≛ dιecιocнo

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﹝ caтorce de dιeмвre, doѕ мιl dιecιnυeve




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LAS MANOS DE ANA juegan con la espesa espuma que les rodea, mientras sus ojos cafés siguen cada suave movimiento de las manos del actor.

Debajo del agua, él ha tomado uno de sus pies y lo ha sacado a superficie, comenzado después a dar un masaje que produce más cosquilleos que algún indicio de relajación en la joven. Su risita se escucha y él la adora, no permitiéndole que se aleje.

—¿Me has extrañado?— pregunta él con una osadía que Ana admira, porque ha sonado como si conociera la respuesta y únicamente está preguntando para su propio capricho.

Luego de que Ana contará la gran noticia esa noche, no mucho se había podido hablar del tema. Esa misma noche habían dejado que sus besos y caricias borraran cualquier rastro que sus lágrimas habían dejado y al día siguiente, Chris se encontraba temprano subiendo a un avión esta vez con rumbo a Los Angeles.

Y era extraño. Durante esos tres días apartados, entre las breves conversaciones de texto y las prolongadas vídeo llamadas, era como si nada hubiera sido dicho. Como si ninguna decisión ya hubiera sido tomada.

Ana no sabía si era negación o miedo lo que los estaba haciendo actuar así, pero, sin duda, se sentía mucho mejor que abordar nuevamente el tema. Aquella noche de su confesión, había sentido un dolor que nunca antes había experimentado y aun cuando sería inevitable, no quería volver a enfrentarlo.

—Honestamente, ni siquiera un poco.— responde ella con una picardía que Chris toma y hace suya, viéndose reflejada en el azul tan profundo de sus ojos.

Como forma de castigo, él acerca su boca al empeine de su pie, el cual aún sujeta con fuerza y delicadeza, mordiendo de manera inofensiva parte de su carne. Ana chilla con entusiasmo, regalándole la más plena de las sonrisas al actor, mientras resguarda su pie debajo del agua, acomodándolo contra su cuerpo.

Vuelven a mirarse en un silencio que esconde susurros que quizás pronto podrían convertirse en gritos. Ellos lo saben, pero no importa. Disfrutan de esa tensión previa de sus cuerpos, del deseo que sigue únicamente creciendo. Aun así, antes de volver a ser esclavos de la cama, Ana sabe que debe intentarlo. Deben hablar sobre un futuro que no es nada prometedor.

—Debemos hablar.— anuncia ella y la respuesta del actor no demora.

—Hagámoslo.— concuerda, sin embargo, Ana conoce tanto de él ya.

LA CHICA   ▪︎   CEVANS (#1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora