Capítulo 14: El valor de la familia.

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El sol se estaba escondiendo por el horizonte, no pasaron ni 20 minutos y los cuatro jóvenes ya estaban llegando a la ciudad de Banira.

–Estamos llegando a la entrada de ma ciudad– alertó el terrícola –Debemos descender.

Los tres descendieron hasta el suelo, Mamoru se bajó de la espalda de Trunks y observó la ciudad.

–Hace mucho que no vengo a Banira– expresó con una dulce voz levantando sus manos a la altura de su barbilla –Si mal no recuerdo el hotel se encuentra muy cerca de aquí.

–¿Cómo se llama el hotel?– preguntó el joven de cabellos lavanda.
–Es uno de cuatro pisos– señaló con los dedos de las manos –Y se llama "Bella Banira".

–He escuchado de aquel lugar– interrumpió el joven castaño –Es uno muy famoso en esta región.

–¿Tú eso crees?– preguntó el híbrido con un tono sarcástico, a veces Oliver se hacía pasar como un experto o un sabelotodo diciendo temas ridículos o preguntas en donde es muy obvia la respuesta como: "¿De que color es el caballo blanco de Napoleón?". Así de estúpido.

–Por su puesto que sí– siguió –Según mi décimo tercer sentido, el de detectar la orientación, me dice que el hotel se encuentra– dio algunas vueltas en su lugar y luego apuntó un lugar a azar –¡Por allí!

–Eso es el bosque– justificó la pequeña saiyajin quien tenia sus brazos cruzados y se había mantenido en silencio desde que emprendieron el vuelo.

–¡Miren hacia allá!– exclamó la pelirroja dando unos pasos hacia adelante –¡Es Mirai!

Oliver y Trunks la reconocieron al instante, a pesar de las personas que caminaban alrededor de ella lograron localizarla al instante. Koron no sabía quien era hasta que todos corrieron en dirección en donde se encontraba la mencionada.

–¡Mirai!– Mamoru la llamaba emocionada mientras corría hacia ella.

La mujer levantó la vista y logro ver a la joven pelirroja corriendo hacia ella, sonrió y susurró –Mamoru ¿en serio?

–¡Mirai!– la abrazó a penas llegó. Ella también le correspondió el abrazo.

–Mamoru, ¿que haces hacia estos lugares?– preguntó con un tono materno y una amable sonrisa dibujada en su rostro pálido.

–Como estabas de viaje yo también quise hacerlo, pero lo hice con mis amigos– mencionó y observó de reojo a sus amigos que venían llegando. Mirai notó eso y comenzó a reír bajo.

–¿Por qué justo en Banira?– preguntó observando a Trunks, Oliver y Koron.

–Nuestra nave estalló– respondió el híbrido llegando recién en donde se encontraban –Fue consecuencia de un duro entrenamiento– agregó algo apenado.

–Por su puesto que va a estallar con ustedes cerca– señaló con la mirada a ambos muchachos –Ustedes son unos fenómenos.

–¿Fenómenos?– repitió el joven de cabellos castaños con un fruncido de entrecejo –Nosotros no somos fenómenos.

–Oliver, cálmate– intervino el híbrido colocándose entre los rivales.

Koron llegó silenciosa detrás de Trunks, se quedó en un lugar observando a Mirai, una chica de más de 30 años de edad con cabellos negros algo azulados y cortos como un varón y con un largo fleco que cubría una parte de su frente, tiene los ojos azules oscuros, un cuerpo muy formado y alto pero lo más llamativo era su tono de piel pálido, la cicatriz en su rostro y la prótesis en su brazo izquierdo. Varias preguntas de formaron en su mente curiosa.

¿Existen los finales felices? -DBZ Fanfiction-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora