Mis manos temblorosas no conseguían cerrar la canilla con firmeza, el agua caliente se escurría por mi cuerpo y mi pelo mojado caía como peso muerto. Me decidí a salir de la larga ducha, me mire al espejo, respire profundo y finalmente asumí la idea de que hoy todo iba a esclarecerse. Mis piernas temblaban y mi corazón agitadísimo solo quería que sea la hora para ver a Benedict, pero a la vez el miedo a que me rompiera mas el corazón me hacia doler y cerrar mis ojos repentinamente.
"¿Que debería usar?" pensé. Noche de gala decía en el diario formal que nos otorgaban cada día con los cronogramas, así que debía vestir para la ocasión. Me hice unos hermosos bucles con la planchita, los desarme un poco para que tengan un estilo mas descontracturado y en conclusión me decidí por el vestido largo rojo que dejaba mi figura como una escultura griega. "Sin duda Benedict se va a morir de verme así"
Caminaba con seguridad por los pasillos del crucero mientras disfrutaba de las miradas curiosas de la gente al verme pasar, cuando por dentro toda esa seguridad se caía a pedazos y solo se debatía entre la conversación con un hombre. Por un segundo me sentí absurda, el es el que debería estar con el corazón en la boca a ver si lo perdono, por lo tanto me sentí lo más segura que pude y entre al restaurante.
-¡Wow! Eva, estas preciosa! –dijo mi padre al verme. Me ruborice de la vergüenza al ver como todos alrededor se dieron vuelta curiosamente al escuchar a mi padre exclamar.
-¡Estas divina! –agrega Mercedes especulando muy dulcemente. Parecía muy sincera y le agradecí correctamente mientras Benjamín sin decir una palabra sentí como me decía todo. Busque a Benedict con la mirada a ver cual seria su reacción y no lo encontré.
-¿Dónde esta Benedict? –pregunte impulsivamente y rápido me precipite a agregar. –Es raro que falte. –digo con una risa nerviosa.
-No se, me dijo que se quedaría en cama que no quería cenar. –contesta mi padre y me decepcione mucho. Se supone que hoy por fin hablaríamos después de la cena, si él no viene yo no pienso ir a buscarlo, pensé. –En fin, disfruten la cena! –agrega mi padre.
-Gracias! Respondemos todos al unísono. La comida estaba exquisita, una entrada de mejillones a la marinera para luego deleitarnos con un pato a la naranja. Nunca fui muy fan del vino pero este acompañaba perfecto, luego de un par de copas sentí como el alcohol hacia frutos y me embriague un poco.
Dicho y hecho mi padre con Mercedes fueron al bar de Jazz que Benedict me dijo y me decepcione al acordarme que no había salido del camarote "¿Debería ir a ver como esta?" me pregunte. Pero no estaba en condiciones de tener una conversación seria y además no quería parecer desesperada –aunque lo estaba por saber- pero me jure jamás rogarle a un hombre así que continúe vagando por los pasillos del crucero y me decidí subir a la disco.
-Eva! Que placer encontrarte aquí ¿Quieres tomar algo? –dice Benjamín.
-Si, claro! –respondo pensando que no tenia nada mejor que hacer y comenzamos a tomar y disfrutar de la música. La diversidad cultural que hay en un crucero es enorme por lo que nos deleitábamos a risas ver como un ucraniano disfrutaba bailar reggaeton. Esa noche conocimos a un grupo muy divertido de jóvenes que se encontraban igual de perdidos que nosotros, pero por suerte ahí adentro no hay que buscar mucho para divertirse. La hora daba 4am y mis piernas nos daban mas. Llevaba toda la noche bailando con stilettos y encima pensar en las excursiones que tendríamos temprano me dieron mas sueño del que tenia. Me despedí de todo el grupo y Benjamín se ofreció a acompañarme a mi camarote.
-Que bueno que encontramos gente de nuestra edad, si seguía pasando mis noches con tu padre y mi madre fingiendo que me divertía me iba a morir. –dice Benjamín.
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Mi Profesor (Benedict Cumberbatch y tú)
RomantizmEva es una estudiante de 17 años aburrida de vivir en la monotonía de su adolescencia, hasta que un encuentro poco académico con su profesor de literatura la hace debatirse entre lo que esta bien y esta mal. *Contenido explícito