CAPÍTULO 1

739 26 4
                                    


¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


La luz del día alumbraba fuertemente el rostro de Gun, quien comienza a despertar lenta y perezosamente gracias a su celular que sonaba fuertemente indicando que ya son las seis de la mañana. Su cabeza se despega del pecho de la persona que dormía a su lado.
Estira su mano para alcanzar su celular y apagarlo. Luego vuelve su cabeza y mira aquel rostro que continúa profundamente dormido.
-Mark-. Comienza a zarandearlo un poco.
El chico no responde y Gun vuelve a zarandearlo.
-Oye, Mark-.
Cuando por fin le lanza un sonido, Gun continúa.
-Me iré a bañar, tú puedes dormir un par de horas más-.
Al escuchar las palabras de su novio de hace dos años, se despierta.
-¿Por qué te levantas tan temprano? Es martes, ¿no deberías tener clases a mediodía? -.
-Te dije ayer que hoy debía recuperar una clase perdida de la semana pasada-.
-Cierto. Bien, iré a hacerte un poco de desayuno-. Dice Mark con cariño.
-No es necesario. Sólo quédate en la cama un tiempo más-.
Le dice Gun mientras se levanta dirigiéndose al baño.
-No te preocupes. Luego del desayuno, me volveré a acostar-.
-Como quieras-. Responde Gun desde el baño.
Al escuchar la respuesta, Mark se levanta perezosamente, se dirige al baño para lavarse la cara y luego se encamina a la cocina para preparar el desayuno de su novio.
Mark y Gun se conocieron hace dos años por casualidad, cuando Gun iba atrasado a su primer día de clases en la universidad. El chico mayor, había dejado su automóvil en el estacionamiento de la universidad y corrió para no llegar tarde. De pronto, escuchó una voz sutil y masculina que lo llamó.
-¡Oye, P'!-.
Sin prestar ningún tipo de atención, Gun siguió su camino, hasta que el muchacho lo alcanzó rápidamente.
-Que bueno que te alcancé-, dijo jadeando, -Toma, dejaste caer la llave de tu auto-.
-Oh, gracias. Lo siento, es que estoy atrasado a mi primer día-. Respondió al chico que vestía de uniforme escolar y acompañado de un amigo.
-Bien, nosotros ya nos vamos, sino llegaremos tarde a clases-. Dijo uno de los chicos.
-Esperen, ¿a quién tengo que agradecer? -.
-Oh, me llamo Mark y él es Perth-.
-Gracias, chicos-.
-¡Gun!-. Gritó una cuarta voz, -¿Qué haces aquí? Llegaremos tarde-.
-Oh, Saint, eres tú. Si, vamos-.
-Adiós, P'Gun, Adiós, P'Saint-. Dijeron ambos escolares casi al unísono.
Desde aquel encuentro, Mark y Gun estuvieron saliendo por varias semanas hasta llegar al punto de estar viviendo juntos en el departamento de Mark que adquirió el día que entró a su primer año de universidad.
Dos años... dos hermosos años que, para Gun, han sido maravillosos, aunque no puede evitar sentirse mantenido por su novio dos años menor que él. En tanto, para Mark han sido los mejores años de su vida al sentirse increíblemente atraído y con la confianza absoluta de proteger a alguien mayor que él.
-¡Gun! ¡Ya está listo! -. Le gritó Mark desde la cocina.
-¡Ya voy!-.
Una taza de café y un plato de huevos fritos acompañado de tostadas estaban servidos sobre la mesa.
-Comeré rápido, voy un poco atrasado-.
-¿Quieres que te lleve? -.
-No, gracias. Debo ir por Saint-.
-Oh, está bien-.
A decir verdad, Mark no había tenido la oportunidad de interactuar tanto con Saint, el mejor amigo de Gun desde que eran niños. Mucho menos ahora que Saint está de novio con su mejor amigo Perth. Comenzaron su noviazgo el mismo tiempo que Gun y él.
-Ya me voy. Te veo en la noche-. Le dijo Gun mientras se acercaba para besarlo.
-Que tengas un buen día-.
Al escuchar la puerta cerrarse, Mark recoge las cosas del desayuno, las lava y luego se acuesta para dormir un par de horas antes de irse a sus clases de la tarde.
Camino a la universidad, Gun nota que Saint estaba muy callado, más de lo normal, por lo que se apresuró a preguntar.
-¿Estás bien? ¿Por qué estás tan callado? -.
-Por nada-. Responde Saint.
Gun conocía muy bien a su amigo, así que no dudó en pensar que algo le pasaba.
-Ya veo que no me quieres contar-.
-Hablamos después de clases. De todas formas, necesito hablar con alguien-. Dijo Saint nostálgicamente.
-De acuerdo. Oh, tenemos que ir por Mean-.
-Ya nos estábamos olvidando de él-.
Ambos comenzaron a reír a costillas del tercer amigo que conformaba el grupo. Lo conocieron el primer año de universidad y desde entonces han sido grandes amigos.
Desde lejos, Saint visualiza a Mean esperando en una esquina.
-Ya estaba pensando que se habían olvidado de mí-. Se queja Mean.
-No te equivocas, jajaja-.
-Ya verán cuando me toque recogerlos a ustedes-.
Gracias a Mean y Gun, el estado de ánimo de Saint mejoró considerablemente.
Llegaron a clases justo a tiempo y las bromas tuvieron que acabar.
Un par de horas después, la primera jornada de clases termina, y Gun aprovecha el momento de descanso para hablar por teléfono con su novio.
-¿Aló?-. Contesta una voz somnolienta.
-¿Aún duermes?-.
-¿Qué hora es?-.
-Son las diez-.
-Entonces, me levantaré-. Contesta Mark, mientras levanta su cabeza de la almohada.
-No, no es necesario. Sigue durmiendo. Sé que debes estar muy cansado. Anoche te sentí que estudiaste hasta tarde y hoy te levantaste temprano sólo para hacerme el desayuno. Lamento despertarte-.
Gun se sintió un poco culpable por haber despertado a Mark. Sabe que es una persona muy esforzada que presta mucha atención a sus estudios.
Al escuchar la voz melancólica de su novio, Mark no pudo evitar sentirse conmovido.
-No tienes que disculparte. Sabes que me encanta oír tu voz, y que te preocupes por mí de esa manera-.
-Me preocuparé siempre por ti-. Dice Gun en tono cariñoso.
-No hables en esa forma sino, en la noche no responderé por lo que ocurra-. La voz de Mark cambia rotundamente a un tono seductor.
-Ya estoy anhelando la noche... Oh, ya me tengo que ir, comenzará mi segunda hora de clases-.
-De acuerdo. Nos vemos-.
-¡Mark!-. Dijo Gun apresuradamente.
-¿Qué?-.
-Te amo-.
-También yo-.
Gun cuelga el teléfono y se reúne con sus amigos que lo esperaban en una de las mesas de la cafetería de la universidad.
-No puedes estar un día sin tener que hablarle a tu novio-. Mean le dice con una sonrisa en el rostro.
-Sí. Es como si no pudieras vivir si no lo escuchas-. Dice Saint.
-Jajaja, qué chistoso. Además, ustedes también están igual que yo-. Responde Gun con toques de ironía.
-Bien, lo admito. Soy así. De hecho, le enviaré un mensaje para avisarle que llegaré más tarde-.
Mean toma su celular y comienza a escribir.
-Bien, vamos que la clase va a comenzar-. Comenta Saint.
Los tres chicos se levantan de sus asientos para volver al salón e iniciar una nueva hora de clases.
---
Luego de colgar a su novio, Mark se levanta omitiendo las palabras de Gun. La somnolencia se había esfumado y ya no quería seguir acostado.
Camina hacia el televisor, lo enciende y se dirige al baño para ducharse. Al terminar, se prepara un tazón de fideos instantáneos para llenar su estómago.
Su teléfono comienza a sonar nuevamente, pero no es Gun, sino que su mejor amigo y compañero de universidad.
-Hola, Peth, ¿qué pasa?-.
-Hola, Mark. Lamento molestarte, me imagino que estás con P'Gun, ¿no?-.
-No, él tuvo clases hoy. Debía recuperar un par de horas, ¿por qué?-.
-Entonces, ¿puedo ir a tu departamento? Necesito que me expliques unos ejercicios para el examen de hoy. Así nos vamos juntos a la universidad-.
-De acuerdo-, en ese momento, Mark recordó algo, - espera... ¿cómo es que no sabías que P'Gun y P'Saint tendrían clases?-.
-Realmente estamos un poco distanciados ahora. De hecho, me regresé a mi departamento para poder estudiar mejor-.
-Lamento escuchar eso-. Le dijo Mark.
-No importa. Voy camino a tu departamento. Espérame con comida-. Le dice Perth entre risas.
-Sí, claro. Como digas-. Mark respondió en tono de ironía antes de colgar.
Se apresuró a buscar sus útiles de estudio para esperar a su amigo, mientras le escribía a su novio.
"Estaré ocupado por si me llamas. Perth viene a estudiar y luego nos iremos a la universidad. Te veo en la noche".
"Está bien".
Una hora después, llega Perth a casa de su amigo, con su mochila llena de cuadernos y libros para estudiar. La realidad es que los cálculos no son un muy buen aliado, así que siempre está pidiendo ayuda a Mark, quien maneja muy bien ese ramo.
-Bien, comencemos de inmediato para ganar tiempo-. Dice Mark abriendo sus libros.
-De acuerdo. Espero que no sea tan difícil, no quiero obtener mala nota en este examen-.
-Tranquilo. Si te concentras, te irá bien-.
-Intentaré hacerlo-.
Esa respuesta tuvo aires de inquietud. Un amigo de tantos años como Mark, sabría que algo le estaba inquietando a su amigo.
-¿Qué te pasa? Te noto decaído-.
-No quiero hablar del tema ahora. Mejor vamos a estudiar-.
-De acuerdo, pero después de clases me contarás lo que te pasa-.
-Sí-.
La conversación de ellos quedó inconclusa y dieron paso a los estudios. Dos horas y media duró la clase particular, hasta que tomaron sus cosas y se fueron rumbo a la universidad.
-----
Mark y Gun estudiaban en distintas universidades, pero sus horarios se ajustaban muy bien, de tal forma que ellos podían encontrarse en casa casi todas las tardes, a excepción de los días lunes que es donde sólo podían verse cuando se levantaban y se acostaban.
Gun le contaba esto a sus amigos cuando ellos le preguntaron por su situación sentimental y cómo lidiaban con sus horarios. La intimidad también estaba incluida, por lo que Gun respondió que era casi todos los días, salvo cuando uno de los dos tiene un examen importante al otro día.
Pasadas las cuatro de la tarde, Mean, Saint y Gun se dirigen hacia el automóvil de Gun para volver a casa.
-Chicos, ¿tienen algo que hacer ahora?-. Preguntó Saint de repente.
-No-. Mean y Gun respondieron a coro.
-¿Podemos ir a comer a algún lado? Hay algo de lo que quiero hablar con ustedes y realmente necesito su consejo-.
-Sí, claro. No hay problema. Le enviaré un mensaje a Mark avisándole que llegaré más tarde-. Dice Gun.
-Plan estará hoy con su mamá, así que no tendré problema-.
Estuvieron discutiendo el lugar donde irían mientras iban de camino, hasta que decidieron ir a un restaurante japonés cerca de Siam.
Aunque les quedaba un poco lejos, de todas formas fueron a ese lugar. Así tendrían más tiempo para conversar.
Lo que Saint debía decirles, definitivamente era un tema que debía ser hablado con urgencia y que tomaría el resto de la tarde.
--------------------------


ENCRUCIJADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora