74- Alucinación.

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Pov Eleanor.

Aún tengo grabado en mi memoria su rostro al leer la carta que temí que viera, como las lágrimas caían por sus mejillas me partió el alma, todas las cartas sin remitente que le escribí ellas las leía son saber que yo estaba detrás de la puerta visualizando cada cambio de expresión que pasaba por sus facciones, lo único que me gustó fue haber visto sus sonrisas y escuchado sus suspiros en las cartas que le he escrito los últimos días, estas escrituras las comencé para enviarselas pero no tuve el valor de hacerlo y termino siendo un método de mantener la calma en mi.

Ahora tenía a mi dulce mariposa durmiendo encima de mi luego de que para calmarla la besara y terminamos en la cama jadeantes, detuvimos nuestros mimos porque su madre reventaba mi timbre con la azúcar morena gritando mi nombre, el resto de la tarde hicimos galletas bajo la atenta mirada pícara de Kris Jenner, jugamos con la niña en mi sala de juegos, comimos pizza para la cena, la nena se durmió y nosotras subimos a intentar ver películas pero la señorita se quedó dormida encima de mi con esas tanguitas que me deban una gran vista carnosa, eran posiblemente las 3 o 4 de la madrugada, no tenía sueño y pensar en los ruegos de kylie para que me alejara de algo que deje atrás hace tiempo no salían de mi mente.

Me moví ligeramente para acostarla abrazando mi almohada, me puse mis lentes de contacto de marco de oro blanco y salí de la habitación, en realidad tenía muchísimos días con insomnio, mi mente era inestable por culpa de mi falta de sueño, a medida de iba bajando las escaleras sentí un frío escalofriante recorrer mi columna vertebral, llegue al último escalón y lo juro, vi una sombra alta, musculosa con un arma en mano apuntarme para después correr, mi pecho empezó a latir rápidamente, mis musculos se tensaron, mis oídos se taparon.

-¿Johnny? Deja de jugar -gruñi nerviosa-.

Pisadas se hicieron escuchar, risas malévolos hacían eco en la casa, los.mismos sonidos que cuando ese enfermo entró a mi casa, mi cuerpo se paralizó con una rudeza inesperada, el miedo me inundó como aquella ola en la Falla de San Andrés, muchas sombras empezaron a aparecer gritando con tanto odio que podía ser dinero del Banco Internacional en Londres.

Nadie te quiere.
No sirves.
Eres una mentirosa de mierda.
Egoísta.
La gente te sigue por lastima.
Tu padre no te quiere ni te querrá.
Kylie jamás será tuya.
Muerete.
Debiste haberte muerto.

-y..yo n..no s..soy aa...asi -dije con dificultad-.

Más sombras se acercaron a mi, ellas empezaron a tomar forma del agresor, ¿el no estaba en la cárcel? ¿De donde saco la pistola? La forma en que se reía tan macabra de mi me empezó a dar mucho miedo, mis pulmones ardían pidiendo aire, el piso se volvió inestable, todo daba vueltas y mi voz no quería salir de mi apretada garganta, pestañee varias veces y muchas Kylie se pusieron frente de mi bañadas en sangre pidiéndome ayuda, detrás de ella estaba el agresor apuntandola con un arma y...

-NO LA MATES -grite- DEJALA MATAME A MI -.

Ella no te ama deja que muera.

-ELLA ME QUIERE -lloré- DÉJALA NO LE HAGAS DAÑO -intente moverme-.

Pov Kylie.

Dormir entre sus brazos eran una sensación que me fascinaba, los latidos de su corazón se transformaron en una sinfonía melódica con un ritmo tranquilizador, su respiración fresca y pacífica, se que ella no estaba durmiendo porque sus movimientos son calculados como lo hace despierta en su totalidad, las cartas aún no salían de mi mente, el odio que sentía por Travis posiblemente siga latente pero en menor cantidad, las palabras de la última carta eran tan frías y matadoras, sus sentimientos fueron tan precisos en los escritos de tinta azul, no me imagino no sufrir si yo fuese sido ella.

Butterfly Effect.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora