Capítulo 24.

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Asher Middleton.

01 de abril, 2018.

Ya quedaban unos días para que pueda volver a Londres.

Ha pasado un buen tiempo donde no he podido comunicarme con nadie que no sea mi padre, porque es a la única persona con la que se me permite tener contacto.

Según él, las cosas están yendo bien en casa y confiar en la palabra de mi padre era lo único que me quedaba.

Los entrenamientos siempre son duros, y me tomo un poco de tiempo volver a acostumbrarme al tiempo, porque si no lo hacía tendría que volver a empezarlo todo de nuevo y tendría que quedarme por más tiempo.

Eran más de las once de la noche cuando finalmente nos dejaron libres y pudimos ducharnos y acostarnos.

Suspiro lanzándome a mi cama que se encuentra en la parte de abajo. Arriba se sube Adam Wembley, un chico de Bolton.

Pero antes de subirse, me queda mirando fijamente para reír y negar con su cabeza.

–¿Sigues pensando en la chica? – pregunta.

Me encojo de hombros.

–Lo hago – me acomodo mejor.

–¿No crees que pudiera encontrar a otro? – intenta fastidiar.

Entrecierro mis ojos.

–¿No crees que ya debes dormir? – mascullo.

El ríe y se sube a su cama.

10 de abril, 2018.

Estaba de vuelta en Londres.

Después de tanto tiempo y estar casi incomunicado.

Podía volver a Londres y ver a Madeleine otra vez.

Haces varias semanas que papá no ha llamado y no como no se me permite hacer llamadas simplemente no sé nada sobre mi familia.

Pero como no me interesaba volver al Palacio todavía, apenas me bajo encuentro y Alan les doy les pido que me lleven al departamento de Madeleine.

–¿Cómo están las cosas en el palacio? – le pregunto.

–Todo bien... las cosas aún se encuentran un poco tensas, pero todo está bien – dice con la vista fija en la carretera.

Minutos después de esas pocas palabras llegamos al edificio de Madeleine. Cuando estoy frente al departamento escucho música. Casi puedo visualizarla limpiando su piso, mientras baila y canta.

Es algo digno de apreciar.

La puerta se abre mostrando a Ada, esta sonrojada y tiene el ceño fruncido. Saca su celular y detiene la música.

–¡Qué bueno que estés aquí! ¡Así podrás hacer entrar en razón a esa estúpida loca! – exclama dejándome entrar.

Entro y observo el departamento. Ada toma un bolso y me sonríe.

–Se la pasa todos los fines de semana acostada y durmiendo, me iré a tomar algo con un amigo de mi clase – me guiña un ojo.

Me quedo de pie un poco confundido, para luego reír y dirigirme a la habitación de Madeleine. Me dirijo a la habitación de Madeleine y frunzo el ceño cuando veo la desordenada habitación.

La única vez que vi esta habitación así de desordenada fue para la cena de navidad que pasamos en el palacio.

Normalmente su habitación no está así de desordenada, suele tener algunos bocetos esparcidos por varios lugares, pero ahora hay ropa por todos lados. Me parece ver un plato de comida en su escritorio.

La reconquista del príncipe [#2] NUEVA EDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora