CAPÍTULO 5

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Narra Sujey

Después del día en que me derrumbe y aquel chico misterioso me tranquilizó las cosas en la escuela mejoraron un poco Sun Mi me pidió disculpas por lo sucedido y pude solicitar un cambio de equipo con mí amiga Sarahí.

Ahora lo único que estaba acabando conmigo era mí soledad, todos los días extrañaba muchísimo a mí familia, a mí casa, sobre todo a mi madre pues a pesar de que hablamos por teléfono a diario extraño verla sonreír y contarle con más detalle lo que pasa a diario. Es deprimente llegar y que nadie te espere, que no haya nadie que se preocupe por tí, dormir sola y sobre todo comer sola que es lo que más odiaba, aunque tenía a mí gatita a mí lado no podía evitar sentirme así.

Decidí trabajar medio tiempo, así podría ayudar a mís padres con los gastos y yo perdería más tiempo y así evitaría un poco sentirme tan sola por las tardes. Mís padres al principio no estuvieron de acuerdo pero logré convencerlos.
Conseguí trabajo en un lugar nuevo dónde se vende todo tipo de té, está realmente increíble y creo que entendí rápido como funciona.

-Bienvenidos, ¿que puedo ofrecerles?—Digo girando, pues estaba acomodando algunos vasos en la parte de atrás.
Al hacerlo puedo identificar al chico del violín, chico del que aún no su nombre. Me observa y luego aparta la mirada volteando a otro lado ignorandome.
Sus acompañantes parecen estar concentrados en el menú.
-Puedo ofrecerles la especialidad de la casa, es realmente buena y tiene promoción de 2x1.
-Tomaremos la especialidad de la casa entonces. —responde la única chica que viene en el grupo, muy linda a mí parecer. -Y agrega 6 pasteles de chocolate por favor. —me vuelve a decir amablemente.
-Yo no quiero la especialidad de la casa, yo quiero un café, por favor -me dice el chico misterioso fríamente y actuando cómo si no me conociera, ni siquiera se digna a mirarme a los ojos.
-En seguida, pueden tomar asiento en dónde gusten. —les digo amablemente.




-Aquí está su pedido, que lo difruten -digo poniendo la bandeja en el centro de la mesa y no sé cómo pero al girar me resbaló y caigo en brazos de alguien.
Mantengo los ojos cerrados hasta que lo escuchó -¿Estás cómoda? Se me están cansando los brazos —abró los ojos y me encuentro con el chico misterioso frente a mí, bien hecho Sujey, bien hecho.
-Ohh, sueltame, no ha sido mí intención, lo lamento. —digo nerviosa
-Okey - me responde levantado los brazos restándole importancia, entonces siento el frío suelo, me ha dejado caer en verdad, que molesto.
-¡Lei! Porque haz sido tan descortés con esta chica, ayudala a levantarse. —escucho decirle la chica.
-Ella lo pidió yo sólo cumplí —dijo moviendo los hombros en señal de la poca importancia que me daba.
-No se preocupe señorita puedo hacerlo sola -digo levantándome. –Provecho, que lo disfruten, con permiso. —digo girando y marchandome a seguir trabajando, mí turno terminará pronto.

¿Por qué el chico misterioso se había portado así de grosero y distante conmigo si no le hice nada? Por lo menos ahora sé que su nombre es Lei.

Serendipia - Huaze LeiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora