12- LA REVELACIÓN

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—...¡Juls!, ¡ayudame!

—¿Val?. ¿¡Val eres tú, mi amor!?

—¡sí Juls, ayudame por favor!

Los gritos se escuchaban desde el bosque, así que Juliana corrió en dirección hacia el mismo.

—¡Val mi amor no te preocupes, iré por ti!— le decía la morena mientras corría lo más rápido posible

Después de haber corrido unos cuantos metros se detuvo al ver una gran jaula en el centro de aquel tenebroso bosque, el cual era alumbrado por la gran luna llena. Dentro de la jaula pudo observar a una mujer vestida con un largo vestido y con el cabello todo desordenado. No podía ver la cara de la mujer, ya que ella estaba de espalda.

—¿Val?— preguntó mientras se acercaba lentamente a la jaula— ¡Ha!— se sorprendió y dio unos pasos hacia atrás después de que la mujer se pusiera frente a ella

Los ojos de aquella mujer eran rojos, sus manos peludas y tenían unas largas garras. Su boca era grande y sus dientes filosos.

—¡Juls, sacame de aquí por favor!, me van a matar— dijo la mujer en forma de animal, agarrada de las barras de acero

—¿eres tú, Val?— Juliana aún estaba en shock

—sí Juls, soy yo. Y necesito que me saques de aquí— suplicó Valentina

Rápidamente Juliana empezó a forzar la puerta de la jaula, buscando una manera de sacar a Valentina de allí.

—¿quién te hizo esto?, ¿quién te encerró aquí, Val?—le preguntó mientras trataba de abrir la puerta

—ellos me acusan de haber matado a unas personas. Te juro que yo no lo hice, Juls— dijo Valentina llorando. Juliana la tomó de las grandes y peludas manos

—¿ellos quienes, Val?— le preguntó mirándola fijamente a los, antes de que se escuchara una multitud de personas llegar al lugar

—ellos...

Valentina señaló hacia las personas que estaban detrás de Juliana, quien rápidamente se dio la vuelta y quedó frente a ellos.

—dejenla en paz. ¡No se atrevan a tocarla!— les gritó juls sujetando la mano de Valentina, quien estaba muy asustada

—no te metas, Juliana, y entrega a ese monstruo. Bastante problemas ha causado este engendro del demonio, tenemos que enviarlo al infierno esta misma noche— dijo un hombre alto de cabello castaño, quien sujetaba el candelabro de oro, el cual tenía unas fuertes llamas que alumbraban todo el lugar. Las demás personas tenían escopetas y armas blancas

—no se atrevan a tocarla, malditos— le dijo Juliana con rabia

—¡ese monstruo tiene que morir, ahora!— gritó el hombre con ira

"¡Sí, que muera!" "hay que acabar con el fenómeno" "siiii" gritaban las personas que estaban detrás de él

—sobre mi cadáver— les dijo Juliana

—bueno, si así lo quieres— dijo él haciendo una seña a los demás para que fueran por Juliana. Todos obedecieron y fueron hacia a ella

—¡no me toquen, malditos!— gritaba Juliana mientras un grupo de hombres la agarraban— ¡sueltenme infelices!— Juliana trataba de defenderse pero eran demasiados para ella

EL Candelabro De Oro| CONCLUIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora