EPÍLOGO

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Valentina Pov.

Ya había pasado más de un mes después de que mi alma fue liberada; Juls y yo nos casamos por el civil día después de que el padre Esteban nos haya dado su bendición, y de que mi ojo rojo cambiara de color. Sí, ya tenía mis dos ojos del mismo color, azul. Luego tuvimos nuestra hermosa graduación, yo me gradúe con honores, y Juls... Bueno, Juls se graduó que es lo importante, y pudo entrar a la misma universidad que yo.

Antes de que entráramos a la universidad tuvimos nuestra luna de miel en México, un tour por los mejores lugares que tiene el hermoso país. Fue genial y divertido!


Ya era el día en que nos instalábamos en nuestro nuevo departamento, en donde empezaríamos a vivir una nueva vida para construir nuestros sueños, juntas.

—... Nop, no. Queda horrible ese cuadro ahí— me decía mi esposa negando con la cabeza, mientras yo intentaba colgar un cuadro en las paredes de la sala

—¿entonces qué pondremos aquí?, porque no podemos dejar esas paredes sin adornar— le dije desde la pequeña escalera en la que estaba subida

—dame esto— ella me quitó el cuadro y lo puso en el piso— vengache pa' acá, esposa mía— me dijo agarrándome por la cintura para ayudarme a bajar de la escalera— ahí haré un hermoso dibujo— dijo señalando la gran pared de fondo

—hmmm, ¿estás segura?— yo lo pensé un poco

—quizás te parezca un poco loco, pero cuando haga mi hermosa obra de arte sé que morirás de amor— dijo guiñando un ojo

—¿y qué vas a dibujar?, si se puede saber

—¡ah no mamacita!— ella me abrazó por la cintura y yo la abracé por el cuello— eso será una sorpresa— me dijo antes de darme un tierno beso en los labios

—¿ah?... ¿Y cómo harás para que yo no pueda ver lo que dibujas?

—yo tengo mis mañas, mi señora Valdés — dijo apretando mi trasero— ahora, creo que, debemos inaugurar nuestro nuevo hogar— me dijo dejando tiernos besos sobre mi cuello, mientras me guiaba hacia el sofá, para luego hacer que caigamos sobre éste

—me parece una buena idea— le dije con picardía

Sin terminar de acomodar las cosas de la mudanza empezamos a inaugurar placenteramente nuestro nuevo lugar, no sólo en el sofá, sino también en el resto de todo el departamento...

Varios Días Después...

—... Despacito, ya casi llegamos— decía Juls cubriéndome los ojos con sus manos y guiándome hacia la sala para mostrarme como había quedado su arte en la pared— listo, aquí— dijo deteniéndose

Lentamente quitó sus manos de mis ojos, los cuales abrí de inmediato.

—wow— susurré con asombro, al ver lo hermosa que se veía la pared con aquel dibujo que mi esposa había hecho:

—wow— susurré con asombro, al ver lo hermosa que se veía la pared con aquel dibujo que mi esposa había hecho:

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EL Candelabro De Oro| CONCLUIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora