Capítulo 15.

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28 de diciembre, 2017.

–¿Adónde vas? – pregunta papá.

Aprieto mis labios.

Casi salgo sin que se entere.

–Al cementerio – respondo.

Papá asiente y sostiene a Joe cuando está a nada de caer cuando se tropieza con sus propios pies ya que aún le cuesta caminar.

Sigo vistiendo mi ropa deportiva ya que si quiero usar mis pantalones debo usar cinturón porque me quedan grandes de cintura.

Y yo no tengo cinturones.

Salgo de casa y tomo un taxi para que me lleve al cementerio. Reviso mi celular respondiendo los mensajes de Jaden, Ada, Drew y Gabrielle.

Gabrielle dice que Asher no ha estado bien y que últimamente se encierra en sí mismo, que las cosas han estado muy tensas en Grecia y que cosas muy pequeñas lo hacen explotar. He intentado llamarlo, pero no me responde.

Por lo que decidí darle su espacio.

Cada persona lidia con su dolor de diferente manera.

–Muchas gracias – le digo al chofer entregándole dinero.

Compro una rosa y un ramo de margaritas, las flores favoritas de mamá y comienzo a caminar hacia la tumba.

Aclaro mi garganta incomoda, nunca había hecho esto porque bueno... nunca tuve esta necesidad de hablarlo con alguien.

Con alguien que ya no está.

–Hola, mamá... – muerdo mi labio. –No sé cómo rayos hacer esto ¿Estoy loca por hablarle a una tumba? – suelto una risa. –Supongo que lo estoy... cuando deje a Asher... no quería que dejara el trono por mí y que tiempo después se diera cuenta que fue error y que yo no lo valgo, tal vez eso me afecto mucho más que la amenaza de su madre – niego con mi cabeza. Ya no quiero hablar más de eso –Sé que demoré mucho tiempo en volver al cementerio, pero nunca sentí la necesidad de hacerlo, había admitido que jamás conocí a mi madre y en cambio te tuve a ti – me encojo de hombros. –Pero necesito dejarte ir realmente, así que por eso estoy aquí – suspiro. –Vine a terminar realmente contigo, lo hago más por la niña que hay dentro de mí – aclaro. –Ya que tu y yo nunca tuvimos una relación y siempre fue la Madeleine pequeña la que se negaba a dejarte ir... pero ya está, nunca estuviste para mí, aunque supongo que eso estaba bien, porque de otra forma nunca hubiera tenido a Maggie quien ha sido una madre para mí – rasco mi cabeza. –Supongo que eso es algo bueno que hiciste por mi – muerdo mi labio. –Realmente necesitaba dejar salir todo esto, ya que yo lo sabía... pero de una forma necesitaba hacértelo saber para que yo pudiera sentirme tranquila.

Me quedo un momento en silencio suspirando. Dejo la rosa y las margaritas en su tumba.

–Supongo que no volveré aquí en algún tiempo – me levanto. –Adiós, Astrid.

Salgo del cementerio caminando lentamente. Cuento mis pasos llamando a un taxi para que me lleve al gimnasio.

No lo sé, quería ver a alguien que no me trajera recuerdos de todo lo que me ha sucedido últimamente.

Espero que Brad siga siendo de esos que odia la farándula.

Cuando finalmente llego me quedo mirando fijamente la entrada del gimnasio un momento antes de entrar e indagar con la mirada a quien estoy buscando.

Bingo.

Y como si fuera alguna absurda película él se voltea y me sonríe engreídamente. Comienza a acercarse a mí.

La reconquista del príncipe [#2] NUEVA EDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora