Mi nombre es Natalie, soy una artista de Los Ángeles, California. Según yo, soy una chica normal y corriente como todas las demás personas en el mundo, pero mi terapeuta (así es, tengo un terapeuta) dijo que es necesario e importante canalizar mis emociones en un diario. ¡En un diario!
Lo que pasa es que lamentablemente sufro de ansiedad. Cuando me llega a pasar, siento como si no pudiera respirar. Mi corazón se acelera y han habido momentos en los que siento que no puedo moverme. Es una sensación horrible. A veces pierdo el control. Es por eso que estoy bajo medicamento y mi terapeuta me encargó escribir en un diario para canalizar mis emociones.
Así que es hora de que empiece a llevar mi diario a todos los lugares a los que vaya. Mi terapeuta, Jack, dice que me puede servir para manejar mejor la ansiedad y no estresarme por cosas mínimas. Espero que tenga razón... Supongo que llegó la hora de empezar esta aventura...
Para empezar, desde que estaba cursando la preparatoria, me enamoré profundamente de un chico llamado Elijah y hace seis años que es mi novio. De hecho el día de hoy me invitó a cenar en un restaurante francés demasiado lujoso. Estoy súper emocionada. Estas últimas semanas, no he podido estar a solas con el y para ser honesta ya lo extraño demasiado. ¡Se supone que Elijah y yo vamos a ir a Vermont esta semana para ir a la boda de mi mejor amiga, Carina! Pero ahora no estoy tan segura de eso... Elijah ha estado demasiado ocupado.
— ¿Cómo que no puedes ir? Elijah... No puedo creerlo. Planeamos este viaje durante semanas.
— Nat, yo nunca dije que no podía ir. Lo que dije fue que no puedo llevarte a Vermont. Hay una gran diferencia.
— ¡Es lo mismo! Le dije a Carina y a Edward que iríamos los dos juntos a su boda. Prometiste que me ayudarías a entregarles la escultura que hice para ellos.
Elijah se acerca para tomar mi mano de forma gentil. Juega con mis dedos por un momento y su voz se suaviza un poco.— No me lo perdería la boda por nada del mundo —.Hace una larga pausa y luego prosigue.— Pero Carina es tu mejor amiga, no la mía. Ella no me necesita. Solo te necesita a ti.
Quitó la mano bruscamente de la suya. Le doy un trago a mi copa de vino tinto que tengo enfrente de mi. Es la excusa más patética que he escuchado en toda mi vida. Si no quiere pasar tiempo conmigo, es mejor que me lo diga en vez de inventar excusas. Intento calmar mis nervios. Respiro hondo una y otra vez.
— Pero yo te necesito, Elijah. ¿Acaso eso no te importa?
— Natalie... —Me mira un instante con sus ojos cafés claros.
— Todo el mundo espera que lleguemos juntos. ¿Qué se supone que debo de decir?
— Estoy seguro de que lo entenderán, Nat. Somos adultos después de todo.
— No es solo eso, Eli. Nunca en mi vida he manejado sola en carretera y menos atravesar todo un país sin compañía. Tengo miedo, sobre todo me da miedo que en medio de la carretera me ponga ansiosa. No quiero manejar sola de Los Ángeles hasta Vermont, ¡son como 5,000 kilómetros!
Elijah se endereza en su asiento. Sus hombros rígidos se tornan en la misma posición que siempre hace cuando discutimos... No sé lo que está pasando entre nosotros. Estos últimos meses hemos peleado más de lo normal. No me gusta nada de esto.
— ¿Dónde está la Natalie que solía conocer? Antes no le tenías miedo a nada. Eso era lo que me gustaba de ti. —Me mira a los ojos antes de desviar la mirada.— De todos modos, tengo asuntos importantes que atender. Tengo que resolver cosas de abogados y me van a subir el salario. Estoy mejorando en el trabajo. ¡No puedes permitir que deje pasar esta oportunidad solo para ir a entregar un pedazo de concreto al otro lado del país para la boda de tu mejor amiga!

ESTÁS LEYENDO
El chico que odio
Roman d'amourPara llegar a la boda de su mejor amiga, Natalie tiene que manejar desde California hasta Nueva York con Hayden, el hermano de su mejor amiga y tiene prohibido enamorarse de él. ¿Podrá volver a amarlo como antes? O ¿su mejor amiga interferirá?