• 𝕮𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 5•

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–La clase de Aurora está más adelante– caminamos junto al otro por el pasillo desértico

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–La clase de Aurora está más adelante– caminamos junto al otro por el pasillo desértico.

–¿Cuánto demorará en salir? Solo conozco el horario de mi práctica en el campus. Ustedes siguen demasiadas normas.

–Faltan quince minutos. Aunque seguramente saldrá una vez que se aburra– giramos a la derecha, pasando la sala de profesores y los baños –Y las normas organizan al mundo.

–Pero no lo controlan.

–Me siento cómoda siguiéndolas, como si tuviera el control. Me gusta tenerlo.

–¿Es por eso te altera estar en presencia de personas como yo, que hacen ruido al masticar y saludan a todo mundo aunque no los conozca?– dice mirando al frente. No distingo burla en su tono por lo que respondo lo más educada que puedo.

–Es una forma de verlo– miro hacia otro lado –Ahora, dime, Cooper ¿Por qué tanto afán por ver a Aurora?

–No la he visto desde ayer y la extraño.

–¿No tienes clases?

–No. Recibí los estudios que necesitaba hace tiempo– responde con obviedad –Los humanos creen que pasando veinte años encerrados en una escuela serán lo suficientemente listos como para superar a la naturaleza. Es, si me lo preguntas, el pensamiento más ingenuo del mundo.

Lo miro extrañada. De repente habla como un sabio de miles de años que se burla de lo insignificante que es la vida.
Hace tan solo un momento parecía un niño de cinco años observando todo a su alrededor con curiosidad.

–Está bien si esa es tu postura sobre la educación moderna, pero no por eso deberías interrumpir las clases de los demás. Si extrañas tanto a alguien que está ocupado, lo mejor es enviar un mensaje de texto.

–No tiene teléfono.

La voz de Aurora nos hace girar. La sonriente chica se lanza a los brazos de Cooper, quien la abraza unos segundos de manera extraña, a penas acercándola a su cuerpo. Al romper el abrazo él se rasca la nuca con expresión extraña.

–Él es un anciano dentro del cuerpo de un hombre sexy– dice Aurora mientras deja unos castos besos en sus mejillas.

Como si no se hubiera alejado hace un segundo, Cooper toma su mano y deja un pequeño beso en ella, sin despegar la mirada de Aurora.
–Este anciano necesitaba ver tus bellos ojos iluminando mi alma. Estás tan radiante como el sol en su cenit.

–Ni siquiera sé que significa eso, pero es lo más hermoso que me han dicho en la vida.

>>Esto marcha muy rápido. Llevan solo tres días saliendo. No me imagino cómo serán cuando cumplan el mes<<.

–Está bien tórtolos. Debo irme. Adiós– señalo el camino por donde vine. 

Ellos ya no me prestan atención así que me abstengo de decir algo sobre su empalagoso momento en medio de la universidad.  

Cupido No Se EnamoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora