Sin importarme nada mas en el mundo corrí por las escaleras hasta la salida y no podía dejar de llorar. El viento y las gotas de lluvia en mi cara se sentían heladas pero de alguna manera me reconfortaban. Nada podría ser peor. En ese momento ya nada me importaba me sentí totalmente usada y desganada. Solo quería hundirme en mi cama y desparecer completamente.
No podía volver a mi casa llorando porque mi madre iba a comenzar a hacer preguntas y no tenia ganas de lidiar con las mentiras ahora, pero tampoco quería ir a lo de Cata y contarle lo que estaba sucediendo, hablar de eso me haría sentir peor y ella no dejaría de insistirme hasta que abra mi boca. Por primera vez en mi vida me sentí muy sola. Caminé un par de cuadras y pensé en llamar a Máximo hasta que recordé que estaba fuera de la ciudad con sus padres, no quería amargarlo con mis problemas y solo me quedo Jerry, ¿Por qué no? Después de aquella noche sentí que teníamos más intimidad que nunca y me decidí a marcar su teléfono.
-Ay querida te ves terrible. -me dice Jerry mientras abre la puerta de su auto. -Ven, entra te vas a enfermar. Me subí y me pasó una frazada muy acogedora que me había traído. -Cuéntame linda ¿Qué paso? Nunca te ví así...-agrega mientras niega con la cabeza.
-Resulta que al parecer si sólo era sexo para Cumberbatch. -respondí bufando -Ja! Que idiota que soy! -dije agarrándome la cabeza y mi voz comenzó a cortarse.
-¿Pero queee? ¿Qué te hizo ese hijo de puta? -pregunto Jerry enfadado e intrigado.
-No me hablo en todo el fin de semana, creí que se enojo por "Mi cita" contigo y cuando fui a verlo lo vi con otra mujer. -dije llorando. -Bueno, LO ESCUCHE! -me corregí.
-Ay no... ¡Pero ese tipo es un idiota! ¿Cómo va a hacerte eso? Que asco los hombres no puedo creer que me gusten. -bromea Jerry. Nunca había notado lo similar que era su humor a Máximo. Deseaba con todas mis fuerzas a mis amigos y me arrepentí de no haber llamado a Cata.
-¡Yo también! -conteste llorando. -En serio no puedo creerlo, y menos de él, se veía tan decente. Nunca confirmamos nuestra relación, es decir, nunca lo hablamos ahora que lo pienso... Es mi culpa haber dado todo por hecho.
-De ninguna manera te culpes por lo que ese idiota te hizo Eva, él es el adulto y esta bastante grandesito como para jugar contigo. Deberías llamarlo sólo para cagarlo a puteadas y cortar! -dijo Jerry eufórico. Esa idea me hizo reír y la pensé unos segundos pero eso no resolvería nada y solo me haría parecer todavía mas una chiquilla para él. Debía implementar lo que Cata me dijo una vez, "la indiferencia mata" y vaya que soy buena cuando me propongo algo. Benedict Cumberbatch a partir de ahora no pienso dirigirte la mirada nunca más pensé.
(...)
Luego de estar con Jerry llegue a mi casa agotada con el afán de ir a mi cuarto y tirarme en la cama como si no hubiera un mañana pero enseguida mi madre noto que algo raro me pasaba.
-¿Y bien? ¿Qué tienes cielo? -dice preocupada. Me puse nerviosa, ¿Qué se supone que le diría esta vez? Era mi primer corazón roto y no podía compartirlo con la persona más importante.
-Me vino la regla. -mentí absurdamente y ella hizo una cara de entender por lo que estaba pasando.
-Te hare un te ¿Si? Y luego si te duele la panza te daré una pastilla. Ve a acostarte y te lo llevare. -dice mientras voltea y me da una caricia en el brazo.
Llegue a mi cama y lo primero que hice fue abrazar una almohada, nunca me había sentido tan decepcionada y este sentimiento era algo nuevo con que lidiar. No contuve las lagrimas y me aferre a ella como si fuera el lugar mas seguro del mundo. Necesitaba con todas mis fuerzas gritar y a la vez quería romperla a puñetazos pensando en su cara. Pero el odio se convirtió en tristeza y solo podía pensar una pregunta. ¿Por qué? ¿Cuándo es que decidió que estar conmigo no era suficiente? ¿En qué momento empecé a perderlo? Y ahí llegue a la conclusión que me destruyo por dentro. "Nunca lo tuviste Eva"
Sentí unos pasos venir. "Debe ser mi madre con el te" Sali corriendo lo mas rápido posible al baño, no podía dejar que me viera así o en serio notaria que algo andaba mal. Escuche que tocaron la puerta y una voz familiar habló.
-Corazón. ¿Puedo pasar? -escuché y lo reconocí al instante. Era mi padre.
-Ehh, no. Me estoy cambiando. -dije nerviosa. El menos que nadie podía verme así.
-Esta bien, cuando termines ven abajo que tengo que hablar contigo. -dice determinante y me asusté aunque no sé por qué. Pero él conocía a Benedict así que, quizá de alguna manera? No, estaba pensando estupideces.
Me lave la cara lo mejor que pude para disimular mis ojos rojos y baje, al lado de mi padre se encontraba Mercedes la novia de mi papa y busque con los ojos al intimidante hijo de ella, Benjamín pero no estaba. Me desilusione un poco.
-Aquí estoy, ¿Qué pasa? -le pregunté.
-¿Tienes todo listo? -pregunta emocionado.
-¿Para qué? -pregunto incrédula.
-Eva, mañana nos vamos de viaje ¿Ya te olvidaste? El crucero tontita. -dice y gesticula raramente.
-Ahh sí, empaque hace unos días, bueno Betty empaco por mi. ¿Era mañana? Creí que faltaba más. -dije sin muchas ganas.
-Si, veo lo emocionada que estas. -dice irónicamente. -Bien, mañana te pasare a buscar temprano asi que ten todo listo eh, te quiero aquí en la puerta 8am. -agrega amenazante.
-Bien sisi. -dije revoleando los ojos. Odiaba cuando se ponía insistente. Mi teléfono sonó y cuando vi la notificación casi se me sale el corazón por la boca. Era Benedict llamando. Enseguida Sali corriendo a mi habitación y colgué. Me costó con todas mis fuerzas ignorar todas sus llamadas pero tenia que serle fiel a mi misma y hacerme valer. ¿Ahora le intereso? ¿Para que demonios me quiere llamar? Así que sólo lo ignore.
Me arrepentí unas cuantas veces y entre en pánico ¿Qué si en realidad estoy imaginando todo? ¿Pero quien era esa mujer y por que Benedict no me abría la puerta? No podía ser otra cosa... El me dijo que su madre había muerto y que no tenia muchas amistades y no nombro ninguna mujer. Cosa que no esta mal pero ¿Por qué no decirme? Mi cabeza estaba llena de preguntas y no podía dejar de pensar. Sin darme cuenta me dormí profundamente hasta que el despertador sonó.
-Mierda! Es tarde mi padre va a matarme! -me dije a mi misma. Rápidamente procedí a bañarme y a maquillarme un poco para no parecer un extra de The Walking Dead. Agarre todas mis cosas y estaba 8am en la puerta justo como mi padre quería.
-Te voy a extrañar mucho bebe, cuídate por favor! -dice mi madre abrazándome fuerte.
-Me estoy yendo de vacaciones no a la guerra pero gracias. -dije correspondiendo su abrazo. También abrace a Betty y enseguida me subí a la camioneta en la que estaba Benjamín tan... llamativo como siempre.
-Que tal linda. -dice mientras se aproxima a mi para saludarme.
-Hola. -dije lo más positivo que pude sonar y enseguida me puse mis auriculares para escuchar música hasta el puerto donde debíamos arrivar el crucero. Había tanta gente que sentí que comenzaba a asfixiarme pero estaba emocionada. Este viaje sin duda serviría para olvidarme de Benedict lo mas rápido posible, y quien sabe, quizá me trae algún otro amor...
Nos encontrábamos en la fila esperando cuando escucho a mi padre saludar a alguien de lejos y hacerle señas para que venga hacia donde nosotros estábamos. Volteo de curiosa para ver quien es el quinto pasajero que nos acompañaba y era Benedict. Abrí los ojos como si hubiera visto un fantasma y comencé a hiperventilar. "Me va a dar un paro cardiaco" pensé. ¿Qué demonios hace aquí? ¿Es él el quinto pasajero? No puede estar pasando esto pensaba mientras Benedict caminaba hacia nosotros con una hermosa sonrisa en su rostro y su mirada en mí. Mis piernas temblaban y mi corazón parecía desbordarse. "Esto tiene que ser una broma"
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Mi Profesor (Benedict Cumberbatch y tú)
RomanceEva es una estudiante de 17 años aburrida de vivir en la monotonía de su adolescencia, hasta que un encuentro poco académico con su profesor de literatura la hace debatirse entre lo que esta bien y esta mal. *Contenido explícito