Mi Profesor (Benedict Cumberbatch y tú)

Capitulo 7 (La fiesta -1era parte)

Lo que paso con el profesor Cumberbatch no paraba de dar vueltas en mi mente, no podía dejar de pensar en su beso, en cómo me tocaba, es tan adictivo sentir sus manos en mi cuerpo, todavía puedo oler su perfume en mi ropa, puedo sentir como me besaba y me alzaba a upa tocando mis piernas y apretando mi trasero.

Sus palabras sobre lo mal que estuvo y no volver a hablar del tema rebotaban en mi mente, por mas que me doliera, tenía razón, no tendría que pasar algo así pero paso, y no pudimos hacer nada, la tensión sexual y la conexión que hay entre ambos es inevitable, me va a costar demasiado verlo como nada mas que mi profesor, necesito derretirme en sus brazos, que sus besos me consuman y sentir sus manos en mi cuerpo otra vez, no paro de pensar en él, creo que estoy comenzando a sentir cosas por él, pensé.

-¿En que estas pensando hija? -dijo mi madre mirándome extrañamente. Me interrumpió completamente en mis pensamientos.

-No en nada, en algo de la escuela. -dije sin darle mucha importancia. Ahora mas que nunca debo disimular, no quiero que él tenga problemas, yo tampoco quiero tener problemas, debía alejarme de él como sea.

-Mm esta bien. -dijo sin creerme mucho. -Tienes que elegir algo para tu cumpleaños, no lo olvides. Le diré a Betty que te ayude a elegir algo lindo, tus 18 son igual de importante que tus 15. -dijo mientras me acariciaba la mejilla.

-Si está bien, ¿Quiénes vendrán? No quiero que sea una fiesta enorme. -dije mirándola amenazante.

-Tus amigos, algunos amigos de la familia, tu padre. -dijo revoleando sus ojos.

-¿Papa vendrá? -dije sorprendida, el casi nunca esta en el país, la ultima vez que lo vi fue en navidad y pasaron unos dos meses, pensé.

-Si y con la noviesita de turno. -dijo bofeando y yo reí.

-¿Sigues celosa? Se divorciaron hace tres años. Igualmente, él no te merece. -dije abrazándola.

-Nadie nunca es suficientemente bueno, nunca te conformes hija. -dijo mientras me abrazaba también. Y solo se me vino a la cabeza el profesor Cumberbatch, el si era lo suficientemente bueno para mí.

Cata y Máximo vinieron a mi casa el día anterior del "gran día", por alguna razón a mi familia le encantaba hacer lo de los cumpleaños una gran ceremonia como si fuéramos la familia real inglesa, y mas que nada cuando se trataba de mí, su única hija.

-Tu mama es genial, ojalá la mía me diera una tarjeta de crédito con extensión, ¿No querrá adoptarme? -dijo Máximo mientras miraba los vestidos que mi madre me había regalado.

-La señora Lovatelli te desheredaría al instante después de ver lo sucio que eres. -dijo Cata riendo, yo seguía sin aportar nada a la conversación. -Alguien se encuentra en júpiter. -dijo Cata mirándome.

-Perdón, estoy distraída nada más. -dije riendo queriendo convencerlos.

-Mm a mi no me engañas mi ciela, estas con la cabeza pensando en el profesucho ese. -dijo Máximo cruzando los brazos.

-¿Fuiste a verlo al final? No nos contaste nada. -dijo Cata mirándome fijo.

-Si, pero no estaba en su casa. -mentí, obviamente. No quería seguir hablando del tema, no podía disimular más, me moría de ganas de contarles lo que había pasado, pero le prometí al profesor Cumberbatch que no diría una palabra. Ambos me miraron con cara de no creerme nada, pero no hablamos mas del tema.

Me ayudaron a elegir un vestido hermoso, era largo, rojo con un tajo en la pierna, me marcaba la figura y hacia resaltar mi cabello rubio, sin duda era perfecto. Me ayudaron a elegir unos tacos negros de aguja que me hacían caminar horrible, pero quedaban bonitos. Nos quedamos hablando toda la noche sobre tonterías, bailando, riendo y haciendo de las nuestras hasta que finalmente nos dormimos.