Deambulo por los pasillos de la universidad intentando adivinar dónde es que podría estar la biblioteca que mencionaron algunos compañeros esta mañana. Aún no logro adaptarme a los largos pasillos y las interminables escaleras que hay por doquier. A pesar de la desorientación no me rindo. La biblioteca de este lugar es lo primero que quise conocer desde que llegué y no me iré hasta verla. Leí que hay tantos libros como estudiantes graduados, lo cual me emociona porque la institución tiene mas de cien años de historia.
–¡Mimí!
Me detengo en seco al escuchar el absurdo apodo que utiliza mi mejor amiga desde que somos niñas. El nombre Miranda según la perspectiva de Aurora, era un nombre con demasiadas consonantes para aprender a los siete años. Que suerte que su nombre solo tiene una.
–¡Mujer! Te he estado buscando por todos lados.
Se lanza abrazarme y me deja un beso en la mejilla. Su sonrisa es tan hermosa que sin ninguna duda podría conquistar a cualquier hombre o mujer que se le cruzara. Sin mencionar sus luminosos ojos azules.
No me sacaré crédito, por supuesto, tengo ojos avellana que son muy lindos también, pero dudo que transmitan tanta energía positiva como lo hacen los de Aurora. Mis ojos dan la sensación —según palabras de mi madre— que soy una anciana atrapada en el cuerpo de una universitaria.–Buenos días– le sonrío de vuelta –¿Cómo estuvo tu primer día de clases?
–No fui a clases. Hoy los profesores solo se presentan y ya los conozco a todos– con su mano le resta importancia. Aurora va en segundo año y fue ella la que me insistió en ir juntas a la misma universidad –Te buscaba porque quiero que conozcas a mis amigos, así también te invitan. Aunque da igual porque de todas formas me acompañarás.
–¿Qué? ¿Acompañar dónde?
–A la fiesta del comienzo de clases– lo dice como si fuera tan obvio como el hecho de que el agua moja.
–¿Tus amigos celebran comenzar a estudiar? Inesperado.
–Será el viernes en la noche. No tendrás que pagar nada, puedo...
–Paso.
Le doy una palmadita en el hombro y me dispongo a continuar mi rumbo, cuando me detengo al recordar el motivo de mi caminata.
–Un minuto ¿Sabes dónde está la biblioteca?
–No. No la recurro– me toma de la mano al mismo tiempo que hace puchero. Ay no aquí vamos –Mimí...Quiero que socialices. Debes comenzar el ciclo escolar con el pie derecho y una buena resaca.
La miro inquisitiva por unos segundos. Aún me sigue sorprendiendo la falta de memoria que tiene cuando se trata de mi rechazo hacia las fiestas universitarias y más aún al alcohol.
–No gracias. Si quieres presentarme a tus amigos que sea en la tarde tomando té.
–¿No te convenceré?
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Cupido No Se Enamora
Любовные романыMiranda es la amiga perfecta, siempre lista para ofrecer un consejo y ser el refugio emocional de quienes lo necesiten. Sin embargo, detrás de esa fachada se oculta una joven solitaria que solo ha experimentado un beso en toda su vida y, marcada por...