Capitulo 2: La joven extraña.*

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El joven saiyajin bajó de su vehículo después de varios días de un aburrido viaje, al fin puso su pie en tierra firme luego de estar en el vacío del universo. Ahora no tenía ni idea que decir ni qué hacer para encontrar a los habitantes del planeta donde se encontraba...

Namekusei.

Todo se ve muy tranquilo. Pensó al la vez que daba sus primeros pasos en tierras desconocidas, tal vez no para muchos pero sí para él. Levantó su mano y se cubrió un poco los ojos ya que el sol justo le daba en la cara, no tenía la seguridad si en el sitio que estaba era o no su destino, el lugar se parecía mucho a la Tierra.

Unos pequeños niños que jugueteaban por ahí lograron verlo y, asustados, volvieron a la aldea en una carrera. Trunks se había dado cuenta de eso y los siguió, quería saber hacia dónde estaban los demás habitantes.

– ¡Gran Patriarca!– los pequeños llegaron gritando hacia una de las casas de una aldea no muy lejana hacia donde aterrizó Trunks. Un habitante salió de la cabaña, era igual que Piccoro sólo que un más poco gordo y viejo.

–¿Qué sucede niños? – expuso mientras caminaba hacia ellos con ayuda de su bastón.

–¡Gran Patriarca, hay un sujeto extraño que llegó en una cosa rara!– dijo tembloroso uno de los niños, el mayor del grupo.

Trunks, quien estaba escondido tras una roca cerca de ellos, se quedó temblando pensando que tendría graves problemas. Genial, primeros minutos en el planeta y ya se había metido en un lío.

–Ese sujeto era púrpura y algo feo– explicó otro de los niños, el cual parecía ser el más pequeño.

– ¡Yo no soy feo! –gritó al instante y pegó un salto dejándose ver, pero al momento de eso se dio cuenta de su estupidez y bajó la cabeza humillado con un sonrojo que se podía ver a kilómetros.

– ¿Es ese chico? – apuntó el anciano con un tono muy confuso.

–¡Sí, seguro es un tipo muy amenazante!– grito asustado uno de los pequeños haciendo un gesto con sus manos mientras mostraba sus colmillos en desarrollo.

–¡Aunque sea un saiyajin no soy alguien amenazante, además soy de la Tierra! – trató de defenderse torpemente señalando con su mano a un punto nulo detrás de él.

–¿Vienes del planeta Tierra?– el anciano se acercó al híbrido lentamente observándolo sin perder detalles, éste asintió ganando un poco de seguridad – Entonces... ¿Conoces a Goku?– preguntó amablemente con una leve sonrisa.

–Sí... lo conozco... pero...– se quedó sin palabras, el anciano levantó una ceja en señal de escucha –Goku... murió hace veinte años... a causa... a causa de una enfermedad del corazón– no paraba de tartamudear, la tensión le pesaba como si llevaba una tonelada de hierro por la espalda.

–Mis pésames– fue la respuesta por parte del patriarca, se notaba la conmoción en su tono de voz –¿Cuál es tu objetivo joven? ¿Por qué vienes a este planeta? –cambió el tema de conversación.

–Pues verás... si se puede, quiero que uno de sus habitantes haga el sacrificio de ir a mi planeta y ser nuestro Kami-sama, así las esferas del dragón volverán– tomó un respiro, las palabras volvieron a ahogarle pero poco recuperó la compostura – Y así mi mamá tendrá que buscarlas para sentirse mejor después de la muerte de sus amigos, y yo al fin lograré conceder mi deseo– mencionó lo último casi en un susurro.

– Entiendo... así que todos murieron– dijo en voz baja.

–Sí... contra unos androides, yo fui el único que sobrevivió y los venció, Gohan fue quien me entrenó pero el murió hace casi siete años...– se detuvo de inmediato, su respiración se cortó y asfixió un clamado de angustia.

¿Existen los finales felices? -DBZ Fanfiction-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora