CAPÍTULO 11.

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Narra Sujey

Hay momentos en la vida en la que nos sentimos pérdidos, cómo sí caminaramos en un pasillo oscuro, dónde al dar un pasó te sientes caer por un precipicio.
A veces sólo nos sentimos pérdidos entre el misterioso y enorme universo.
Podemos gritar, pero nadie nos escucha.
Podemos llorar, pero nadie nos consuela.
Podemos hablar, pero nadie nos entiende; sólo somos nosotros cayendo en un enorme pozo sin fondo.
A veces sólo necesitamos de una pequeña luz, una luz que alumbre ese temible camino oscuro que está frente a nosotros, una pequeña luz que nos rescate y nos ayude a viajar hasta un lugar seguro, una pequeña luz que se quedé sin soltar nuestra mano.

Las cosas no habían mejorado desde el encuentro bochornoso que tuve con Lei hace un par de semanas, de hecho lo eh evitado desde entonces, no es tan difícil en realidad, sólo no subo más a la azotea y evitó estar fuera de mí aula de clase;
No me fue bien en dos asignaturas y estoy en riesgo de reprobar literatura y matemáticas. Tengo que encontrar a un tutor y asistir a un taller de lectura o de artes para tener créditos para literatura.
Esté no es el problema en realidad, el conflicto que en realidad tengo es el haberme fallado a mí misma, estudie, lo prometo, no dormí más de 5 horas durante una semana para entregar cada uno de los trabajos en tiempo y forma, sin embargo el día del examen simplemente me quedé en blanco, cuando las respuestas llegaron a mí mente el tiempo ya me había consumido dejándome sin la oportunidad de contestar mucho. No sé cómo decirle ésto a mís padres, especialmente a mí madre que es a quien le cuento todo y se preocupa bastante si algo no sale bien, podría ocultarselo, pero realmente no me sentiría bien haciéndolo.

Por otro lado está de hecho, que extraño muchísimo a mí familia, siento cómo sí mis hermanos estuvieran creciendo demasiado rápido y sin mí, cómo si algo me faltará y sé que ellos también me extrañan mucho, lo confirme después de recordar las palabras que me dijo ayer mí madre:
"Tú papá está molesto últimamente, siempre dice que porqué tuviste que irte a un lugar tan lejos, cuando podías lograr muchas cosas aquí, sabes cómo disfraza su nostalgia con molestia, tal vez deberías considerar regresar con nosotros, nos hace mucha falta hija"

¿Debería regresar? ¿Realmente merezco estar aquí? ¿Realmente voy a lograrlo? Después de todo estoy por reprobar dos asignaturas aún cuando puse todo de mí.

-¡Sujey! Te estoy hablando, ¿estas ahí? —escuchó la voz de Sarahí llamándome y entonces me percató de que estamos en el salón de talleres para decidir en cuál inscribirnos, así es, ambas estamos en el mismo riesgo.
-Oh sí, lo lamentó, estaba pensando en cuál taller sería más conveniente estar —le respondó mientras observó a detalle el aula dónde nos encontramos.
-Okey, según el horario que acabó de revisar nos convendría más tomar el de Artes para que no se cruce con ninguna de nuestras actividades, no sé que opines —me dice mostrándome dicho horario en su teléfono.
-¿En serio? Soy malísima dibujando y haciendo cualquier cosa que tenga que ver con el arte, la última vez que hice algo relacionado términe con tinta negra sobre toda mí sudadera —le respondó molesta.
-Lo sé, lo sé, yo tampoco soy buena en el arte pero supongo que nos va a servir para aprender, tal vez incluso nos guste. Sujey, no tenemos opción, es eso o tomar lectura y perder la clase de matemáticas.
-¿La clase de matemáticas? Agh tenemos que tomar obligatoriamente esa clase, no la podemos perder ni de broma —le respondó recargandome en su hombro, resignada.
-Eso es lo que digo, anda vamos a incribirnos, al parecer inia hoy a las 4, suerte que coincide con nuestra hora de salida. —me dice mientras me arrastra hacia el aula de arte.




-Oficialmente estamos inscritas a mí siguiente fracaso —le digo a Sarahí mientras salimos del aula.
-Tranquila, vamos a aprender a dibujar, seremos artistas ya lo verás. —me responde sonriendo.
-Más vale que sí, ahora sólo falta encontrar a alguien que nos enseñe... —me veo interrumpida al chocar con alguien, mí cabeza duele pues ha sido un fuerte impacto.
-¿Podrías fijarte por dónde caminas? ¿A casó estás ciego? Eres un... —Rayos, rayos, lo único que me faltaba, era Lei con quien había chocado, ¿en serio? Tanta mala suerte tengo, Dios, tierra trágame.
-¿Soy un que? —me dice elevando una de sus cejas y sonriendo maliciosamente.
-Oh nada, eres un genio, sí un genio... Ahh olvida lo que dije, adiós —le dije rápidamente mientras arrastraba a Sarahí conmigo a toda prisa, bien hecho Sujey, bien hecho.









Serendipia - Huaze LeiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora