14- SOBRE MI PIEL

1.6K 255 125
                                    

.
.
.
.
.

—... Lo que no entiendo es por qué harán esa fiesta en un bosque— le decía Valentina a Juliana, quien le acariciaba el cabello

Las dos estaban desnuda sobre sobre la cama de Juliana, envueltas entre las sábanas.

—es una fiesta de Halloween, mi amor. La idea es que de "miedo"

Valentina suspiró y se quedó un poco pensativa, con su mirada hacia el techo.

—no lo sé, Juls, pero... Nah, olvidalo

—¿Qué pasó morrita?, dime

—nada, sólo son cosas mías. Pensamientos locos

—quiero saber tus "pensamientos locos" — Juliana se puso de lado para buscar su mirada— anda, dime— la morena insistió

Valentina se dio media vuelta y se puso frente a ella.

—es que, el bosque me aterra un poco. No sé— Juliana rió bajo— no te burles, Juls

—no me burlo mi amor. Es sólo que, me da un poco de risa escucharte decir que algo te aterra— le dijo Juliana acariciándole el cabello

—sabes muy bien por que lo digo

—si lo dices por la luna, sabes bien que no pasa nada. Ya lo probamos aquella vez, y no pasó nada

—sí, bastante valiente que fuiste en llevarme a ese lugar, sólo para ver si en verdad me convertía en lobo. Estás loca— le dijo Valentina de manera graciosa

—loca de amor por ti— dijo Juliana dándole un beso en los labios— yo quería demostrarte que ya esa maldición no existe en ti

—no lo creo, Juls— le dijo Val negando con la cabeza— hasta que la luna no se vuelva color sangre y el fuego del candelabro se apague, esta maldición no acabará

—entonces apaga el estúpido candelabro, y listo

Valentina rió al escuchar a su novia.

—eres una tonta— le dijo riendo y dándole un tierno beso— ojalá fuera tan fácil

—yo sigo pensando que esa maldición ya se fue de tu vida. Desde el día en que nos hicimos novias esa maldición ya fue, estoy segura— dijo Juliana poniéndose boca arriba— ¡auch!— se quejó en voz baja arqueando un poco su espalda

—¿ves?, los rasguños que hay en tu espalda dicen todo lo contrario. Yo sigo siendo una salvaje— le dijo Valentina un poco entristecida.

Juliana la agarró de la mano.

—ven aquí— le dijo colocándola encima de ella y abrazándola por la cintura— tú eres mi salvaje. Así te conocí. Así te amo y, así te voy a amar siempre— dijo antes de besar sus labios

—perdón por hacerte esto. Perdón, Juls— dijo Val apenada

—no te preocupes, ya me acostumbre. Además tenías mucho que no lo hacías, ya hasta me hacían falta tus excitantes rasguños— le dijo de forma graciosa. Valentina sonrió— me encanta tenerte sobre mi piel

—te amo, mi tontita hermosa— le dijo Val mirándola con ternura. Juliana se perdía en su mirada

—te amo, mi lobita salvaje

Juliana la agarró por el rostro y empezó a besarla con mucha pasión, mientras deslizaba sus manos por el blanco trasero de su novia, para luego apretarlo con fuerza y hacer que sus centros se sintieran uno al otro.

Sus senos unidos. Sus cuerpos siendo uno solo, piel con piel  rozando sus sudores y sus corazones latiendo al compás. Mientras se amaban y se sentían, como solían hacerlo...

EL Candelabro De Oro| CONCLUIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora