CAPÍTULO 19.

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"Cuando nos conocimos, algo en el interior de ambos cambió y, fuera lo que fuera, hacía que nos necesitáramos el uno al otro. Por razones que desconocía, yo era su excepción, y, por mucho que hubiera intentado luchar contra mis sentimientos, él era la mía."

Narra Sujey

No sé cómo sucedió, tampoco sé cuando, a que hora y en que momento, pero me había vuelto inseparable de Huaze Lei; era poco probable que alguien no lo hubiera notado ya. El día que Lei me había rescatado de la situación con Augustus se veía lejano, al principio fue incómodo, ya que la noticia no tardó en expandirse por toda la universidad, todos me reconocieron inmediatamente y por algunos días fui algo así cómo el centro de atención, era extraño cuando me cedían lugares, cuando me mostraron todo signo de respeto, fue entonces que comprendí lo increíbles que eran los F4, lo maravilloso que era Lei, pues ellos eran completamente respetados no por las riquezas que poseían sino por su talento; al volverme inseparable de Lei también me volví inseparable de sus amigos y ahora sabía que la apariencia es completamente diferente a lo que realmente somos, Daoming Si era muy romántico con su prometida, era atentó, amable y muy inteligente de hecho; Ximen también era bastante romántico y de vez en cuando su apariencia fría desaparecía y contaba chistes, malisimos de hecho; Meiuzo era muy alegre y atento, suele hablar de cosas bastante interesantes; y Lei, bueno Lei parecía ser otro, reía a menudo, relataba historias fantásticas, era divertido, podría pasar horas escuchándolo sin aburrirme, era atentó y amable, lo había arrastrado de compras conmigo algunas veces y terminábamos probando un montón de ropa, después de un tiempo siguió mi ritmo de comer dulces y otras cosas, helado por las noches aunque ambos nos congeláramos, quizás lo que más me gustaba era leer con él en la azotea, a veces ambos terminábamos llorando u riendo a más no poder, otra cosa que había descubierto de él era que es muy sensible, suele apreciar cada nota de música, cada pieza de arte tanto cómo puede, sus ojos brillan cuando algo le agrada y suele ponerse bastante serio cuando algo no; parecía conocerlo completamente, de alguna manera adivinaba sus pensamientos y conocía como reaccionaría ante distintas situaciones; él también lo sabía, él también era consciente de cada detalle mío, pues suele evitar las cosas que sabe que me desagradan, suele intentar que sea menos insegura.
Augustus se había alejado de mí, de hecho hace tiempo que no lo veo, pidió disculpas por un mensaje de texto, pero simplemente lo ignoré, no quería lidiar de nuevo con él.
Mí vida marchaba bien, sí, seguía tropezando y cayendo a menudo, probablemente hasta podría encontrarme en google maps, mi suerte tampoco había cambiado, muchas veces había pérdido el autobús, seguía llegando tarde, pero gracias a Lei que reía ante todas las desgracias que me pasaban, aprendí  hacerlo también, aprendí a reír de mi misma en lugar de quejarme y pensar que me lo merecía.
Mí único problema ahora era que extrañaba con toda el alma a mi familia, Sarahí siempre me animaba cuando me soltaba a llorar, sin embargo el sentimiento no desaparecía. Hoy era 24 de diciembre en México, hoy era noche buena, podría estar ahí por las vacaciones decembrinas, sin embargo la situación económica de mis padres no me permitió viajar cómo lo había planeado.

–¡Sujey! —Escuche la voz de Lei, y me percate de que me miraba preocupado.
–¿Me decías algo? Lo siento, estaba pensando algunas cosas. —Le digo tomando un poco del chocolate que tenía en las manos.
–Te  preguntaba si estabas bien, te notó triste. —Me dice sin dejar de mirarme.
–Sí, estoy bien, es sólo que, extraño a mi familia, hoy es una fecha importante, solemos adornar mi casa, prender una fogata y cenar algo rico tomando ponche, es una tradición que tengo desde que era niña, no estar allá me hace sentir extraña. —Le digo triste, él toma delicadamente mi mano y piensa lo que va a decirme a continuación.
–¿Por qué no lo intentamos aquí? Podemos conseguir adorno y cenar algo rico y podríamos prepara eso que dices ¿ponche? —Me dice con una chispa de brillo que me hace saber que la idea le emociona.
–¿Sí? —Le digo y el asiente alegremente. –Entonces que hacemos aquí, corramos, envíale mensaje a los chicos, veré si Sarahí aún no se va a casa y después iremos a buscar las cosas. —Continuó y lo jaló de la mano para comenzar a correr.



–Entonces, ¿soló nos faltan los obsequios? —Me pregunta, mientras le doy a probar la brocheta que compré hace unas cuadras.
–Así es, nos separamos aquí, iré a buscar los obsequios, tú igual ve y avisales, te veo en mi departamento con los demás. —Le digo mientras me alejó.
















Narra Lei

No sabía exactamente que regalarle a Sujey, nunca había hecho esto, pero lo adoro, me encanta aprender y hacer cosas nuevas con ella, tal vez es uno de los motivos para no apartarme de ella, salimos todos los días y por las noches incluso hacemos llamadas para que ella no se sienta sola, no sé cómo se volvió parte de mí, no sé cómo poco a poco el vacío que tenía se llenó.
Toque a la puerta de su departamento, la cuál estaba adornada con luces, mientras ella abre la puerta arreglo un poco el traje que traigo puesto, ella dijo que era una ocasión especial y quiero que así lo sea; la puerta se abre y Sujey está de pie sonriendo, con un vestido azúl y unas brillantes zapatillas, su cabello está rizado y está usando un poco de maquillaje, se ve perfecta.
–Tierra llamando a Lei, tierra llamando a Lei, ¿me escuchan? —Escuchó decir y es cuando salgo de mi nube y sonrió bobamente.
–Te ves increíble señorita tierra. —Le digo sin dejar de sonreír.
–¿En serio? Pase un par de horas decidiendo que usar, pasa Kira te estaba esperando. —Me dice sonriendo, la mesa se ve fantástica, hay esferas y un árbol adornado, huele exquisito, me siento totalmente feliz y tranquilo.
–Claro, yo no te mentiría, los chicos llegan en un momento.  —Le digo y ella sólo sonríe, nos sentamos un momento en el sofá, un programa al que no le preste atención sonaba en la televisión. No sé en que momento me perdí en ella, la miraba, miraba como estaba totalmente concentrada en el programa, su sonrisa no parecía desaparecer, al contrario brillaba más, le presté atención a sus ojos, un café probablemente común, pero muy especial para mí, sus largas pestañas hacían que su brillo resaltará más, luego su pequeña nariz, roja por el frío y finalmente a sus labios, sus labios se veían finos y delicados, ¿que se sentirá besarlos? Ohh que estoy pensando, basta, intente desviar mi mirada, pero entonces ella me atrapó y también me miró, no sé en que momento ambos nos acercamos y terminamos a centímetros el uno del otro, una emoción indescriptible me llenaba el cuerpo, de pronto nuestras respiraciones se mezclaban y podía jurar sentir su aroma, su aroma a fresas y vainalla, un mágico beso estaba a punto de ocurrir.
Hasta que el timbre de la puerta sonó y ambos nos sobresaltamos y nos sonrojamos al instante, en tiempo récord ella se levanto corriendo hacia la puerta.
Magia, su magia era cómo un sueño.

Serendipia - Huaze LeiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora