CAPÍTULO 22.

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Maratón 2/?

Narra Sujey

–Soló se a retrasado con un día Sujey, dale tiempo. —me dice Sarahí rodando los ojos ante el berrinche que me encontraba haciendo.
–¿Tiempo? Él me dijo que sólo necesitaba una semana, yo estaba bien con ello, pero lleva días literalmente evitándome. —Le digo jalando un poco de mi cabello ante la frustración
–Tal vez tiene sus razones. —me dice Sarahí hundiéndose de hombros y restándole importancia a mi sufrimiento.
–Mmm... Sí o probablemente encontró a alguien más, descubrió que yo no era especial y que yo no era suficiente, y tal vez justo ahora esta empacando para huir a Europa, allá se casará, tendrá hijos, vivirá felizmente y volverá, me encontrará con 100 gatos en mi departamento, se burlara y... —digo rápidamente conteniendo la respiración, cuando iba a continuar Sarahí metió un trozo de pan en mi boca, dio un suspiro y comenzó a hablar fuertemente.
–Haber Sujey, eh estado toda la mañana escuchando cómo te quejas de que el niño porcelanito no a cumplido su palabra y no a hablado contigo, así que dejame decirte un par de cosas, en primera, deja de decir esas tonterías de que no eres especial y de que no eres suficiente, eres una persona increíble y mereces el mundo entero grabatelo bien o me encargaré de patearte cada que lo olvides; en segunda, ¿tan siquiera haz visto cómo te ve Lei? Lleva semanas antes de que te besará mirándote cómo si fueras la cosa más hermosa en este mundo, sus ojos brillan cada que te ve y aún así dudas, confía en él o no lograrás nada y ten paciencia por favor, deja de ser tan necia. —Suelta rápidamente y suspira. Y cuando se da cuenta de que todo el mundo la está observando dentro de la cafetería se sonroja. –Okey, okey perdón me exalte. —dice tranquilizandose.
–Eres tan cursi, gracias. —Le digo al salir de mi shock ante todas sus palabras y me acerco a abrazarla.
Sarahí era ahora una de mis mejores amigas, éramos ese duo complementario en el que yo era la tormenta y ella era la calma.
–Bien, entonces basta de dramas y mejor vamos a pasarla bien, ¿party está noche? —me dice moviendo las cejas arriba y abajo; sabe que no puedo negarme cuando hace eso.
–¿Prometes no desaparecer con un chico y dejarme sola cómo las veces anteriores? —Le digo seriamente y ella sólo ríe.
–Pinckie promise. —dice sonriendo.
–Entonces sí, vamos a arreglarnos un poco antes de ir. —le digo para después jalarla a salida y partir a mi departamento.
















Horas después...

–No tengo batería Sarahí y no traje mi cargador. —Le digo desesperada.
–Te dije que lo cargaras y no me hiciste caso señorita. —me dice negando.
–No pensé que se acabaría tan rápido ¿okey? ¿que haré si Lei me llama o me envia un mensaje? —le digo derrotada.
–No pasa nada, olvida a Lei por unos momentos y toma esto se ve fantástico. —me dice bebiendo un sorbo de su bebida; es una bebida azul, sabe que no puedo resistirme a una bebida azul o roja.
–Bien, pero confió en ti, no me dejes tomar tanto ¿okey? —Le digo amenazadoramente, pero ella no responde. –¿Okey? — Le repito moviendo mi mano frente a su rostro para que me prestará atención.
–Qué chico tan lindo. —susurra y la miro con confusión.
–¿Qué? ¿Me estás prestando atención Sarahí? —Le digo molesta.
–¿Qué? Ah sí, okey, okey, yo te cuido, pero te cuido desde allá. —me dice señalando un lugar vacío junto a un chico, claro tenía que ser, después desapareció dejándome sola cómo siempre.

–No puedo creer que no respete ni siquiera la pinckie promise. —digo susurrando y bebiendo de un jalón la bebida azul que tenía enfrente, me siento un poco mareada de repente, pero no le tomó importancia ya que se me pasa unos segundos después.

–¿Sujey eres tú? —escucho a mis espaldas y giró en esa dirección. Agustus esta ahí, sonriendo un poco nervioso después de comprobar que si era yo.
–Yo... Si, supongo. —Le digo sintiendo un poco de miedo por la última pelea, no lo veía desde aquel día.
–Yo... Hola. —me dice acercándose un poco y yo sólo intento alejarme de él. –Tranquila, no te haré daño. —me dice y puedo ver el arrepentimiento en sus ojos.
–Lo siento es que, bueno para ser sincera no eh olvidado ese día, parecías otro. —le digo un poco más tranquila.
–Lo era. —me dice en un tono triste. –Ese día escuche un rumor de que estabas saliendo con uno de esos chicos ¿F4? No lo sé, yo simplemente no pude contenerme. —me dice seriamente.
–Aún con ello no debiste jamás intentar obligarme a salir contigo, esa no era la manera. —Le digo mirándolo fijamente a los ojos.
–Lo sé, lo lamento tanto Sujey, de verdad estoy muy arrepentido, yo no podía acercarme a ti aún cuando deseaba disculparme personalmente, pero creo que ambos debemos terminar con ese ciclo del pasado. —me dice intentando sonreír.
–Tienes razón, Augustus no te guardó ningún recor, creó que aprendí a sanar; aquí y ahora quiero aclarar que fuiste una persona muy importante en mi vida y estoy muy agradecida por el apoyo que me diste en su momento; tuve miles de inseguridades, y espere por ti mucho tiempo, pero ahora, estoy segura de que cada persona esta ahí para enseñarte algo; hace mucho te solte y yo de verdad esperó que también me sueltes. —Le digo tranquila y veo cómo sus ojos se llenan de lágrimas, me permito soltar una también, una lágrima de libertad. –En su momento el rumor era falso, pero ahora es verdad, estoy enamorada de un F4 y para comenzar algo bien con él, cerremos esto por favor. —le digo sonriendo lo más sinceramente que puedo.
–Yo te deseo toda la felicidad del mundo Sujey, mereces todo, y yo nunca te lo pude dar, ese fue el detalle, nunca me sentí suficiente para alguien tan magnífica cómo tú, yo sólo te pido una cosa, ¿podemos ser amigos? No quiero que desaparezcas de mi vida. —me dice intentando sonreír y limpiando rastros de sus lágrimas.
–Podemos serlo, sí, pero necesito que tus acciones próximas me demuestren que en verdad puedo confiar en ti otra vez. —le digo con seriedad.
–Claro, me lo ganaré, lo prometo. Yo... Yo, ¿puedo abrazarte? —me dice un poco dudoso. Lo pienso un poco, pero finalmente asiento en señal de confirmación.
El abrazo era cálido, finalmente me sentía tranquila, me sentía libre de ese pasado que tantas veces me hizo daño, ese abrazo cerraba una puerta y abría un nuevo universo.




–¡Salud! —gritó riendo, de repente me siento inmensamente feliz y mareada, muy mareada, eh perdido la cuenta de los vasos que tome de la bebida azul que me pidió Sarahí.
–Sufiente. —escuchó decir a Augustus molesto y quitándome el vaso de las manos.
–Nunca es suficiente, no seas aburrido Gus. —le digo tomando de vuelta mi vaso y riendo de la nada, sin saber porque.

–¡Sujey! ¿Cuanto haz tomado? Estás muy ebria. —me dice Sarahí acercándose a mi molesta.
–Volviste.  —Le digo riendo. –Mira, mira ahora soy amiga de Gus. —Le digo riendo mientras abrazo por los hombros a Augustus.
–No sabes ni lo que haces, vamos te llevaré a casa. —me dice y yo sólo rió de nuevo.
–Estoy bien tranquila, ven toma un poco de esta bebida deliciosa. —le digo riendo y tomando de mi vaso, me sentí más mareada.






























Narra Lei

–Es el club de las estrellas, a una cuadra del cine. —me dice la amiga de Sujey en tono de preocupación.
Al parecer Sujey esta ebria y no se moverá de ahí a menos de que yo vaya por ella. Siento un poco de culpa, ya que eh estado evitandola a propósito; sin embargo, que la evite no quiere decir que deje de verla, ya que sigilosamente la observe desde lejos. No quería arruinar lo que tengo preparado para ella, si hablaba con ella no iba a soportar no poder lanzarme a sus brazos. Mañana será el gran día.
–Okey, estoy ahí en 15 minutos. Cuidala por favor. —le digo seriamente y corro hacia mi coche.



Ahí estaba ella... Intentando bailar torpemente, mientras reía, se veía tan tierna con las mejillas rojas y despeinada, la mire un par de segundos, pero en un momento ella tropezo e iba a caer, corrí para internar atraparla, pero un chico con rulos lo hizo primero... Era ese chico, el mismo que golpeé por intentar hacerle daño. Ella rió más fuerte y luego intento ponerse de pie torpemente, yo sólo me quedé ahí, observando la escena.
–Estoy bien Gus. —dijo para después volver a reír e intentar beber un poco más. Esperen, ¿desde cuando le habla con tanta confianza?
–Ya no tomes más, te llevaré a tú casa. —le dice tomándola de la mano, estaba a punto de ir a intervenir, pero ella habló.
–No, no me iré hasta que Lei venga por mí, ese tonto a estado evitando verme, lo hará a la fuerza. —dice quitando su mano tranquilamente y cerrando los ojos y sonriendo maliciosamente.
Sonrió y la tomó de la mano y miró retadoramente al chico de rulos.
–¿Quien eres tú? —me dice con voz fría.
–Su futuro novio. —Le digo sonriendo victorioso.
–¿Mi que? —dice Sujey confundida aún cerrando los ojos. –Lei, ¿eres tú? —dice y abre un ojo, cuando comprueba que soy yo sonrie.
–Hablamos mañana pequeña, lo prometo, ahora sube a mi espalda. —le digo cariñosamente.
Ella solo asiente y sube a mi espalda y se queda dormida durante todo el trayecto a su departamento.



































En el próximo capítulo habrá una sorpresa.

Serendipia - Huaze LeiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora