Butterfly Effect.

128- Big Girls Cry

Pov Omnisciente

El constante golpeteo en seco de algo duro chocar contra algo más duro era lo único que se escuchaba en ese frío departamento, personas dormían, pero una no y esa era la causante de aquel ruido para nada doloroso como el de las palabras que se repetían en su mente sin rayarse como un cd de tu banda favorita.

No quiero verte.

No quiero saber de ti.

Alejate.

Esas tres palabras habían acabado con todo sentimiento de tranquilidad que había en ella, le dolia como un atropello, como una humillación en pleno Time Square.

Eres una mentirosa.

Sabía que era un error, todo lo que ella venía haciendo sus últimos años eran un error, como ella lo es, la negatividad que la ha estado acechando frecuentemente la heria, las lágrimas bajaban constantes y frías por sus mejillas, su rostro estaba totalmente hinchado de tanto llorar, una fumada no la ayudo, el brownie no la ayudo, ningún otro estupefaciente le ayudaba en estos momentos a calmarse, estaba entrando en pánico debido al ataque de ansiedad que estaba sintiendo; sus oidos estaban tapados, su respiración agitada por sus pulmones quemandose por la falta del aire, todo alrededor de ella giraba, sentada en una esquina la italiana golpeaba repetidas veces la parte trasera de su cabeza contra la pared, luego de que una misteriosa sombra medio humana y medio animal la empujara contra la pared de manera brutal, no se atrevía a ponerse de pie por temor a que esa mujer mariposa la atacara. Ella no se encontraba en sus cinco sentidos y eso comenzó a aterrar a su embarazada madre que al sentir ese ruido había salido espantada para notar como detrás del piano de cola negro, su hija se rasguñaba en medio de su laguna mental, pocas veces había visto a su hija así, está vez la aterraba.

-no te me acerques, no me lastimes, dejame -sollozo con fuerza jalando su cabello-.

Su rostro tenia uno que otro raspon hecho por sus uñas, como sus brazos que las marcas eran más feas.

-soy yo, mama -intento acercarse la ojiverde-.

-a..a..ale...alejate -grito espantada en medio de tartamudeo-.

-dejame ayudarte -pidio comenzando a llorar-.

-ma..mar..mari...ppopo...sa ma..mala -tartamudeo señalando una punto vacio-.

Cuando la madre italiana comenzó a llorar desesperada, salieron de sus habitaciones las venezolanas que se llenaron de angustia al ver en un estado tan perdido a la italiana menor que con pánico y un miedo feroz señalaba una mariposa mala detrás de ellas, que al girar a ver donde estaba dicha mariposa, se encontraron con nada.

-Elea, hey, escuchame -intento la cantante de Alone-.

-n..no m..mmme qui..quiere t..t..t...

-habla despacio, dejame ayudarte -pidio de nuevo-.

Al ver los ojos de su mejor amiga mas oscuros de lo normal y llenos de miedo, sintió un gran ahogo en su pecho, la ansiedad en ella se presentaba, ver a alguien que cuerda es tan temible en ese estado le asusto, la mirada negra era turbia, profunda y nerviosa.

-ven, dejame acercarme, soy...

-¿r..ro..so..sa..rosa? -la miro esperanzada-.

-si, soy yo -suspiro-.

Las mujeres mayores miraban con miedo aquella escena, tenían miedo.

-la tormenta de rizos negros no quiere a rayito lunar -susurro viendo el techo- ma..ma..ririri..posa n..no qu..iere a ra..rayiyi..to lunar -comenzó a golpear su cabeza contra la pared de nuevo-.