Prólogo: La vida de los nuevos saiyajin.*

2.7K 114 16
                                    

Después que Trunks logró asesinar a los androides y también al malvado de Cell en el mundo reinaba la paz, ni él podía creer lo fuerte que se había puesto después del viaje al pasado, todos los entrenamientos que tuvo junto a su padre no fueron en vano, por primera vez en su vida se había sentido tranquilo... Todo terminó al fin...

Ya había pasado mucho tiempo desde lo sucedido, el muchacho ya tenía unos veinte años cumplidos, en unas semanas cumplirá veintiuno. Aquel día inició con una fresca y rara mañana de verano, faltaba poco para el otoño, Trunks perezosamente se levantó de su cama y vagamente se dirigió al baño para cepillarse los dientes y arreglarse un poco.

–¡Trunks, ya es tarde!– la voz de su madre lo despertó completamente, a nadie le gustaría escuchar la voz de la vieja de Bulma regañándote a las nueve de la mañana –¡Ya sabes que los proyectos van atrasados, por eso debemos esforzarnos en trabajar desde temprano!– Aún gritaba por el pasillo, Trunks sólo ignoraba a su madre.

Todas las mañanas escuchaba el mismo sermón que le daba su madre, las mismas quejas, la misma cantidad de trabajo, y casi nada de descanso... Todos esos años en que los androides destruyeron la Corporación Cápsula se atrasaban los proyectos e investigaciones, entonces ese tiempo perdido debía ser recuperado lo antes posible.

La vida de adulto apesta.

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

Lejos del planeta Tierra, en una galaxia lejana, existe un planeta llamado "Tashoku". Los soldados se estaban preparando en filas con sus armamentos esperando las órdenes correctas antes de salir a su misión.

–¡Preparen sus armas!– una voz gruesa dio el mandato, del que provenía esa voz era de un hombre alto y musculoso, parecía ser el comandante de la tripulación –Saldremos en unos minutos ¡Preparen las naves!– agregó.

–¡Sí!– todos respondieron a la vez, parecían unos robots programados sólo para recibir ordenanzas.

–No van a irse sin mí, ¿verdad?– alguien mencionó aquello con un tono suave detrás de comandante, éste se dio vuelta para presenciar que al fin llegó la persona que esperaban: una señorita de unas dos décadas de edad, con cabellos y ojos negros con una baja estatura la cual a ella le molestaba.

–¡Líder número siete!– El gran hombre bajó la tonalidad de su voz al dirigirse hacia aquella persona –Te estábamos esperando– expresó con mucha alegría.

La pequeña se paró en frente del comandante y bajó la cabeza –¿Por qué soy la número siete?– se sentía algo avergonzada, desde que su padre calificó el orden de los líderes por edades ella se sentía inferior a sus seis hermanos mayores.

–Eres la siete porque eres la séptima hija del Líder Supremo ¿O no?– esas palabras lograron aliviar un poco el estado de la joven –Y además eres pequeña– aunque el comandante lo dijo de broma ella no lo tomó así, bajó los brazos a los costados cerrando los puños conteniéndose para no gritar y golpear a aquel hombre que la ofendió.

–Koron ¿Te puedo pedir un favor?

La voz de su hermano mayor la hizo entrar en razón, se dio media vuelta y, con un rostro de estrés, se dirigió hacia él con una caminata lenta como si le diera flojera existir.

–¿Qué quieres tonto?– preguntó cruzada de brazos. Siempre hablaba así con sus hermanos, no le importaba si uno de ellos fuera "el Rey supremo de todo el universo" siempre actuaria así ante ellos.

–Quiero que lleves a Blue a esta misión– ordenó con seriedad y seguridad, aun así sabiendo que respondería la amargada de su hermana.

–¿A ese niño llorón?– ella nunca fue sensible hacia lo que decía –Ese niño no hace nada más que llorar, no puede mantener una pelea decente sin que quede totalmente inconsciente o que huyera rogando que lo protegieran– seguía quejándose como un ratón en medio de la cocina.

–Koron, te lo estoy diciendo en serio, no voy a dejar que ese niño sea un cobarde y no hay mejor guía como tú– ella frunció el ceño ante las palabras de su hermano, ya le daban ganas de vomitar sobre todo el lugar –¿Acaso dejarás que mi hijo humille el nombre de nuestra raza?– aunque él debía ser serio y demostrarle a su hermana lo que podría llegar a ser no le gustaba la forma en que ésta reaccionaba –Koron...

Ella suspiró, ya no aguantaba más el sermón de su hermano, esto era peor que llevar al pequeño de nueve años en una misión.

–Está bien– cortó, sólo quería irse al otro planeta, sabía que Blue no sería problema y no se entrometería en sus planes y batallas –Lo llevaré...

–Gracias Koron– sonrió y se acercó a ella para darle un beso en la frente a propósito para que ella sienta náuseas y lo empujara, dicha reacción era suficiente para saber si ella seguía igual o había recibido un golpe en la cabeza, era raro que aceptara llevar a Blue a la misión.

Sin más que decir ella subió a su nave, como no quería que nadie la acompañara subió a uno individual. Su pequeño sobrino no tardó en aparecer y subir en la nave de la tripulación, sabía que su tía amargada le gustaba viajar sola y era mejor no molestarla.

–¡Adiós papá!– fue lo último que dijo el niño antes que ambas naves despegaran hacia el espacio exterior. El pequeño híbrido se sentó junto al comandante y decidió descansar cerrando los ojos, debido a su corta edad debe guardar energías reposando apropiadamente como todos los niños.

En cambio, Koron ya no soportaba el hambre, el estrés que le provocaba su hermano y el fastidio de pensar en cuidar a su sobrino no le dieron tiempo de comer algo antes de salir.

–Estúpido hermano– chilló sin miedo a que alguien la escuchara, giró su cabeza hacia la ventanilla para distraerse mirando las estrellas unos cuantos minutos.

Todo el exterior era hermoso, con varios puntos por doquier, en cada uno con posible vida existente. Seguro existen millones de razas en todo el universo pero, según lo que sabía, no había nadie que sea de su misma raza.

–¿Cuántos saiyajin deben haber en el universo?–susurró como si le diera algo de esperanzas, fue algo tonto pero logró distraer su atención en otra cosa para no pensar en su estómago vacío. No hizo más que apoyar su brazo por su pierna y esperar llegar al Planeta Kumo.

¿Existen los finales felices? -DBZ Fanfiction-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora