CAPÍTULO 12.

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Narra Sujey

–¿No es peligroso que trabajes tan tarde? Yo creo que es más viable que dejes de hacerlo y mejor te concentres en estudiar. —me dice Sarahí mientras le da un pequeña mordida a su sándwich.
Cuando me inscribí al taller de arte nunca pensé en mí trabajo en la cafetería sólo pensé en los créditos que esté me daría, sí bien el taller era
sólo tres veces por semana para mí mala suerte coincidía con los días en los que trabajaba, así que por consecuencia tuve que cambiar mí horario de trabajo de 7 a 10 de la noche, lo cual aún no me convence y me preocupa, porque efectivamente Sarahí tiene razón es muy tarde.

–No lo sé, sólo no sabía que hacer —le respondó pensativa.
–Y entonces sólo cambiaste tú turno a uno nada favorable y además por si fuera poco no le haz dicho a tú madre, muy bien Sujey, eres brillante. —Me responde sarcásticamente.
–Eso no me ayuda para nada ¿sabes? —le respondó bufando.
–Bueno, tú dijiste que no era necesario que trabajaras, tus padres te apoyan totalmente, no veo la razón por la que sigas trabando Sujey —me dice mirándome fijamente.
–Lo sé, pero me siento rara haciendo que paguen todo, además sabes que tengo tres hermanos más, tengo que seguir ayudándolos por lo menos con mís gastos extra. –le respondó frotando mí frente en signo de frustración.
–¿Entonces por qué no pensaste en eso cuando reprobaste literatura? —me dice mientras comienza a juntar sus cosas.
–No fue mí culpa, estudié mucho lo sabes. —le respondó molesta.
–Bueno pues no funcionó, a ninguna de las dos lamentablemente y no podemos quejarnos, sigue trabajando sí así lo quieres, pero yo sigo viéndole muchos riesgos a eso y por lo que me haz contado tú madre nunca te dará permiso. —me dice levantándose de la mesa en la que nos hemos sentado a desayunar.
–Ahhh es tan complicado —le digo mientras observó mí reloj. –Ohh no son casí las 11, me voy o llegaré tarde —le digo levantándome también.
–Corre entonces, suerte que está hora la tenemos libre, concéntrate y después nos aclaramos las dudas —me dice sonriendo.
–Ni que lo digas, nos vemos luego Sarahí. —le digo separándome de ella y dirigiéndome a las escaleras.




Huaze Lei está sentado en una de las sillas que había aquí, al parecer la ha limpiado pues ya no se nota que esté tan dañada cómo antes. Parece bastante concentrado pues ni siquiera notó que eh llegado. Me permito observarlo unos instantes y al hacerlo me siento tranquila, cómo si no tuviera nada con que lidiar, cómo sí sólo él existiera ahí, leyendo y haciendo muecas extrañas cada que parece no enter a algo.

–Llegaste, ven acércate —me dice sacándome de mí burbuja.
–Oh sí, lo siento te ví muy concentrado y no quería interrumpirte. —le digo acercándome a él.
Al parecer limpió un par de sillas pues al acerme notó otra a unos metros de él.
–Bueno hace mucho no leía libros con tantos números y símbolos. Acerca esa silla,  llegué un poco temprano y limpie dos butacas para estar más cómodos. —me dice tomando unas hojas que hasta ahora pude ver estaban en el suelo.
–Ya veo, lo lamentó seguro tienes más cosas importantes que hacer. —le digo haciendo una mueca de culpa.
–Sí, no te miento, de hecho estoy haciéndolo a espaldas de mís amigos, pero descuida no lo hago solamente por tí, en realidad quería distraerme un poco. —me responde sin mirarme a los ojos.
–Claro distracción. —le digo sin poder evitar un tono de decepción.
Por supuesto, ¿Por qué ayudaría a una persona extraña? Me siento un poco patética por haber aceptado que él me ayudará, claro ahora seré su "distracción" Nada nuevo, no sé que esperaba.
–Claro, entonces ¿con que empezamos? Al hojear todo esto, me pareció bastante intrigante, sobre todo las ecuaciones, parecen un verdadero reto. —me dice mostrándome una parte de las hojas. Y yo sólo puedo mirarlo con confusión, pues ¿a quien le parece intrigante resolver un problema matemático? A veces ni siquiera entiendo mí propia vida y él parece interesado en todo esto.
–Mmm no lo sé, ¿no llevaste un curso de matemáticas en tú carrera? —le preguntó mientras buscó los temas que subrayé y que se me difucultan.
–No en realidad, sólo lo básico. —me responde tranquilo.
–Okey, pero supongo que si llevaste clases de arte y todo eso ¿no?, ¿por qué te metiste al taller entonces? —le preguntó, pues desde que lo ví ahí quería preguntarle, no tuve oportunidad porque cuando terminamos salí corriendo a arreglar todo el asunto de mí trabajo.
–Sí, las llevé algunos periodos, pero nunca puse empeño en ello, prefería concentrarme sólo en la música, que era lo que me interesaba y bueno el motivo no importa. —me responde levantado la mirada hacía mí.
–Ya veo. —le respondó con nerviosismo.
–Entonces, ¿Con que quieres empezar?
–¿Te parece con las ecuaciones de tres o más variables? Sigo sin entenderlo. —le digo sentándome al fin.
–Okey déjame revisar el tema y comprenderlo. —me dice hojeando nuevamente el libro.
–Sí, está bien tomate tú tiempo —le digo comenzando a sacar mís cosas.

Serendipia - Huaze LeiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora