CAPÍTULO 18.

1K 93 8
                                    

Solemos creer que sabemos quienes somos.
Creemos que durante nuestra corta o larga vida nos hemos conocido por completo.
Creemos muchas cosas, sin embargo, es mentira, no nos conocemos para nada.
Algunas existencias externas son las que muchas veces nos hacen saber que incluso nosotros podemos ser unos completos desconocidos para nuestra propia existencia.

Narra Lei

Me sentía tontamente infantil, me sentía tontamente feliz, me sentía tontamente diferente, mientras corría tras Sujey en búsqueda de venganza, después de que ella embarrará un poco de helado sobre mí nariz. ¿Helado por la noche? Jamás lo hubiera comido por temor a terminar enfermó por la mañana. ¿Correr infantilmente para buscar venganza por algo sin sentido? Probablemente eso no pasaría jamás si estuviera con otra persona.
¿Por qué con ella es diferente? ¿Por qué siento que hoy no me conozco? No conozco al Huaze Lei reservado y serio de siempre, sólo me estoy dejándome llevar un poco y alegando todo pensamiento que pueda hacer que me arrepienta; está noche decidí que sería amigo de Sujey, lo intentaría, intentaría no romperla, intentaría protegerla incluso de mí, ¿la razón? Aún no lo sé, tal vez el verla hace unos momentos sola, con su rostro lleno de pánico y lágrimas hizo que algo en mí se removiera.
Sujey estaba pérdida, por lo que entendí, su amiga la dejó a la mitad de la nada después de salir de un concierto y al parecer aún no conoce el lugar por completo. Soy un poco egoísta por sentirme feliz de que su amiga la dejará, de que ella se perdiera, de que yo la encontrará, pues si no hubiera ocurrido yo no estaría con ella ahora, en camino a su departamento.

Flasback..

Iba camino a casa después de hacer unas compras, hasta que vi una una mochila conocida y un peculiar peinado.
–¿Sujey? —Le dije dudando completamente y esperando no equivocarme y que sea ella quien está sentada en la banqueta cubriéndose el rostro.
–¿Lei? —Respondió, levantando su rostro, en cuanto me vio sus ojos brillaron con esperanza y se levantó rápidamente. –Oh eres tú, por fin, temía quedarme aquí toda la noche, me siento tan afortunada, mi mente no paraba de pensar en finales trágicos. —Dijo apresuradamente al borde del llanto.
–¿Por qué estás aquí? Es muy tarde. —Le digo duramente.
–Vine a un concierto con mi amiga a unas cuadras de aquí, ella prometió acompañarme a mi departamento porque yo aún no reconozco las calles bien, pero después encontró a un "amigo" y se fue con él y me dejó sola, intenté irme por mi cuenta, pero termine aquí, me cansé de dar vueltas en los mismos lugares. —Me dijo frotando sus manos, pensé que era por nervios, hasta que me percate que estaba temblando de frío, llevaba sólo un pequeño suéter.
–Entiendo. —Le respondó mientras me sacó el abrigo blanco que traigo puesto. –Toma, con esto te sentirás mejor. —Le digo ofreciéndole mi abrigo, ella me mira y comienza a negar.
–No es necesario, estoy bien, no tengo frío. —Me responde, y yo sin buscar discutir me acerco a ella y se lo colocó por encima, parece muy sorprendida, pero finalmente lo acepta y se lo coloca bien.
–Muchas gracias. Yo... Yo... Perdón por molestarte... ¿Estás ocupado? ¿Será posible que puedas llevarme a la parada de autobús más cercana? —Me dijo cerrando los ojos fuertemente, al parecer por miedo a mí respuesta.
–Soy un hombre muy ocupado, pero hoy tienes mucha suerte, vamos, te acompañaré a tú departamento. —Le digo tranquilamente.
–No es necesario, puedes sólo dejarme en la parada de autobús, te lo agradecería bastante. —Me dice mientras comenzamos a caminar.
No respondí, sólo continúe caminando mientras le daba una conclusión a los pensamientos que tengo hace un par de semanas, intenté todo para ignorarla, intenté no pensar que había sido un error alejarme de ella, tal vez era hora de dejar de huir de una nueva amistad, una amistad diferente a las que tengo.
–Haremos esto, te llevaré a tú departamento y a cambio tú volverás a ser mi amiga, ¿trato? —Le digo finalmente, sintiéndome nervioso por su respuesta. Sujey frena en seco y me mira fijamente.
–¿No estás bromeando cierto? —Me dice sin dejar de mirarme.
–¿Por qué lo haría? —Le digo simple.
–Porque creí que me odiabas o que no te agradaba, creí que te alejaste porque no querías tener nada que ver conmigo. —Me dice triste.
–Lamento hacerte pensar eso, nunca te odiaría y me agradas, de hecho lo haces incluso siendo así de extraña. —Le digo sinceramente.
–Entonces, ¿Por qué te alejaste, por qué me haz estado ignorando? —Me dice.
–Por tonto, porque no quería romper cómo me rompieron a mí, porque es difícil para mí tener a una amiga después de Jing, porqué siempre eh creído que me bastaba con los tres amigos que tengo, pero no lo sé tal vez estoy equivocado. —Le digo inseguro.
—Lo estás, estás equivocado, lo eh estado pensando estos días y llegue a una conclusión, somos nosotros mismos quiénes nos rompemos al tener espectativas o ilusiones ante algo, no es algo que puedas decidir por otros y te entiendo, a veces solemos pensar que merecemos cosas que para nada lo hacemos. Aceptó el trato, no deje de ser tú amiga en primer lugar. —Me dijo seriamente para luego girar la mirada; unos segundos después sus ojos brillaron y corrió a una tienda, dejándome atrás.

Serendipia - Huaze LeiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora