capítulo 12.

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06 de diciembre, 2017.

Mi respiración esta agitada, pero he llegado finalmente.

Estoy frente al palacio.

Llevo ropa de deporte ya que es lo único que se adapta a mi cuerpo después de tanta pérdida de peso que he tenido estos últimos días.

Estoy muy pálida, mi cabello está suelto y es un total desastre, tengo grandes ojeras y luzco realmente horrible.

Pero eso era lo último que me importaba.

–¿Qué es lo quiere señorita? – pregunta uno de los guardias acercándose a mí.

–Necesito hablar con la princesa Gabrielle o con Zack uno de los guardaespaldas de Asher, de parte de Madeleine Hannover – digo.

Él asiente y saca una radio y habla a través de ella.

–Ya vendrán por usted, por favor espere – indique.

Prácticamente me arranque de mi departamento cuando Maggie, papá y el bebé estaban durmiendo.

La diferencia de horario me ha ayudado.

Finalmente aparece Zack y se detiene un momento a analizarme con la mirada.

–¿Qué te sucedió? – pregunta preocupado.

–Eso es lo que he venido averiguar – murmuro caminando a su lado.

–¿Vienes a ver a Gabrielle? Por qué ella no está. Salió con Asher – informa.

–Vengo a hablar con la reina – le informo. –Por favor llévame con ella –le pido.

–No sé si eso es una buena idea – murmura inseguro.

–Por favor... solo quiero averiguar algo – ruego.

Él asiente aun luciendo inseguro.

–El rey y la abuela están en el jardín, ella se encuentra sola ya que Alana está durmiendo en la habitación – dice.

Entramos al palacio y él me deja esperando en la entrada. Y se dirige a hablar con la reina que está en la sala.

Cuando sale me hace una seña.

–Puedes entrar – indica.

Rápidamente entro y ahí está ella.

Sentada con su perfecta postura con sus piernas cruzadas y con una taza de té en su mano. Me escanea con su mirada dejando su taza en la mesita.

–Vaya... pero que mal te ves ¿Qué fue lo que sucedió? ¿Ver a Asher ser feliz con Alana? – pregunta divertida.

Aprieto mis manos en puños y me detengo.

–¿No le bastó con amenazarme hace un año? – pregunto entre dientes. –¿Debía hacer esto? ¿Era realmente necesario hacer esto?

Ella me mira y alza una ceja confundida.

–¿De qué estás hablando? ¿Perdiste la cabeza como tu madre? – pregunta.

–¡No la meta en esto! – la apunto con mi dedo. –¡Sabe perfectamente de lo que hablo! ¿Cómo se enteró que estaba embarazada? ¿Me mando a espiar cuando hable con Gabrielle aquí en el palacio? ¿Mando a revisar mi basura?

Sus ojos se abren como plato.

–¿Estás embarazada? – pregunta impactada.

–¡No se haga la sorprendida! – comienzo a llorar. –¡Deje de actuar! ¡Usted lo sabía y le pago alguien para envenenar mi comida! ¡Usted se deshizo de mis bebés! ¡Y trato de deshacerse de mí también! – grito.

La reconquista del príncipe [#2] NUEVA EDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora