Capítulo 26.

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18 de octubre, 2018.

Una semana exacta ha pasado desde que la reina falleció y es una noticia que ha chocado a nivel mundial.

No asistí al funeral porque me quedé con Asher, pero fue algo realmente emotivo, que me aún me mantiene sensible.

Ahora en este momento me encontraba saliendo de la universidad bajo la atenta mirada de todos.

Cada vez estoy más aburrida de todos.

Mi celular comienza a vibrar y frunzo el ceño cuando veo el número de Violet.

Le había dado de regalo un celular, para que siempre pudiera comunicarse conmigo en caso de emergencias e incluso pudiera hablar con Sophie.

Ella aun es un poco reacia a recibir regalos y a veces aún está un poco a la defensiva conmigo, pero se le quita rápido cuando se da cuenta que su humor no me afecta en lo más mínimo.

–¿Qué sucede, Violet? – pregunto.

Hay un chico... llamado Travis y dice que te conoce ¿Lo dejo entrar? –pregunta.

–Déjalo... iré para allá – aseguro.

Corto la llamada y me voy caminando hacia mi departamento. Saludo al portero que me pregunta por Asher, pero yo simplemente respondo lo mismo de siempre: Estará bien.

Me subo al ascensor y toco la puerta de mi departamento.

Pues claro, la dueña del departamento se queda sin llaves, que irónico.

Violet abre la puerta y me sonríe.

–¿Cómo has estado, Madeleine? ¿El príncipe está bien? – pregunta.

Suelto un suspiro.

–Es complicado... el tiempo se nos agota – murmuro.

–Estará bien – asegura.

–Hola, Travis ¿Qué haces aquí? – pregunto.

–Venía a visitar a mi amiga, que no ha dado noticias de estar con vida desde que volvió a Londres – recrimina.

Hago un intento de sonrisa y me tiro en mi sofá.

–Yo... iré a visitar a Sophie – murmura Violet.

Yo asiento.

–Si me voy antes de que vuelvas dejare cerrado – le aviso. –Y dale mis saludos a Sophie y dile que iré a visitarla.

Ella asiente y se despide de Travis con una sonrisa y él se la corresponde.

Oh... yo conozco esa sonrisa.

–Ni lo pienses – advierto.

–¿Qué? – pregunta riendo.

–Conozco esa sonrisa – menciono.

–Estás loca – murmura.

–De tristeza – susurro.

Entonces el me pregunta por Asher y yo comienzo a contarle todo desde el día del accidente y como han ido las cosas al ir pasando los meses.

Llevábamos ya un buen rato conversando cuando mi celular comienza a vibrar.

–¿Qué sucede, Gabrielle? – pregunto.

¡Es Asher! ¡Acaba de despertar!

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–¿Cómo está? – pregunto apenas entro al palacio.

La reconquista del príncipe [#2] NUEVA EDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora