Capítulo 26

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El alba llego y Kail se aferraba a ella con fuerza, como si su presencia se fuera a esfumar. Más tarde al llegar el amanecer por completo Kail junto a Istar, Cristiana y Tiberio se encontraban en la entrada del reino, aun sin poder observar nada pasaron un rato considerable hablando entre ellos, ajustando los detalles de que era lo que le dirían a Hakim, una razón era más que suficiente para que desconfiara y comenzara una guerra y eso era lo que menos querían, cuando Istar logro divisar la enorme columna calines impulsivamente tomo la mano de Kail, Tiberio y Cristiana se situaron tras de ellos para evitar miradas curiosas y cuando por fin logro ver a lo lejos el caballo de Hakim, apretó con intensidad la mano de Kail, estaba asustada, Hakim inicio una marcha solitaria a todo galope, quería verla, ante tal marcha Istar quien en menos de lo que cualquiera lo hubiere imaginado y con una habilidad tal, se encontraba tras Kail apoyándose en su brazo y asomando únicamente medio rostro, dulcemente Kail le dijo – tienes que situarte a mi lado... de lo contrario Hakim puede sospechar

Istar entendió al instante y rápidamente se coloco junto a él, al término de la carrera en solitario de Hakim, por fin la pudo observar, no había dudas era Istar, pero parecía otra, no llevaba el tipo de ropa que él esperaba, aunque verla en harapos tampoco hubiera sido agradable, llevaba puesta demasiada tela que casi no le permitía apreciar bien su figura, camino hacia ella y extendió su mano.

Ella por otra parte tenía que tomar su mano, no quería, pero finalmente acerco su mano, lentamente y con mucha precaución, cuanto su piel tuvo contacto con la Hakim, sintió como algo por dentro se rompía, Hakim de manera impulsiva la jalo hacia él para abrazarla – no sabes cuanta falta me has hecho y lo arrepentido que estoy – Istar casi rompe en llanto porque era como si su cuerpo le dijera adiós al de Kail y hola al de Hakim

– Lo sé, lo entiendo – decía mientras intentaba contener las lagrimas

– ahora que te encontrado, te juro que jamás te dejare ir, ni volveré a lastimarte en mi vida, serás el centro de Cali

– no es necesario

– claro que lo es

Hakim no se había percatado pero con aquel abrazo provoco la cólera de Kail, quien por primera vez en su vida tenia deseos de golpear a otro ser humano, Tiberio al percatarse lo tomo bruscamente del brazo disipando parte de su molestia, sin embargo el deseo de arrebatársela seguía ahí, Ella es mía pensaba Quítale las manos de encima, no te la mereces, quería gritarle lo feliz que ella era a su lado, sin embargo por ella y el bienestar común trataría de calmarse, Tiberio quien aparentemente había podido calmar los ánimos de Kail y le dijo – majestad el reino entero ha detenido sus actividades, no creo que lo sigan haciendo por mucho, por favor recibe a tus invitados

– tienes razón

– rey Hakim

– solo dime Hakim por favor

– está bien, Hakim, me harías el honor de acompañarme

– por supuesto, quiero conocer el lugar que cuido tan bien de mi futura esposa

Aquellas palabras parecían una sentencia para los que conocían el verdadero significado de lo que Istar y Kail estaban haciendo, caminaron por las calles principales, Kail hablaba de la economía, la importancia para la región, el significado para los refigurados del lugar... Istar permanecía callada, ahora en lugar de caminar detrás de Kail lo hacía detrás de un hombre moreno, enjoyado y de vestimentas extrañas, un rey extranjero ciertamente, aunque pocos la conocían en realidad, para aquellos que si era muy extraño ver como ella no le dirigía ni una sola mirada a Kail, había recordado casi por completo la educación que le habían brindado sus padres, acerca de cómo comportarse frente a una par de reyes: callada, prudente, nada comparado con las libertades que Kail le permitía, hablar con él era tan natural como respirar, hasta en algunas situaciones le pedía algún consejo, quien gustosa se lo otorgaba, Kail seguía hablando – Aquí se acostumbra mucha gente, refugiados de muchos lugares, sin embargo solo a aquellos que no han quebrantado ninguna ley

LA ESCLAVA Y EL REYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora