Butterfly Effect.

131- Ofensas.

Pov Kylie

Google no me dice como desaparecer de las garras de mi mama y de mi agenda, perdí la cuenta de cuantos estuches de maquillaje he firmado, cuantas preguntas Kylea he evadido y cuantas preguntas sobre el tema de los mellizos me han hecho, solo se que ella estuvo en Los Angeles y que se quedo en casa de Sara para irse de fiesta sola hasta desaparecer de nuevo, quise irme a Polonia enseguida pero no pude porque enseguida mi madre aviso de un viaje a Colorado para la inauguración de una tienda de Kylie's Cosmetic en Denver, tenía calor y tener que fingir que todo estaba bien me esta cansando.

-me quiero ir -le dije a mi mama cansada-.

-yo quisiera que tu estrellita estuviera aquí firmando a tu lado pero no todo en esta vida se puede tener, hay cosas que...

-no me recuerdes que tengo una desdicha en estos momentos -rode los ojos-.

-no te he visto buscando la manera de encontrarla -rio sarcástica-.

-ya se donde está y tengo su dirección, solo no he podido ir porque estoy atrapada aquí -ironice-.

-pues te aguantas porque tienes que ir de aquí a Las Vegas, de Las Vegas a Ontario que Justin y Hailey te invitaron a la inauguración de su salón de predica en casa, por suerte para ti, va Stassie y el resto de los locos -contó-.

-por lo menos, si -bufe-.

Estoy molesta con ella, acepta cosas sin preguntarme, de aquí a que pueda ir a Polonia con eso más que debo de supervisar la decoración de la nueva tienda de Kendall+Kylie, ir a ver lo de la maestra de Stormi, mierda.

-podemos irnos a comer, vamos -aviso mama-.

-al fin -suspire-.

No tenía cabeza para pensar en otra cosa que no fuera ella, mi hija, ella, mi hija, ella y le empresa, mama no dejaba de hablar de lo que tengo que hacer y no hacer, que si estoy bebiendo demasiado o que si blah blah blah, no me importa lo que ella piense porque es mi vida, soy mayor de edad, tengo una hija y una empresa que le da 10% mensual de las ganancias no se de que se queja. Como de costumbre solo me dedique a ignorar las preguntas estúpidas de los reporteros, al entrar en el restaurante pude respirar tranquila y sin nadie encima preguntando algo relacionado a la hija de Scott y mi italiana con una tal Stefanny Gutiérrez.

-¿que harás esta tarde? -pregunta mama tomando de su vino-.

Me encogi de hombros.

-¿haz hablado con Stormi? -pregunto de nuevo-.

Asenti sin dejar de ver mi plato y comer de el una pasta con minúsculos detenedores, esto me recordaba del extraño amor por ellos de mi italiana.

-¿no planeas hablarme? ¿a que se debe esto? ¿a que le de la razón a todos por tu comportamiento poco...

-ni tu, ni Rob, ni Kim, nadie tiene el derecho de hablar sobre mi manera de actuar o como este siendo justo ahora, nadie sabe lo que pienso y...

-soy tu madre, te conozco como la palma de mi mano, estas dolida, quieres a Eleanor de regreso, estas hirviendo de los celos al verla con Sara y que detestas esta situación pero como persona razonable, no veo bien que pagues tu odio propio contra Rob o Kendall -dijo pacifica-.

-que linda manera de decir que estoy siendo inmadura y agresiva -rode los ojos bebiendo de mi jugo-.

-lo que estoy diciendo es que gustes o no, tendrás que buscar ayuda profesional porque estas orillando a Jacques a quitarte a St...

-el me llega a quitar a mi hija y lo mato -gruñi-.

-¿viste? No puedes estar tranquila si no agredes o amenazas a alguien como si te vieras a ti misma en ellos para cobrar venganza contra ti por lo que hiciste -seguia seria-.

-madre, Kris, no te metas y ya -me levante- mandame la factura -.

Pov Eleanor

El frio natural de este lugar me gustaba, la vista, el olor a cafe y a la maleza me gustaba, los caballos relinchar, perros ladrar, y mis pensamientos nadando en agonía y confusión me hacían sentir un monstruo.

¿Porque?.

Sencillo, era egoísta al no pensar mas que en mi y mis caídas, el dolor opacaba el atardecer de las afueras de Londres donde me quedaba con Zayn, Gigi y su bebe prácticamente recién nacida, teníamos que terminar una canción pero ideas para mi parte no llegaban, y a la de el le faltaba.

En si, a la canción le faltaba muchísimo.

-¿quieres entrar y comer algo de pollo asado? -me pregunta Jelena-.

-solo miraba esto -señale el lugar-.

-es hermoso -sonrio-.

-me hace olvidar de aquello que me molesta y que me hace sentir una basura -acomode mi hoodie beige-.

-esa es una gran mentira -rio- tengo años conociendote, seis para ser específica, y años conociendo a Zayn y conviviendo con sus demonios como el les dice, se lo que pasa por tu mente y se que te sientes mal por traicionar, por herir, te sientes mal contigo misma -.

-no se que decirte -suspire-.

-di algo bueno de mi pollo y estare feliz -me empujo burlona-.

-esta bien -rei-.

Entramos y fuimos directo a la mesa donde el ex direction le daba papilla verde a su bebe cuyo nombre no me querían revelar los pendejos, la cena era pure de papa, pollo asado, pan redondo y espárragos, se veía delicioso. Comiamos en total silencio, miradas que eran de adoración para la mini Zayn con facciones de la mayor de los Hadid, la comida estaba deliciosa y el jugo de tamarindo frio.

-no quería decirte pero en las redes andan diciendo cosas de ti -susurro Jelena-.

-¿ahora que? -alce una ceja- me llaman el monstruo de la red social -rei sarcástica-.

-estan sacando ciertas cosas tuyas del pasado y las de ahorita, te estan destrozando -dijo nerviosa-.

-la gente solo habla de mi como si me conociera, dicen que soy un monstruo cuando ellos fueron los que me han elevado hasta aquí, pero no puedo fallar por que soy un maldito monstruo, creen conocerme cuando su envidia me empujo a ser quien soy por no darles el gusto siendo mi unico sueño ir y llenar estadios -tome aire- nadie sabe lo que uno pasa -negue-.

-tienes la razón pequeña, ellos nos ponen en un pedestal, tan alto que nos quitan el aire de la presion de ser perfectos pero somos humanos pero al parecer eso nos hace monstruos -bufo Zayn-.

-¿porque se comparan con monstruos? -fruncio el ceño la rubia-.

-porque nos hacen algo detestable para la sociedad musical amor -contestó Zayn-.

-lo tengo Zayn -sonrei-.

-¿que cosa? -fruncio el ceño-.

-canta tu parte pero agrega lo de ahorita -explique-.

-Me pones en un pedestal, y me dices que soy el mejor. Me levantas hasta el cielo, hasta que me falta el aire. Me llenas de confianza, me desahogo (cuento lo que me preocupa), me voy de la lengua y tú me despedazas, hasta que ya no queda nada. Reorganizas las piezas solo para completarme con lo que queda, pero, y si, ¿y si tropiezo? Y si, ¿y si caigo? ¿Entonces el monstruo soy yo? Solo dímelo. Y si, ¿y si caigo en el pecado? Y si, ¿y si exploto? Sí... ¿Entonces el monstruo soy yo? Sí, solo dímelo, sí... -canto el pakistani-.

-Tenía quince años cuando el mundo me puso en un pedestal. Tenía el gran sueño de dar conciertos y construir recuerdos. Di algunos pasos en falso intentando parecer cool, molesto con su envidia. Levantándome, levantándome, y despedazándome, despedazándome. Asumo la responsabilidad de todo lo que he hecho, mientras me lo recriminas como sí tú fueras un santo. Yo era un rencoroso, tuve que pasar página (chip) porque la incapacidad de perdonar les controla, yo vine con buenas intenciones, después lo dejé pasar, y ahora, de verdad que quiero saberlo. -cante-.

-Y si, ¿y si tropiezo? Y si, ¿y si caigo? ¿Entonces el monstruo soy yo? Solo dímelo.
Y si, ¿y si caigo en el pecado? Y si, ¿y si exploto? Sí... ¿Entonces el monstruo soy yo?
Solo dímelo, por favor, dímelo. Por favor, no me dejes caer, oh, por favor, no me dejes caer. -cantamos juntos-.

-ire preparando cafe, siento que estaran hasta tarde en el estudio -rio la rubia-.