Capítulo 21

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Luego de poder calmar un poco mas a Jerry bajamos a la fiesta fingiendo que todo estaba bien, empecé a notar la sutil presión que su padre le ejercía cada vez que hablaban o simplemente al poner su mano en su hombro, un claro ejemplo de situación de poder.

-¿Quieres que ya te lleve a tu casa? -pregunta Jerry cansado.

-Si por favor. -le conteste al instante. Era demasiado actuar simpática con extraños por hoy, necesitaba acostarme en mi cama y hundirme en mis sabanas.

-Esta bien. -dice Jerry y nos dirigimos a la salida. Saludamos a toda persona que se nos aproximaba y nos fuimos. En el camino de vuelta no hablamos demasiado, creo que el silencio era lo mejor que le podía ofrecer, el sabia que tenia todo mi apoyo y desde ahora, yo tenia la de el.

-Perdón nuevamente por haberte obligado Eva, en serio estoy muy apenado por lo que hice. -dice Jerry disculpándose.

-No te preocupes Jerry, no estoy enojada y no tienes la culpa de nada. -le dije agarrando fuerte su mano y me miro tiernamente. -Mañana hablamos sobre eso ¿Si? -le conteste y el asintió.

(...)

El silencio comenzó a apoderarse del viaje y note como Jerry me miraba indisimuladamente de reojo, sin dudas tenia dudas.

-Bien, ya esta dime, ¿Qué me quieres preguntar? -le pregunté y suspiro aliviado.

-Uff, ¿Por dónde empezar? -pregunta apretando las manos en el volante. -Pues, ¿Cómo es que paso? Es decir, ¿El te indujo a eso? ¿Fuiste vos? ¿Cuándo comenzó? ¿PASO EN LA ESCUELA? -agrega exaltado con los ojos enormes.

-Cálmate! -le dije riendo. -Fuimos ambos creo... cuando algo así ocurre es muy difícil determinar cuando empezó, simplemente pasa y sin darte cuenta estas sumergida en una relación imposible y a escondidas.

-¿Entonces eso son? Creí que solo tenían sexo- contesta Jerry y me quede pensando en sus palabras, no podía responder a esa pregunta porque ni yo sabia exactamente que éramos.

-Sí. -respondí vagamente y continuamos hablando de trivialidades.

Entre a mi casa casi en puntitas de pie, no quería lidiar con mi madre y que me pregunte que tal sobre el nuevo chico en mi vida cuando el único que había era Benedict, y no es específicamente un chico.

-Al fin querida, veo que te la pasaste bien ¿no? -pregunta mi madre sacándome de mis pensamientos.

-Si, muy bien. Me voy a la cama. -dije volteando.

-¿No vas a contarme nada? ¿Tu primera cita y así me dejas? -dice mi madre decepcionada.

-No fue una cita ma, bueno, no la llamaría así, nos divertimos. -le dije tratando de convencerla, pero me estresaba tener que mentirle todo el tiempo. Cada vez que hablábamos había una cosa mas que le tenia que esconder y una cosa menos que era verdad, no sabia como mirarle la cara.

-Esta bien, no te preguntare mas, entiendo. -dice decepcionada. Me partió el corazón pero tenia que detenerla, si seguía mintiendo me iban a sudar las manos y ella se podría percatar. -Ah, casi me olvido. -agrega gesticulando con su mano. -Te llamo tu profesor de literatura un tal ¿Cumberbatch puede ser? -pregunta mi madre. Mi corazón empezó a latir agitadamente, mi madre debió darse cuenta de mi expresión porque acto seguido comenzó a preguntarme si tenia buenas notas. Me sentí muy mal de pensar que lo mas peor que mi madre se podía imaginar era eso y no que tenia una relaciona con mi profesor.

-¿Y qu-e? ¿Qué quería? -pregunte balbuceando.

-Hablar sobre el concurso, quería que le pase contigo pero le dije que estabas en una cita. -contesta y automáticamente me puse todavía mas nerviosa. Benedict no sabia sobre la amenaza de Bowers, no había podido comentarle ya que estuvo ocupado, ¡Debe estar pensando cualquier cosa! Pensé. ¡Tengo que llamarlo! Grite sin percatarme y mi madre respondió que no eran horas de molestar a mi profesor. 

Subí a mi pieza corriendo, mis piernas temblaban estúpidamente y no sabia por que, no había hecho nada malo pero la sola idea de imaginar a Benedict mal por mi culpa y por algo que no había hecho me hacia sentir horrible. Comencé a llamarlo y no contestaba, su numero no tenia tono. ¿Lo habría apagado? En todo el día no había sabido absolutamente nada de el y comencé a preocuparme.

Me bañe y me tire a la cama como nunca, físicamente sentía que podía correr una maratón pero mentalmente estaba destruida. Tantas mentiras y confusiones me estaban envenenando por dentro, quiero una relación normal con alguien normal, pensé. Y sin darme cuenta me dormí.

(...)

El fin de semana paso más lento de lo que hubiese imaginado, no había sabido nada de Benedict en dos días y la incertidumbre acerca de qué le pasaba me esta carcomiendo. No soy de esas personas que dejan un tema a la ligera, debo enfrentarlo, debía enfrentarlo. Lo llame y mande mensaje unas cuantas veces esperando respuesta y nada, ni siquiera había abierto mis mensajes y comencé a preocuparme. ¡Tengo que ir a verlo! Me dispuse.

Me prepare y cambie en tiempo record, tenia muchas ansias de verlo y enfrentar esta situación, saber por qué no me había llamado y entender qué pasaba por su cabeza. A esta altura me sentía yo la adulta de la relación queriendo arreglar el capricho de un adolescente.

-¿A dónde vas? -pregunto mi madre extrañada al verme tan eufórica poniéndome la campera.

-Voy a visitar a Cata. -respondí dudando. Me miro achinando los ojos analizándome pero me dejo irme.

El día estaba nublado y se sentía perfecto para mirar la ventana y sentirme como en un videoclip dramático con una canción de desamor de fondo, me tome el taxi y eso es exactamente lo que hice mientras pensaba en nuestra relación y practicaba dentro mío todo lo que le diría por ignorar mis llamadas y ser un inmaduro.

Antes de llegar finalmente la lluvia nos alcanzo, y al bajar del taxi me lamente por no haberme llevado un paraguas. Tocaba el timbre pero nadie contestaba ¿Habría salido?

Me decidí a esperarlo unos minutos más debajo de la lluvia, esto no podría ser mas dramático pensé. Hasta que una linda señora del edificio me vio dando lastima afuera de la puerta y me dejo pasar. Subí las escaleras determinada a esperarlo ahí, me sentía patética, pero no podía seguir más con esta incertidumbre. Al llegar a la puerta escuche la voz de Benedict. ¡Estaba adentro de su casa y no me había abierto la puerta! Sin duda me enoje, estaba por darme media vuelta y mandarlo a la ***. Pero escuché que una dulce voz de mujer lo acompañaba y me quede petrificada. ¿Estaba con alguien? ¿Quién era y por qué ella era razón por la cual me había ignorado todos estos días? Los escuchaba reír y cada carcajada era como una punzada dentro mío e inevitablemente mis lagrimas comenzaron a caer. ¿Me estaba engañando? 

Perdón por desaparecer tantos meses! estuve muy ocupada con la facultad y demás pero voy a retomar esta historia y continuar hasta el final, espero que me sigan leyendo <3. 

Mi Profesor (Benedict Cumberbatch y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora