¿Existen los finales felices? -DBZ Fanfiction-

Capítulo 12: Siente el ki.

El polvo de la fina arena se esparció por todas partes, sus figuras desaparecieron al instante reapareciendo a lo alto del cielo con los puños chocando contra los del otro. Permanecieron en esa posición hasta que Koron decidió atacar pateando el costado del pecho de Trunks, dio media vuelta y con un puñetazo en el estómago lo alejó de ella.

Él logro mantener el equilibrio como si nada lo hubiera tocado, rápidamente se acercó a ella y comenzó a atacarla con varias secciones de puños y patadas que la mayoría ella podía bloquearlas y esquivarlas.

-¡No juegues conmigo!- grita la joven saiyajin esquivando de lado uno de los puños del híbrido. Él fue hacia adelante accidentalmente y ella lo golpea en la espada hacia abajo pero no ocasiona que éste caiga hasta el suelo.

Sin previo aviso ni decir ninguna palabra o demostrar una mueca, Trunks comienza a arrojarle varios rayos de ki con una velocidad sorprendente, ella logra bloquear todos los ataques cruzando sus brazos frente su pecho en modo defensa. El ataque había parado y su vista comenzó a aclararse pero no logró ver la ubicación del joven hasta que él la golpea en la espalda y luego la patea de lado haciéndola chocar por la roca más cercana.

-Ya veo- dice el híbrido acercándose hacia ella -Lo primero que debes aprender perfectamente es sentir el ki de tu oponente y ocultar completamente el tuyo- extendió su mano para ayudarla pero esta lo rechazó observando enfadada hacia un costado -Tengo una técnica para que aprendas más fácil controlar el ki de tu oponente- levantó a la saiyajin a la fuerza cargándola con sus dos brazos, luego la dejó pararse cómodamente sobre el suelo.

-¿Cuál técnica?- preguntó mientras se limpiaba la tierra de su rostro y brazos.

-Es simple- dirige su mirada hacia Oliver y Mamoru quienes estaban sentados observando la batalla -Oliver, ven aquí.

-Sí, claro- se levantó para dirigirse hacia los saiyajines.

-Mamoru- llamó a la pelirroja -¿podrías traerme una venda por favor?- observó sonriente a Koron y continuó -Es para el entrenamiento.

-Sé perfectamente donde hay una- entró en paso rápido a la nave.

-¿Cómo utilizarán una venda para el entrenamiento?- preguntó el joven castaño rascándose su nuca.

-Ya lo verás - contestó seguro.

-Aquí traje una- Mamoru había vuelto con una venda roja en sus manos -Es un trozo de tela que a veces utilizo para sujetarme el pelo.

-Muchas gracias Mamoru- tomó la tela y se dirigió hacia la saiyajin -Koron date la vuela.

-Sí- respondió y realizó lo que dijo el joven.

-Bien- colocó el vendaje sobre los ojos de la joven y lo ató firmemente detrás de su cabeza para que no pueda salirse de su lugar.

-¿Qué estás haciendo?- dio unos pasos a ciegas hasta tropezarse por una piedra pero Oliver la sujeta.

-Este entrenamiento consiste en esquivar los golpes de Oliver y los míos- sujetó a la saiyajin de los hombros y la guió hasta el lugar en donde iban a pelear.

-¿¡Cómo piensas que voy a hacerlo!?- comenzó a alterarse y trató de quitarse la venda pero Trunks atajó sus manos.

-No te desesperes- la soltó y se separó de ella -Debes agudizar tus sentidos para poder presenciar el ki, debes concentrarte- fue junto a Oliver y ambos se prepararon.

-Por favor no lo hagas tan fuerte- dijo temblorosamente mientras se colocaba en pose de defensa.

-Ese es el tema- exclamó confiado -Debes concentrarte perfectamente.

-No crees que es demasiado- anunció el terrícola algo preocupado.

-Nada es demasiado para un saiyajin- sonrió ampliamente y dirigió su mirada hacia la pequeña -¿Lista?- advirtió. Ella asintió moviendo rápidamente su cabeza. La pelea inició.

Una sesión rápida de golpes de puño seguidos de patadas inunadaron a la saiyajin que por lastima recibió todos los golpes haciéndola caer al suelo.

-¿Qué sucede?- el saiyajin se detuvo y su amigo lo siguió.

-No puedo predecir en que momento y lugar aparecerán los golpes- se levantó débilmente sacudiéndose la tierra de sus ropas.

-Concéntrate- presionó -Debes sentir hacia donde estamos Oliver y yo, utiliza el mismo método que haces para ocultar tu ki.

-Recuerda lo que habías aprendido conmigo- agregó el joven terrícola.

-Está bien- se paró firme y en posición de defensa. Siente el ki, Koron pensó, Recuerda lo que Oliver te dijo para poder hacerlo, concéntrate y lo lograrás.
Suspiró, apretó los puños y agudizó sus sentidos para que su ser interior pueda detectar el ki de su oponente.

-Muy bien- anunció el híbrido, ambos se prepararon para atacar -¡Ahora!

Los muchachos se dirigieron para atacarla, la rodearon e inesperadamente la golpearon al mismo tiempo. Ella suspiró de golpe como si se hubiera asustado mientras sujetaba firmemente con su mano derecha el puño de Trunks y con la izquierda el puño de Oliver.

-Muy bien Koron, lograste detener nuestros golpes- la animó el saiyajin, se soltó el puño de la mano de la pequeña y trató de golpearla pero ésta la bloqueó con el antebrazo derecho.

-Genial Koron- exclamó Oliver e intentó hacer lo mismo que hizo su amigo pero también recibió el mismo resultado.

Ambos sincronizados comenzaron de nuevo a lanzar varias secciones de puñetazos y patadas pero todos fueron exitosamente bloqueados o esquivados.

-Exelente- expresó el joven de cabellos lavanda -Paremos por ahora, luego seguiremos- ambos se detuvieron al instante. Koron se quitó la venda de los ojos, se sentía libre y aliviada de nuevo, también estaba satisfecha de su nueva habilidad pero no del todo, aún debía perfeccionarla.
-Sentí como si algo frío golpeaba mi mente- anunció la pequeña saiyajin observando la venda en sus manos -¿Así es como se siente el ki?
-Sip sip- exclamó alegre el joven terrícola colocando su mano por el hombro de la saiyajin -Eso es exactamente lo que queríamos que aprendieras.
Trunks sólo agachó la cabeza y cerró los ojos algo molesto por un momento pero satisfecho por el avance sorprendente de Koron. Sonrió de lado sin preocuparse de que lo vean.

-¡Chicos, es hora del almuerzo!- Mamoru los llamaba con entusiasmo desde la nave.

Los estómagos de los tres jóvenes rugían del hambre, y con una sonrisa se dirigieron hacia la nave como si estuvieran jugando una carrera diciendo al unísono -¡Ya vamos!