Capitulo 8 (La fiesta -2da parte)

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-Que cara de muerta. -dice Máximo burlonamente.

-Que dulce eres la verdad. -dice Cata golpeándolo en el brazo.

-Tiene razón, me siento muerta. -dije suspirando. -Hay algo que les tengo que contar... -no aguante no contarles la cosa mas importante que me había pasado en los últimos días a mis mejores amigos, necesitaba hablar de esto con alguien, necesitaba consejos y escuchar otras opiniones además de hacerle caso a mi cabeza.

-¡NO PUEDE SER! -dicen Cata y Máximo entusiasmados al mismo tiempo. -¿Cómo se te ocurre no contarnos algo así eh? – dice Cata y esta vez me golpea a mí en el brazo.

-Es que tenia miedo, el me pidió que no dijera nada, y yo quiero respetar su confianza. -digo media triste. -Además, si algo de esto se llega a saber, podría perder su trabajo o peor, ir a la cárcel.

-Ay AMO este drama, Eva eres mi nueva dosis de adrenalina, ¡ve con él y por favor reviéntale la boca de un beso nena! -dice Máximo muy feliz. -Pero después cuéntanos obvio. -termina diciendo.

-Basta Máximo deja de disfrutar esto, ¡no es un juego! -digo retándolo. -Si la voy a hacer, la voy a hacer bien. -dije tomando un sorbo de la copa de champagne.

-Así se habla nena! -dice Cata celebrando lo que dije. -¿Y ese bombón quien es? -dice Cata mirando a un chico en la fiesta.

-Benjamín, el hijo de Mercedes, la novia de mi papa. -dije cortante. -Es algo así como mi hermanastro.

-MIO! -dijo Máximo gritando.

-Yo lo vi primero zorra sucia búscate al tuyo! -le dice Cata al instante.

-Dios cállense ahí viene. -digo en voz baja mientras Benjamín se dirigía hacia nosotros.

-Eva ¿Verdad? -dijo el muchacho rubio de ojos claros.

-Si, ¿Necesitas algo? -le contesto mirándolo.

-Tu padre me mando a llamarte, quiere que bailes un vals conmigo o algo así. -dice tomándome de la mano. Los dos fuimos al centro de la pista y todos se encontraban rodeándonos, esperando a que comencemos a bailar. El fotógrafo no paraba de tomarme fotos con todos, menos con él, pensé.

La música empezó y Benjamín comenzó a llevarme por toda la pista como un excelente bailarín, me sorprendí, y entre la gente noté al profesor Cumberbatch viéndonos con una cara peculiar, no se lo notaba muy feliz, acaso estaba... ¿Celoso?

-Eres muy buena ¿Lo sabias? -dice Benjamín mirándome fijamente.

-Gracias, tú también. -le dije mirando para otro lado, por alguna razón, Benjamín me intimidaba.

-Así que ahora somos como hermanastros ¿No?, supongo que hay que llevarnos bien. -dice sonriendo.

-Pues sí, ¿Qué edad tienes? Por cierto. -le pregunto.

-22, voy a ser tu hermanito mayor. -dice burlonamente, la música finalizo y todos se pusieron en la pista para seguir bailando, me sorprendió la buena onda de Benjamín, pensé.

Mi padre se acercó para que bailase con el al igual que todos sus amigos, y con ellos, el profesor Cumberbatch. Cuando me saco a bailar, el fotógrafo no paraba de tomarnos fotos, y yo no podía evitar pensar en como su mano y sus dedos tocaban mi cintura, nuevamente. Ya parecía costumbre entre nosotros bailar, en ese momento sentí que siempre lo tendría así, tan cerca y tan lejos. Una frase muy cliché, pero sin duda cierta. ¿Cuántas veces más tendré que aguantarlo así de cerca sin poder hacer nada? ¿Sin poder demostrar todo lo que me hace sentir? Benjamín pidió mi mano nuevamente pare cerrar el vals y el profesor Cumberbatch retrocedió lentamente mirándome con unos ojos muy peculiares. La fiesta continua, Cata y Máximo se acercaron para contarme que le pidieron al Dj temas mas movidos. Típico de ellos.

