32- ¿quién la puede odiar?.

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2 semanas después.

Pov Eleanor.

Tenía un sueño del diablo, joder ni siquiera iba por mi quinta ciudad y ya me sentía agotada, primero fue la lluviosa Portland, luego la humeda ciudad de Seattle, pase por Sait Lake, Misisipi, y ya estaba ensayando con Buena Vida de fondo con la que daría por terminada el repertorio que cantaría en Texas, específicamente en Dallas; si, mi hermoso falso prometido estaría esta noche con todos los Cowboys y sus mujeres.

Para el colmo, los dueños del equipo pidieron al mío que ensayaramos en la mini tarima que montaron (no se como) en una parte de las gradas, para completar tengo que cantar el himno de Texas en el juego de mañana por la noche y luego irme a Florida; era modelo, por lo que, constantemente estaba medio desnuda y ahora me incomodaba estar en shorts de jeans un poco usados, un sport bra, mis Yeezy negras como el top y short en frente de los jugadores, mujeres e hijs.

A los dueños de este equipo les gustaba el drama, si supieran que no faltaba dos semanas más para darle "break" a Jelea.

-se fue, la marea subió y se fue, no lo busquen que, a esta hora ya ni se ve, arriba de las nubes va un avión con mi merca, soy dueña de los cielos, cuando paso ellos tiemblan -comencé a hacer lo que hacía en el vídeo de mi seria La Piloto-  buena vida, me quiero dar buena vida, aunque me cueste la vida y me digan que no es verdad -repetí esa parte- me dijo ven, chiquitita que aquí estas bien, yo te wua cuidar que algún lobo te va a comer, debajo de la tierra corre un tren con mi merca, del cielo cae mi nieve y un sol calienta, buena vida, me quiero dar buena vida, aunque me cueste la vida y me digan que no es verdad -la parte de DY comenzó y me baje del escenario con mi fotógrafo detrás y comence a cantarle a Jay- buena vida, me quiero dar buena vida, aunque me cueste la vida y me digan que no es verdad -terminó la canción-.

Todos aplaudieron y más las niñas, niños y adolescentes que eran seguidores de mi persona, abracé al 54 del equipo color ultramar, lo necesita, no habíamos quedado bien la última vez, y eso me carcomia la mente, más cuando toque a Kylie.

-hola nena -beso mi frente- ¿tienes sueño ? -me dio de su agua-.

-la tome de un golpe- muito -dije en portugués- al menos me tendré hasta mañana -le dije con egocentrismo-.

-estas loca -me cargo como koala- ¿quieres conocer a Antonia Prescott? Es la esposa de Dak -me propuso-.

No me gustaban estas mujeres, porque probablemente hayan sido una de ellas las que chismeo a esa cadena de Tv que yo fui una maldita perra con todas ellas la vez pasada, pero lo haría y sería la perra que ellas dicen que soy, además, me gusta que me dediquen su envidia, yo facturo con mi sudor y ella solo dan la vagina para poder comprar una cartera de Michael Kors o Phillip Plein.

-tu dime y yo voy -le respondí sonriente-.

-es la chica bajita de alla -señalo las gradas que estaban a nuestra derecha-.

-ta bien -hable en español-.

La perra de las pasarelas tomó posesión de mis piernas, encaminandome hasta las fieras aprovechadas y sus hijos, como si la grama fueran mi pasarela larga del Victorias Secret Fashion Show toda diva, ellas me miraban con recelo a lo que respondí subiendo discretamente un poco más mi short y arreglandome mis largas trenzas (que llegaban hasta la mitad de my pussy).

-buenas buenas -sonreí arrogante- tu eres ¿Antonia? -frunci el ceño- me han hablado muy bien de ti querida, dicen por allí que al ser la esposa del capitán eras como una Michelle Obama de las Wags Cowboys -le tendi la mano- soy Eleanor Martone ya deben de conocerme -active el modo Lucrecia Montesinos-.

Butterfly Effect.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora