Mi Profesor (Benedict Cumberbatch y tú)

Capitulo 12

Un rayo de luz del sol entro por mis ojos, desperté de inmediato sintiéndome feliz y percibí como la mano del profesor Cumberbatch rodeaba mi cintura, podía sentir nuestros cuerpos desnudos pegados, su respiración en mi cuello y como su perfume embriagaba mi sentido del olfato. Sin duda el despertar mas bonito que tuve, pensé. Me di vuelta sin soltar su mano y observé como sus rizos caían armoniosamente sobre su rostro, lucia tan bello con la luz dorada del sol en su cara, dormía como un bebe. Por un momento había olvidado todo, solo éramos el y yo apartados del mundo y de todos.

-Buen día preciosa. -dijo el profesor Cumberbatch observándome con sus ojos achinados.

-Buen día, no quise despertarte... -le contesto mientras acaricio sus rizos y él sonríe.

-Qué bonito despertarse así -dijo y comenzó a abrazarme y darme besos.

-Lo mismo digo. -le respondo correspondiendo sus besos.

-¿Quieres desayunar? -me pregunta. -Además de profesor también cocino excelente. -agrega sonriendo.

-Sii -digo entusiasmada. -¿Quieres que te ayude? -le pregunto y el asiente mientras se pone de pie.

Nos pusimos a cocinar y reír como si fuéramos dos adolescentes enamorados, el comenzó a revelarme cosas sobre su vida, sentí que de verdad empezaba a conocerlo, y cada vez, me gustaba más.

-Eres tan hermosa. -dijo Benedict agarrando mi cara mirándome con ojos de cachorrito, me sonrojé y solo pude contestar de la mejor manera que se me ocurrió, besándolo.

-El desayuno está listo. -dice a centímetros de mi boca mientras tomaba mi cara entre sus manos, nuestra respiración estaba agitada y yo solo quería que me besara de nuevo.

-Puede esperar. -lo bese inmediatamente de nuevo y el me tomo por mi trasero alzándome a upa, rodee su cintura con mis piernas mientras sus manos no dejaban de tocarme y me tiro al sillón salvajemente olvidando que el tiempo existía, estaba por suceder de nuevo, los dos deseábamos nuestra piel más que nunca y no parábamos de besarnos descontroladamente hasta que mi teléfono sonó.

-No puede ser. -digo yo agitada.

-Sera mejor que atiendas, así volverás conmigo lo mas pronto... -me responde pasando sus manos por todo mi cuerpo. Me levante para atender el teléfono y tenia llamadas perdidas de mi madre y Cata preguntando por mí.

-Eva, ¿A que hora piensas volver? -pregunta mi madre en tono enojado, no había notado que pasamos casi todo el día durmiendo, cocinando y besándonos, haciendo el "desayuno", eran casi las 16:00 de la tarde.

-Em, en un rato, no te preocupes. -respondo mirando a Benedict.

-No, quiero que estés en casa YA, le diré a Peter que pase por la casa de Catalina a recogerte. -dice mi madre tajante.

-¡NO! -respondo casi gritando. -Es que, nos despertamos hace un rato y todavía no merendamos... déjame terminar mi te y voy yo, no te preocupes. -digo un poco más calmada.

-Esta bien... entonces ¿Vienes tu? No le digo nada a Peter. -pregunta mi madre.

-Sisi, déjalo tranquilo pobre Peter, en un rato voy, no se hagan problema. -le respondo y corto. Miré a Benedict y estaba sentado mirándome fijo esperándome. -Creo que me tengo que ir... -digo triste.

-Pues sí, te tienes que ir... -se para y se acerca a mi lentamente. -Pero no ahora. -me arrima contra el y me besa fuerte. Esta vez nos dirigimos a su habitación a los besos, nuevamente estábamos ahí, desnudos, el encima mío besándome por todas partes, lo disfrute como si hubiera sido la primera vez y mi mente no paraba de volar, cada vez que lo sentía adentro de mí, lo miraba para asegurarme de no estar soñando, sus movimientos y jadeos eran perfectos. Me puse yo arriba y tome el control, su cara no dejo de hacer expresiones de satisfacción cada vez que yo me movía y saltaba, sus manos apretaban mis caderas y trasero contra el mientras ambos gemíamos fuerte, sin notarlo, de alguna manera, nos estábamos haciendo adictos a esto...