-¿Te diste cuenta la cara del profesor Cumberbatch al verte con Benjamín? Se puso celoso. -dijo Cata entusiasmada.

-Ay no sé, ¿Tú crees? -pregunte con incredulidad.

- Pues sí, no paraba de mirarte, los dos hombres más sexys y hegemónicos de la habitación se pelean por ti, ¡Que envidia! -dijo máximo bofeando y con Cata nos echamos a reír.

-Pues no creo que el sea capaz de algo así, no es un niño. -dije con seguridad.

-No, pero es hombre. -dijo Máximo.

-¿El profesor Cumberbatch se esta yendo? -dice Cata señalándolo mientras él se dirigía a la sala de espera.

-Creo que sí. -dijo Máximo mientras yo iba hacia allí.

-¿No te pensabas despedir? -dije mirándolo al profesor Cumberbatch un poco triste y enojada.

-Te vi muy entretenida con ese chico rubio y no quise interrumpir. -me contesta mientras se pone su abrigo.

-Si, Benjamín, mi hermanastro. -voltea a verme.

-Despídeme de tu padre, no lo he podido encontrar. -dice mientras pone las manos en su bolsillo y saca un regalo. -Me olvidaba, esto es para ti... Espero que te guste. -se dirigía a la salida y me da un beso en el cachete. -Adiós, señorita Lovatelli. -me dice a centímetros de mi mirándome fijamente.

-Gracias, no tenia que. -le digo mirándolo y el me devuelve una sonrisa.

-Y, por cierto, hoy también esta perfecta. -cierra la puerta.

¿Por qué siempre me deja de esta manera? Me dice cosas lindas, es detallista y ¿luego quiere que me olvide de lo que paso? Si así son todos los hombres me volveré lesbiana, pensé.

Esa manera de dejarme siempre pensando en el me abruma, no quiero que sea dueño de mi cabeza, de mis pensamientos, me harte de ilusionarme con ideas vacías, el dejo muy en claro que lo que paso fue un error y no va a ocurrir nunca más, yo también debería olvidarme, no quiero sentir que lo invado, voy a tener que ser lo mas indiferente posible con él.

-¿Qué haces ahí sola nena? Ven a bailar con nosotros. -dice Máximo tomándome de la mano. Sin duda si quería pensar tranquila y resolver lo que iba a hacer tendría que ser lejos de ellos dos, les encanta interrumpirme mientras estoy en mi palacio mental. *guiño guiño*.

Por suerte la fiesta empezó a ser más divertida, debió ser la música o por la cantidad de copas de champagne que tome.

Cuando la fiesta finalizo me acorde del regalo que me hizo Benedict y fui corriendo a buscarlo. En ese momento, por alguna razón, el corazón me latía super fuerte, él no sabía que la cumpleañera era yo, y de igual manera sin conocerme, tuvo el detalle de regalarme algo.

Abrí la cajita y adentro había un papel y una pulsera hermosa con dijes de plata. No podía creerlo. Lo abrí para ver que decía adentro "Te deseo toda la felicidad del mundo, ojalá pases tu día con gente especial y hagas cada momento tuyo, nunca te guardes nada y espero que tengas un feliz cumpleaños", lo había escrito con su puño y letra. Me derretí al saber que era tan dulce, traté de imaginar que mas hubiera escrito si hubiese sabido que se trataba de mí ¿Habría escrito más, lo mismo, menos? Sus palabras rebotaban en mi cabeza, "nunca te guardes nada" parecía una señal divina que justo en ese momento me dijeran algo así, y más viniendo de él. ¿Tengo que hacerle caso? ¿Debo proponerme estar con el de nuevo?, sin duda tener intenciones de enamorar a tu profesor esta mal. Quería respetar la decisión de el de no acercarnos más, pero evidentemente no escuche... 

Mi Profesor (Benedict Cumberbatch y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora