Capítulo 21

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Kail no era el único ser que en ese momento estaba sufriendo, Istar por su parte se sentía más ansiosa, las noticias que recibía sobre Kail no eran muy alentadoras y como los demás temía por su bienestar; sin darse cuenta estaba descuidando su propia salud, Lucio era muy perceptivo, aunque no lo suficiente como para notar que Istar no tenía las energías suficientes para huir si las cosas salían mal, se encargaba de regresar cada semana al palacio, para conseguir noticias; Istar con regularidad le escribía a Hakim, su plan iba tal y como lo había pensado desde un principio, con Hakim dispuesto a hacer cualquier cosa, ella sería capaz de proteger a la persona que más amaba, aunque tuviese que pagar con su propia felicidad.

Hakim por su parte cada vez se sentía más ansioso de saber en dónde se encontraba aquella mujer que aparentemente si tenía deseos de regresar a su lado, aquella mujer que seguramente todavía lo amaba. Cristiana no sabía cómo lidiar con el mal genio de Reinald, se vio en la necesidad y en más de una ocasión de tener que ir al palacio de su hermano, en donde los encuentros casuales con Tiberio iban en aumento, el sentimiento que Cristiana tenia hacia él era demasiado fuerte como para impulsarla a buscarlo de manera continua.

Tiberio se la pasaba la mayor parte de su tiempo con Kail cuidando de su salud, pero pronto se dio cuenta que se encontraba en demasiadas ocasiones con Cristiana y un día decidió comentárselo a Kail – Cristiana ha venido muy seguido a verte, está realmente preocupada por tu salud, solo en esta semana me he topado con ella en ocho ocasiones

– querido amigo, no me cabe la menor duda que: entre más viejo te vas haciendo, parece que la ceguera inunda más y más tus pupilas

– ¿A que te refieres? hablas como si supieras algo que yo no

– es más que evidente que mi podre hermana necesita hacer más que buscarte para que te des cuenta del inmenso amor que te tiene

– no te entiendo

– ahora ya se, el porqué de su pesimismo en lo que se refiere a ti

– se claro

– ¡Que desesperación! ¡Te AMA cabeza dura!

– ¿Cristiana?

– sí, desde el momento en el que te conoció me temo decir, pero cuando se enteró que tú amabas a la hermana de nuestra madre, se le partió el corazón en dos siendo ese el principal motivo de su matrimonio con Reinald

– siempre me había preguntado el porqué de esa decisión tan precipitada, el solo pensar que yo fui la principal razón de su infelicidad me llena de tristeza

– no cabe duda que si nadie te lo decía directamente jamás entenderías

– pero ¿Qué podría ver en un aciano como yo?

– eso... mí querido amigo solo ella lo sabe y te ruego que si ella en alguna ocasión te llega a comentar algo sobre sus sentimientos, no seas tan rudo con ella, porque está más que claro que no te puedo pedir que la aceptes ¿Cierto?

– aunque desee aceptarla, ella jamás dejara a Reinald, además sabes de antemano que yo no toleraría que Reinald le hiciese daño alguno a tu hermana por mi causa

– si él llegase pensar en lastimar a mi hermana, antes de que termine de soltar el primer golpe, ya estaría degollado

En Cali un abrazador sol azotaba sin piedad a todo ser viviente que se encontraba expuesto a cielo abierto, en el palacio de aquel devastado aunque aun poderoso imperio, se encontraba Hakim, leyendo nuevamente todas y cada una de las cartas que había recibido de aquella blanca mujer, sin pensarlo dos veces haría y le daría todo lo que ella le fuese a pedir, pronto una joven se acercó a él, ella era de una piel color ámbar, ojos negros como los del rey y un cuerpo que cualquier hombre mataría por tener a su disposición, pero aparentemente ninguno de esos calificativos eran lo suficientemente buenos para que el rey la voltease a ver, él estaba tan enfocado en el supuesto regreso de una mujer. Cualquiera juraría, que esa mujer le había hecho llegar hasta el mismísimo cielo, ya que no había mujer en Cali que lograra acaparar su atención, aquella joven que estaba total y completamente enamorada del rey respondía al nombre de Hiram – disculpe su majestad ¿No necesita nada?

LA ESCLAVA Y EL REYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora