Miranda es la amiga perfecta, siempre lista para ofrecer un consejo y ser el refugio emocional de quienes lo necesiten. Sin embargo, detrás de esa fachada se oculta una joven solitaria que solo ha experimentado un beso en toda su vida y, marcada por...
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Llegamos a la cabina del cine y pedimos cuatro boletos para el reestreno de "Diario de una Pasión". Una película romántica, por supuesto. Eso es lo que Aurora quiso ver desde que salimos de su casa y pasamos a buscar a Cooper en un centro comercial cercano. Mi mejor amiga admitió sentirse algo decepcionada de aún no conocer la lujosa casa que Cooper dijo heredar de su madre.
–¿Estás emocionado?– pregunta Aurora enganchada al brazo de su conquista.
–Mucho, pequeña– sonríe él. Sus ojos parecen brillar mientras avanzamos entre la gente.
Compramos dos baldes grandes de palomitas de maiz. Uno para Alex y para mí, y otro para los enamorados. Cooper rápidamente se mete un puñado de palomitas a la boca con evidente emoción. Porque sí, aunque es de locos, tampoco había probado antes las palomitas de maíz.
–Despacio, tonto– entre risas Aurora le quita restos de comida de la camiseta.
La oscuridad se cierne sobre nosotros cuando ingresamos a sala y comenzamos a subir las escaleras. La fila de asientos aterciopelados nos recibe. No hay mucha gente, solo un par de hileras están ocupadas por lo que tenemos bastante libertad para escoger dónde acomodarnos.
–Miren. Allí es perfecto– señala Aurora con su dedo.
–Buena elección– apruebo pasando por su lado –Posición central, no demasiado adelante como para quedar ciegos por los píxeles, y no demasiado atrás como para oír enamorados besuqueandose.
–Tal vez debí proponer los asientos de atrás– puedo adivinar por el tono de voz juguetón que mi amiga se aproximó más a Cooper al decir eso.
–Que gran pantalla. Es como una enorme ventana celestial.
Las palabras de él me hacen sonreír levemente mientras tomamos nuestros asientos. Alex a mi izquierda, Cooper a mi derecha, y Aurora a su lado.
–Estos son solo tráilers, de otras películas– explica ella en voz baja pero no lo suficiente como para que yo no la oiga –En un momento comenzará la película. Es importante que no hagamos mucho ruido ¿Entendido Coop?
–Podría quedarme viendola por horas– responde sin dejar de mirar la gran pantalla.
–Eres muy tierno.
–Eres muy tierno. Mua mua– Alex imita la voz de su hermana. Debo taparme la boca para no reír –Apuesto 5 dólares a que lo intenta manosear en los primeros dos minutos de la película.
–Apuesto 10 a que lo invita ir al baño antes del primer beso de los personajes– respondo tendiendo mi mano. Él la estrecha.
–Hecho.
La película empieza. La he visto más de treinta veces y jamás me canso de ver la mirada de Ryan Gosling al conocer por primera vez al personaje de Rachel McAdams. El resto de la película tiene sus ideas y venidas, sus críticas y todo, pero ese momento es mágico.
