y un trozo de torta de chocolate-. Pidió Mark.
-Yo pediré un jugo de naranja y un trozo de torta de fresas. Ah, ¿podría agregarle una pizca de sal y si nada de azúcar al jugo?-.
Esa petición hizo que Mark soltara una pequeña risita y Gun lo miró avergonzado.
La mesera, asintió y se fue a preparar el pedido.
-¿Es raro mi gusto?-. Dijo Gun.
-No... lo siento, es que... es primera vez que escucho que alguien tome el jugo de naranja con sal-.
-No exageres, sólo es una pizca-.
Esa acción hizo que ambos se relajaran y comenzaran una cómoda conversación para conocerse mejor.
Luego de la cafetería, fueron al cine, y luego a pasear en alguna plaza cercana sin tener rumbo fijo. Luego de eso, Mark llevó a Gun a su departamento, ya que había llegado la noche y ya se estaba haciendo tarde.
Al llegar al condominio, Gun se bajó del automóvil y Mark lo acompañó hasta la puerta de su departamento.
-¿Te gustaría pasar a tomar algo?-. Propuso Gun.
-Me encantaría, pero mañana tengo que llevar a mi madre de compras temprano-.
-Oh, ya veo-. Añadió Gun.
-Pero este no será la única cita. Tengo la intención de tener más citas contigo-.
-Yo también espero que sea así-. Dijo Gun con una pequeña sonrisa avergonzada.
Ambos se quedaron en silencio unos segundos hasta que el chico mayor habló.
-Voy a entrar. Gracias por la velada. Lo pasé muy bien-.
-También yo-.
Cuando Gun abrió la puerta para entrar, Mark lo detuvo.
-Espera, antes de que entres, quiero permitirme un atrevimiento-.
Sin esperar alguna respuesta por parte del mayor, Mark se acercó y besó con suavidad los labios de Gun. Luego soltó unas palabras.
-No sé lo que me pasa contigo, sólo sé que quiero seguir viéndote. Que tengas buenas noches-.
Mark se alejó y dejó a Gun completamente congelado.
Ese día fue el inicio de una hermosa historia que ambos construyeron durante los primeros dos años. Dos años antes de que conocieran ese sentimiento llamado dolor.
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ENCRUCIJADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora