Capítulo 11: El miedo de Koron.

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Los golpes y patadas en el cielo eran brutales a simple vista desde el suelo, varias técnicas de sincronización de golpes y rayos de ki se mezclaba en medio de la batalla que ya estaría durando varias horas.

-Koron y Oliver son increíbles- exclamó asombrada la pelirroja mientras preparaba algo para cenar.

-Aunque te parezca increíble aún no es suficiente para Koron- explicó el híbrido -Ella sólo está calentando porque sabe que al entrenar conmigo no será fácil- sonrió orgulloso.

-Según lo que yo se en este momento estas hablando como tu padre- soltó una dulce y suave carcajada. Trunks se dio cuenta de aquello, observó curiosamente a la pelirroja y bajó la cabeza con las mejillas algo rojas.

-Era broma- agregó moviendo su mano de arriba a abajo -Aunque no es malo tener algo de orgullo- volvió a dirigir su mirada a la cacerola.

-¿A qué te refieres?- preguntó muy confundido.

-Que al tener algo de orgullo te hace sentir bien de ti mismo, es decir- volteó y sonrió al joven- Que puedes identificarte como alguien que quiere superarse y tener metas fijas- volvió hacia su cacerola, recogió un poco del estofado con la cuchara y probó lo que había preparado -Está rica- murmuró suavemente.

-Gracias Mamoru- susurró para si mismo.

Era raro escuchar eso por parte de Mamoru, además de su hermana mayor la única persona con la que puede conversar así es con Trunks, su timidez no la deja conversar normalmente con las personas aunque con Koron y Oliver iba ganando valor para tener una conversación larga.

Algo cae justo al lado de ellos, el polvo no los deja ver, segundos después la vista se aclara pero lo que causó eso ya no estaba allí.

-¡Casi caen sobre nosotros!- grita enfadado el joven saiyajin. Ambos se detienen al instante.

-¡Lo siento!- dijo la pequeña descendiendo junto al terricola hasta el suelo. Sus ropas estaban desgastadas y sucias, son una camiseta celeste con una calsa larga y negra con unos zapatos deportivos del mismo color. Oliver llevaba su gi naranja de la "Academia Tortuga" del Maestro Roshi, que también estaba desgastado por el duro entrenamiento.

-La comida ya está lista- exclamó la dulce joven humana señalando la cacerola.

-¡Genial!- el joven terrícola se sentó en el suelo por el cansancio.

-Que suerte, me muero de hambre- siguió a Oliver y se sentó al lado de él. El saiyajin frunció el entrecejo aunque nadie lo notó.

-Espero que les guste- exclamó entusiasmada la dulce humana.

-Gracias por la comida- exclamaron todos a la vez firmando un coro con sus voces.

El sonido del grillo cantando era la música en medio de la noche, todos están durmiendo dentro de la nave en dos colchones separados: en uno las chicas y en uno los chicos.

Trunks no podía conciliar el sueño, estaba acostado de costado dando la espalda a Oliver, mientras los demás roncaban el quedaba pensando en varias cosas: ¿Las esferas del Dragón podría hacer volver a Gohan? ¿Koron podrá pelear sola? ¿Qué es esa extraña sensación en su pecho que siente algunas veces?. Tonterías. Pensó, cerró los ojos para tratar de dormir.

Unas pisadas largas por el suelo de la nave despierte de nuevo al híbrido, éste abre de nuevo los ojos y observa a su alrededor, logra ver algo que se dirige hacia la conservadora de comida.

-Koron...- susurra en un tono la cual ella pudo escucharlo perfectamente -¿Qué estas haciendo? - se levanta un poco hasta sentarse encima del colchón.

¿Existen los finales felices? -DBZ Fanfiction-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora