CAPÍTULO 19

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ADVERTENCIA: EL SIGUIENTE CAPÍTULO CONTIENE LECTURA APTA SÓLO PARA MAYORES DE 18 AÑOS.

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Al otro día, Mark se despertó con mucho dolor y la herida comenzó a sangrar. Gun, quien se había despertado temprano, iba con bandeja en mano cuando se dio cuenta de la condición de Mark.
-Te llevaré a curación para que te limpien y te cambien el vendaje-. Dijo Gun.
-No. No quiero ir. Además, la cita es para mañana-.
-Pero tu herida está sangrando-.
-No te preocupes. Yo me limpiaré. Tienes que ir a clases-. Dijo Mark.
Gun, sin prestar atención, fue al baño a buscar el botiquín y regresó a la habitación para limpiar la herida.
-Cuando te cambie el vendaje, me iré. Le diré a Plan que venga a cuidarte mientras estoy en clases, ya que él está libre por la mañana-.
-Gracias-.
-Eh... Mark, ¿puedo preguntarte algo?-. Preguntó Gun mientras limpiaba su herida de la cabeza.
-Sí-.
-¿Por qué lo hiciste?-.
Mark no entendía mucho la pregunta de Gun.
-¿A qué te refieres?-.
-Plan me lo contó todo anoche. ¿Por qué me defendiste?-.
-¿Es necesario que te responda?-.
El chico menor miró fijamente a Gun, haciendo que este comenzara a temblar y titubear.
-Sí-.
-Porque te amo. Y aunque tú ya no me ames, o no estemos juntos, siempre voy a defenderte aunque sea desde lejos. Sabes que haría lo que sea por ti-.
Esas palabras dejaron a Gun muy nervioso, por lo que se levantó rápidamente alejándose de Mark. Ni siquiera pudo mirarlo a los ojos.
-Ya me tengo que ir. Te dejé sobre el escritorio tu desayuno para que puedas comer-.
Luego de eso, se marchó.
Después de lo que había pasado con él hace un mes atrás, no creyó que Mark podía arriesgarse de esa forma sólo para salvar su integridad.
La semana pasó rápido y por lo menos no tuvieron mucho contacto Mark y Gun por las clases de éste último. Tampoco se había quedado a dormir después de aquella confesión de Mark. Se levantaba a las 6 de la mañana para irse a casa de Mark, le dejaba el desayuno preparado y luego se iba relegando a alguno de sus compañeros de clases.
Día martes y Gun se fue al departamento de costumbre. Allí comenzó a preparar el desayuno. Luego de eso, se dirigió a la habitación a despertar a Mark.
-Mark, despierta. Ve a ducharte para que pueda traerte el desayuno-. Dijo Gun.
-De acuerdo-.
No demoró mucho, cuando ya estaba de vuelta en la cama.
-Toma tu desayuno, yo ya me tengo que ir-. Dijo Gun.
-Ya me tiene aburrido estar así. Necesito volver a clases y a mi vida normal-.
Mark comenzó a quejarse.
-Sólo te queda un par de días hasta que te quiten los puntos-.
-Si tú lo dices-.
-Oh, y ahora te toca tu medicamento-. Gun alcanzó la caja de antibióticos y un vaso de agua que estaban en el velador.
-No quiero más medicamentos. Además, ya estoy mejor-. Protestó Mark nuevamente.
-Debes tomarlo. Esto evitará que entre alguna bacteria o algo-.
-No, realmente no quiero-.
-Lo siento mucho, amor, pero debes tomar la medicina-. Dijo Gun descuidadamente.
Se quedaron ambos en silencio mirándose fijamente.
-¿Qué dijiste?-.
-Que te tomaras la medicina-.
-No. Me llamaste "amor"-.
Gun evitó la mirada de Mark e intentó alejarse, pero éste lo retuvo.
-¿Por qué me llamaste así?-. Le dijo mientras acercaba su rostro a de Gun.
El chico mayor, comenzó a sentirse muy nervioso, pero no podía despegar su vista de los ojos de Mark. De pronto habló.
-No creo que haga falta que te diga lo que siento. Te amo, Mark... aún te amo-.
Gun tomó la iniciativa y besó suavemente los labios de Mark, sorprendiéndolo completamente. Era un beso anhelado y deseado por ambos, llenando el vacío que tenían en sus corazones. Sus labios probaron el néctar de cada uno por un largo rato, hasta que Mark termina el beso.
-Espera. Ese día en tu apartamento, y en el bar...-.
-Sé lo que te dije. Pero te mentí. Todas esas palabras fueron porque realmente quería saber si en verdad podía volver confiar en ti. Debía buscar una manera de ponerte a prueba, así saber si realmente valía la pena mantener vivo este amor-. Dijo Gun con algunas lágrimas en los ojos.
-Pero, P'Earth...-.
-P'Earth lo sabía todo. Yo mismo se lo conté. Aunque él quería que le diera una oportunidad, le dije que no podía. Ese día, me entregué a ti por amor-.
-¿Y lo que sucedió en el bar?-.
-Estaba borracho. Vi el video, y realmente lo lamento. Tal vez lo dije porque aún seguía dolido contigo. Luego supe que hiciste tus conexiones sólo para protegerme. Y cuando supe que te habías arriesgado sólo para defenderme, nunca pensé que podías llegar a este nivel. Eso me ayudó a entender que tú realmente me amas-.
-Haría eso y más con tal de compensar todo lo que has sufrido por mi culpa. P'Gun, ya no quiero seguir viviendo de esta manera. Pero no puedo acercarme a ti si eso te incomoda-.
Mark intentó controlar sus lágrimas con todas sus fuerzas.
-Yo tampoco quiero seguir viviendo así. Quiero regresar contigo-.
-Entonces...-.
Mark dejó de hablar cuando Gun asaltó nuevamente sus labios. Se levantó de la cama y tomó a Gun por la cintura, lo dejó caer suavemente quedando debajo de su cuerpo. Sus besos calientes despertaron el deseo de ambos. Ese deseo que se creía que estaba extinto.
-Mark... quiero... Hazme el amor, por favor-.
El chico menor lo miró con una cara asombrada, luego respondió.
-No sabes cuánto esperé que me lo pidieras-.
Mark ingresó su mano por debajo de la camisa de Gun, acariciando sus pezones. Eso hizo que el mayor soltara un gemido. La excitación aumentó considerablemente y la habitación comenzó a aumentar su temperatura.
Mark desabrochó los botones de la camisa de Gun y la retiró, exponiendo su torso, luego quitó su propia polera. En tanto, Gun desabrochaba sus pantalones para quitarlos. Sus labios aún seguían conectados saboreando el sabor de ellos con delicadeza.
Mark se apoderó de los pantalones de Gun, previamente desabrochados y comenzó a bajarlos lentamente junto con sus boxers. En menos de unos segundos, Gun estaba completamente desnudo, y Mark retiró su propia ropa interior para también quedar desnudo frente al mayor.
Los besos de Mark cambiaron de dirección, creando un camino desde su cuello hasta su ombligo. Luego volvió a subir para besar sus pequeños pezones.
Una de sus manos descendió apoderándose de su entrepierna que ya estaba completamente despierta. Gun se retorció bajo su cuerpo y soltó varios gemidos que alimentaban los sentidos de Mark.
-¡Mark...!-. Dijo Gun con voz jadeante.
El chico no respondió, pero a cambio de eso, su boca descendió y su mano fue reemplazada por esta. El miembro del mayor fue apresado por la boca del menor, lamiendo, besando, succionando. Cosas que hacían que Gun perdiera completamente la razón. La tensión y el deseo viajaban por sus venas tan rápidos como si fueran estrellas fugases.
Gun ya sentía que estaba en su límite, por lo que le avisó a Mark, pues no quería acabar en su boca.
Mark siguió dando placer a Gun con su boca y no prestó atención a la advertencia del mayor, quien ya no podía seguir soportando esta deliciosa y excitante agonía.
-Mark... ya no... no quiero.... Yo...-. Dijo Gun
El chico menor levantó la vista hacia su mayor, observando cómo éste se aferraba fuertemente a la almohada y arqueando su cuello. Estaba totalmente absorto en el deseo.
El punto cúlmine llegó y Mark cumplió su cometido. Había logrado hacer que Gun se corriera.
Gun se tapó el rostro como si quisiera enterrarse cual si fuera un avestruz.
-¿Por qué te avergüenzas? No es la primera vez que saboreo una parte de ti-. Le dijo Mark al chico cuando subió para besarlo apasionadamente.
Gun correspondió al beso y luego susurró en el oído del otro.
-Mi turno-.
Para sorpresa de Mark, Gun lo volteó rápidamente y comenzó a besar su torso, recorriendo el abdomen hasta descender a su objetivo.
Mark soltó un gemido seductor cuando Gun se apoderó de su miembro.
-P'Gun... necesitaba tus besos... necesitaba esto-. Dijo entre jadeos.
El chico mayor no había perdido experiencia en el sexo oral. Sus besos calientes seguían tan deseosos y excitantes como Mark lo recordaba.
-Sí... ahí...-. Susurró.
Comenzó a mover sus caderas lentamente al zon de los movimientos de la boca del mayor.
Estaba disfrutando del momento, olvidando completamente su herida en la cabeza.
-Sabes delicioso-. Dijo Gun.
-¿Quieres que acabe en tu boca?-.
-Me encantaría probarte como antes, pero...-.
Gun lo miró fijamente a los ojos mientras respondía, pero detuvo sus palabras junto con sus actos. Subió al nivel del rostro de Mark y le habló al oído.
-Quiero otra cosa-.
-Sé lo que quieres, pero prefiero escucharlo-.
El ambiente estaba lleno de deseo, adrenalina, placer y lujuria. Todo combinado en un solo aroma que embriagaba y Gun sintió los efectos de ella, pues ya no controlaba lo que salía de su boca.
-Quiero tu pene dentro de mí, por favor. Hazme tuyo-. Dijo.
Mark volteó a Gun quedando encima de él, mientras conectaba en un beso. De pronto detuvo toda acción.
-P'Gun, tu cuerpo sigue siendo mío, ¿verdad?-.
-¿Y el tuyo?-. Respondió con otra pregunta el mayor.
-Sí, mi cuerpo sigue siendo tuyo-. Tomó la mano de Gun y la descendió hacia su miembro, luego prosiguió:
-Esto no ha entrado en ningún otro cuerpo que no sea el tuyo-.
Gun sonrió ante la respuesta de Mark, y habló.
-Mi cuerpo también es tuyo. Nadie más me ha poseído Tú sigues siendo su dueño-.
Con satisfacción, Mark se apoderó de la boca del otro chico besándolo desesperadamente. Sus lenguas se entrelazaron, sintiendo su sabor.
-No tengo preservativos ni lubricantes-. Dijo Mark.
-Sabes lo que tienes que hacer-.
-De acuerdo-.
Separó las piernas del mayor para tomar su posición. Ocupó un poco de saliva en sus dedos y comenzó a ingresarlos uno por uno. Esto hizo que Gun diera un pequeño salto, pero no sintió disgusto.
-Tranquilo, bebé-.
Cuando el canal ya estaba un poco más estrecho, Mark siguió su segundo paso y reemplazó sus dedos por su miembro.
-¡Ah!-. Gimió Gun al sentir el miembro caliente en su cuerpo.
El pedazo de carne del chico menor comenzó a entrar y salir lentamente del cuerpo de Gun, enviando cantidades de choques eléctricos que navegaban por sus venas, llenando hasta su corazón.
Al principio, la velocidad de Mark era lenta, lo que hacía que el placer aumentara poco a poco. Era una agonía para cualquier persona, pero para Gun, amaba esa lentitud, podía disfrutar cada segundo del miembro ajeno dentro de él.
¿Te gusta así?-. Le susurró Mark en el oído cuando llegó con besos hacia ese lugar.
-Me encanta-. Dijo entre gemidos.
Gun se sentía un poco avergonzado por los lujuriosos gemidos que soltaba, creyendo que alguien podía escuchar temprano en la mañana. Por lo que intentó no abrir la boca.
-No lo hagas. No te calles-. Protestó Mark.
Aumentó su velocidad con el fin de llenar aún más a Gun de placer y así poder oírlo gemir. Y mientras este lo hacía, Mark aprovechó de dar mordidas en sus labios ya que era consciente de que a Gun le excitaba esa acción.
-Ya no puedo...-. Le dijo el chico mayor que se aferraba al otro fuertemente, dejando marcas de rasguños en su espalda.
Ambos llegaron al clímax juntos, y Mark se derrumbó en hombro de Gun intentando regularizar su respiración.
-Te amo, P'Gun... te amo demasiado-. Le dijo Mark al oído.
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