Eva es una estudiante de 17 años aburrida de vivir en la monotonía de su adolescencia, hasta que un encuentro poco académico con su profesor de literatura la hace debatirse entre lo que esta bien y esta mal.
*Contenido explícito
Aquella noche no podía parar de pensar en el profesor Cumberbatch, en su perfume, sus ojos, sus manos que parecían ser tan delicadas y fuertes a la vez, su voz y ese accidental beso... me morí de vergüenza cuando paso pero no me arrepentía, ojala pudiera pausar el tiempo y detenerlo cuando toque sus labios, sentí que me estaba besando, pero el solo tuvo intenciones de besarme la mejilla para saludarme... me sentí absurda pensando en el como si fuera un chico mas de la escuela, aunque a la vez, esa imposibilidad, me causaba mucha más adicción y comencé a preguntarme, ¿El seria capaz de estar conmigo? Y esa misma noche, me propuse a no quedarme con la duda.
Una nueva mañana de clases, un nuevo día que tengo a solas con el profesor Cumberbatch pensé, y me decidí a averiguar sobre su vida...
-Hola fea -dije saludando a Cata mientras le daba un beso en la mejilla.
-¿Qué hiciste a noche que no me contaste nada acerca del profe sexy? Estoy ofendida con vos seguro le estuviste contando todo a Máximo. -dice ofendida e irónica.
-Sinceramente, me dormí -dije riendo
-¿Ahora se le dice dormir tener pensamientos sucios con el profe? -dice Cata codeándome.
-¡Dios no me hagas acordar, el turbio a quien le gustan mayores es Máximo no yo! -dije revoleando los ojos.
-Y al parecer vos también, no te culpo a mi ese hombre también me provoca cosas... -dice Cata mirándome fijamente.
-¡¿Qué te provoca?! -dije al instante y Cata se hecha a reír.
-Ganas de gritarle que por favor me apruebe en literatura, amiga ese hombre nos esta matando a tarea, tú la tienes fácil porque te manda menos por el concurso ese. -dice bofeando y yo reí.
-Pues sí, además de tener menos tarea tengo el privilegio de pasar tiempo con el encima... -Cata hace una expresión de sorpresa.
-No lo puedo creer, admitiste algo por primera vez en tu vida, esto se merece un buen shot de vodka -dice Cata mordiéndose los labios.
-Vos si que me llevas por mal camino -dije riendo
-Y vos me diste una idea excelente, el viernes a la noche tenemos que salir los tres, para festejar que entras al concurso ese y de paso que ganas porque eres un cerebrito -dice codeándome entusiasmada.
-¿Vos decís? Puede ser, hace mucho no salimos -dije pensándolo.
-Pues obvio, y después vienen a dormir a casa, pero tu duermes con Máximo porque la otra vez se la paso echándose pedos el asqueroso, no sé cómo hace Jonnathan para aguantarlo. -reímos haciendo expresión de asco. -Máximo se acerca.
-¿Hola mis nenas estaban hablando de mí? -sonríe burlonamente.
-Si, de los pedos que te tiras -dice Cata riendo y yo no pude contener la risa.
-Dios los amo, me tengo que ir al baño después los veo -dije saludando a Máximo y Cata.
Caminando hacia el baño se acerco un chico de segundo año diciéndome que un profesor me buscaba en la sala, así que enseguida fui.
-Hola? -dije abriendo la puerta.
-Señorita Lovatelli, tengo malas noticias, siéntese. -Dice el profesor Cumberbatch.
-¿Qué paso? ¿Es sobre el concurso? -dije asustada.
-Pues sí, la fecha limite se supone que era hasta el final de la semana, y la acaban de cambiar a mañana. Me temo que no tenemos más opción que retirarnos del concurso... -dice tristemente.
-¡¡No, no puede ser!! -Dije triste. -Tiene que haber algo que podamos hacer, me quedare mas horas de clase si es necesario, ayer trabajamos muy bien, podemos trabajar el doble si quiere, pero no rendirnos. -Sonríe.
-Me sorprende su compromiso señorita, por supuesto que yo no podía obligarla a quedarse mas horas con este viejo aburrido estudiando, pero si usted quiere, podemos quedarnos hasta la noche y terminar el texto. -dice mirándome fijo mientras revuelve su té.
-Si, por supuesto, ¡todo lo que quieras! -dije entusiasmada. -¿Se puede quedarse hasta tarde en el colegio? No sabía. -dije perdida.
-Pues eso no sé, no se olvide que soy nuevo -dice sonriendo. -Puedo preguntar y sino no hay problema, iremos a mi casa. -dice probando un sorbo de té.
-¿A su casa? No hay problema. -dije sorprendida y feliz. Toca el timbre.
-Bueno, hasta entonces, nos veremos al final del día señorita Lovatelli. -dice sonriendo.
-Adiós profe. -cierro la puerta suavemente mientras pienso en sus palabras, ¿a solas con él en su casa? Era mi oportunidad de saber más de él.
El día siguió su curso con normalidad, tuvimos una entretenida clase de química donde nos pusimos a preparar dulce de leche, estaba agrio, pero fue divertido. Cata y Máximo empezaron a tirarse cucharadas mutuamente, casi los mato cuando me cayo una a mi en el pelo, se supone que a la noche me voy con el profesor, no puedo oler a dulce de leche agrio y quemado pensé. Asique salí del colegio lo más rápido que pude para poder ir a bañarme, esta vez me pase crema y perfume por todo el cuerpo, por alguna razón, tenia el pelo mas sedoso que nunca, me untare mas seguido dulce de leche pensé.
La hora de encontrarme con el profesor Cumberbatch ya casi llegaba, solo me faltaba cambiarme y como siempre, no sabía que ponerme, tenía que estar linda pero no exagerar, así que empecé a revolver todo mi placar y decidí usar una pollera al cuerpo de jean, un cinturón con tachas y una remera básica blanca con unas botitas bajitas, estaba divina me dijo Betty cuando baje, ella siempre era un amor conmigo.
Cuando entre al colegio vi al profesor Cumberbatch caminando de espalda hacia la sala de profesores.
-Profe!! -dije gritando.
-Ah ahí estas, me leíste la mente justo te estaba buscando. -me dice y me mira de arriba abajo. -Y también te cambiaste veo...
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-Pues sí, Catalina y Máximo en la clase de química me llenaron de dulce de leche el pelo, no podía andar así por la vida. -dije riendo y el sonrió.
-Obvio no, una dama como usted siempre esta presentable -dijo irónico. -Bueno, ¿Vamos señorita Lovatelli?
-Si, vamos. -dije y comencé a caminar al lado de él. Mientras lo miraba de reojo no podía evitar mirar lo bello que era, esos ojos...
-Por aquí. -dijo abriendo la puerta de su auto.
-Que caballero. -dije mientras me sentaba en el asiento de al lado y él sonrió.
En el camino casi no hablamos, el estaba muy concentrado en el camino y cada tanto hacia algún comentario aleatorio sobre el día, el clima, la gente estúpida que cruzaba, es muy simpático pensé. Y yo no podía dejar de imaginarme como iba a ser su casa, ¿vivirá solo? ¿tendrá perro? ¿estará aseada? ¿tendrá novia? Hasta que llegamos.
