Capítulo 14.

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24 de diciembre, 2017.

Mis días iban mejorando, no tanto, pero existía un cambio que al menos yo misma podía percibir en mi misma. La pintura era mi mejor compañera, como siempre lo ha sido.

Tengo miles de cuadros con todos mis miedos y sentimientos en mi habitación.

Había pintado tanto que incluso mis pinturas se habían terminado.

Asher y yo nos mantenemos en contacto, no tanto, pero era un avance después de un año sin nada de contacto. Además, él no estaba en Londres, lo cual estaba bien, ambos necesitamos aclarar nuestras mentes.

Más él que es quien tiene una gran confusión o eso es lo que dijo la ultima vez que nos vimos hace unos días.

Ahora yo estaba sentada en el suelo viendo como mi abuela reprende a Drew, mientras ella revisa el pavo para la cena de navidad.

–¡No toques!

–¡Ay! ¡Mi dedo! – se queja Drew segundos después de que la abuela le advirtiera.

–Te dije que no tocaras, niño inquieto – lo reprende la abuela.

Suelto una pequeña risa. La abuela se voltea a mirarme con una sonrisa y apunta a Drew con el paño con el que abrió el horno para revisar el pavo antes de que se quemara.

–Vuelve a meter ese dedo y quémate.

–¿Qué? ¡Pero si eso duele! – reclama ofendido metiendo su dedo bajo el agua.

–¡Pero la haces reír! ¡Y se ve preciosa sonriendo! – la abuela me apunta.

–¡Lo hubieras dicho antes! – exclama riendo.

Comienza a llevar otra vez su dedo hacia el horno mirándome fijamente con una sonrisa divertida. Rápidamente me levanto riendo y quito su mano antes de que se vuelva a quemar.

–¡No seas idiota! – lo reprendo.

La abuela junto con Maggie, la tía Margaret y Drew preparaban la cena de navidad o eso intentaban, ya que Drew lo único que hacia era robarse todo lo que preparaban. Por otro lado, papá con el tío Chandler y Ada fueron por las últimas compras navideñas.

Y yo me encontraba con Joe en el suelo jugando con sus autos. A veces agachaba mi cabeza y el bebé me sonreía y me estiraba su juguete favorito diciendo "¿Mana?".

Esté niño me sube el ánimo sin siquiera estar consciente de lo que hace.

–Ya hemos vuelto – avisa papá.

Joe busca con la mirada a papá antes de levantarse y comenzar a caminar hacia él, yo suelto una risa cuando comienza a llamar la atención de papá para que lo tome en sus brazos.

–Hoy has estado bastante risueña – comenta la abuela. –¿A qué se debe? – pregunta contenta.

Me encojo de hombros.

–No lo sé – respondo.

–No importa la razón, se ve hermosa haciéndolo – dice papá sentándose a mi lado con Joe, que está pasándole el auto por su brazo imaginando que es una pista de carrera, incluso intenta hacer los sonidos.

–¡Ha llegado por quien llorabas! – grita Jaden sobresaltándonos a todos y dirigiéndose a mí.

Hago una mueca confundida.

–No desperdicio lágrimas por ti – murmuro en vos baja, pero Jaden de igual forma me escucha.

–¡Pero si ya has vuelto a ser una pesada! – ríe acercándose para besar mi mejilla.

La reconquista del príncipe [#2] NUEVA EDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora