21-BAJO ESCOMBROS

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—... Entonces sí se atrevieron a venir por Valentina

Juliana había llegado a casa de Elena, la mujer le contaba todo lo que había pasado horas antes de que ella llegara.

—así es, mijita, los padres de esos chicos estuvieron aquí. Acompañados de la niñita ésta... La hija de Uribe— comentó la mujer

—¿Fernanda?— preguntó Juls. Ella asintió con la cabeza

—si la hubieras visto a la chamaca esa actuando como jefa de tropa y exigiendo que entregara a Valentina. Me dieron ganas de darle unas buenas nalgadas— dijo Elena un poco enojada

—me imagino. La muy pendeja está obsesionada con hacerle daño a Valentina... Pero no se lo voy a permitir. Primero la mato— dijo Juls con enojo

—no digas eso mija. No ensucies tus manos con personas que no valen la pena. Todo el que hace daño  algún día la paga

—señora Elena— Juliana se acercó a la mujer y le puso la mano en el hombro. Las dos estaban sentadas en el sofá— ¿por qué no se va conmigo?. Estará mejor allá con nosotras

Elene negó con la cabeza.

—a mi nadie me sacará de mi casa. Además, ya les dejé bien claro que no pueden volver a pasar por aquí. Si los vuelvo a ver rondando mi casa los llenaré de plomo— Juliana rió al escuchar a la mujer— mejor dime cómo está mi nieta. ¿Las estás cuidando?

—ella está bien. Le encanta el lugar en donde nos estamos quedando. Y sí, la estoy cuidando muy bien, y ella a mí, claro

—¿y por qué la dejaste sola?. Se supone que deberías de estar con ella, ¿no?

—sí, lo sé, pero... Bueno, es que yo...

—¿tú qué?

—yo leí el libro, señora Elena. Mejor dicho: empecé a leerlo

—¿y qué encontraste?

—un hechizo que se llama "Transferir Kendala", si no me equivoco

—¿y?

—es que, me interesó ese hechizo. No sé, me llamó la atención. Pero no tengo ni idea de qué se trata, o cuál es su función

Elena suspiró.

—Kendala es el tipo de hechizo que usaron para la maldición que le hicieron a la familia Carvajal

—¿entonces ese hechizo puede servir para quitarle la maldición a Valentina?— le preguntó Juliana un poco emocionada. Elena negó con la cabeza y los ánimos de la morena se vinieron abajo

—no es tan fácil, Juliana. Creo que sólo leíste los ingredientes para hacer la poción, mas no leíste cómo sería el proceso

—¿y cómo es?— Elena se quedó en silencio— por favor señora Elena, quiero saber cómo puedo ayudar a Valentina

—no te quiero ilusionar, hija. Por años hemos intentado todo para romper esa maldición. Lo siento, Juliana, pero la única que puede terminar con todo esto es Valentina, y sabes muy bien de que manera— concluyó diciendo la mujer negando con la cabeza

—yo no lo voy a permitir. No dejaré que Valentina muera— dijo Juliana poniéndose de pie

—y me alegra saber eso. Me alegra que ames tanto a Valentina, que la cuides como la cuidas— Elena también se puso de pie y le sonrió. Juliana también sonrió

—ya tengo que irme. Le prometí a Valentina que llegaría temprano

—está bien, hija, no te preocupes

EL Candelabro De Oro| CONCLUIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora