≛ doce

1.8K 156 30
                                    

veιnтe de novιeмвre, doѕ мιl dιecιnυeve




¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.




DE MANERA INCREIBLEMENTE SARCASTICA, Chris le agradece a su hermano el que anunciara su repentina visita y mientras escucha las disculpas sinceras de Scott, ve como Stella y Miles juegan eufóricos junto a Dodger en el suelo del comedor.

Sin duda, estaba feliz de ver a sus queridos sobrinos, solo, hubiera deseado una llamada o un mensaje antes, para así no escandalizarlos con tal escena o más importante aún, no asustar a Ana.

El rostro preocupado de la joven cruza su mente y enseguida, su mirada se arrastra hasta donde la escalera se ubica y como si se tratara de algo místico, los pasos, suaves y cuidadosos se escuchan bajar.

En cuanto sus miradas se encuentran, el actor esboza una dulce, sentida sonrisa para la chica, quien aún mantiene aquel leve grado de timidez en su mirada, como también en la reserva amorosa que decora su sonrisa.

—¡Ana, lo siento tanto!— habla Scott en el segundo en que Ana se detiene cerca de ellos.

—No debes hacerlo, Scott. Todo está muy bien.— susurra ella con seguridad, realmente sentida por la preocupación que el hombre mostraba.

—Debí haber llamado.— se lamenta el hermano menor.

—Si debiste.— apoya Chris con voz pesada y algo cabreada, disfrutando del espectáculo que los pequeños y su mascota estaban dando.

Ana niega suavemente a su actitud, para después volver a observar a Scott y sonreírle con una dulzura inmensa.

—No ha sido nada, Scott. No te preocupes.— dice ella. —Además, pudo haber sido peor, ¿no?— aquello lo susurra de manera casi secreta, obteniendo la atención y reacción que espera del hombre.

—¡Ni que lo digas!— concuerda él dirigiéndole una sugerente mirada a la joven quien no puede más que contener su propia risita, todo ante la lasciva actitud del actor hacia ella.

Ella alza una ceja al notar como la vigila, deslizándose sus labios en un igual provocativo gesto y el actor pide por serenidad. Respira profundamente y deja después el aire escapar con fuerza, encantado por ella y su tan privada interacción.

—¡Tío!— la pequeña Stella vuelve a abalanzarse contra los brazos de su tío quien la sostiene con una facilidad ya acostumbrada, escuchando pronto más palabras de su parte.

LA CHICA   ▪︎   CEVANS (#1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora