≛ cιnco

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ANA SE DETIENE y recupera el aliento, mientras su curiosa mirada observa a través del ventanal pensando quizás en que era muy pronto.

Su ansiedad por volver a verle le había llevado al restaurant casi media hora antes de la hora programada y juzgando por el último mensaje recibido, donde él había dado a entender que tal vez llegaría tarde, no había podido frenar sus ganas de ir y esperar por él.

Cruza la entrada y la campañilla suena sobre su cabeza anunciando así su llegada. Siente como miradas fugaces se posan en ella y escucha el murmullo de voces por todas partes, lo cual la anima a caminar, pero, pronto vuelve a detenerse. Su corazón palpita con emoción y su sonrisa es tan grande que el gesto duele en su rostro.

Chris se encuentra en una de las mesas ubicadas en el rincón del restaurant, con un vaso de agua frente a él y una brisa llena de ansiedad le rodea. Ana da sus primeros pasos, sintiendo aquel cosquilleo especial en cuanto los ojos azules del hombre notan su presencia.

Inmediatamente, él se pone de pie y espera por ella. Su mirada se deslumbra ante la figura casual y hermosa de la joven a quien, con una cercanía y privacidad que incluso a él mismo le sorprende, recibe entre sus brazos, estrellándola con cuidado y besando su mejilla por primera vez.

Ana queda estática, tanto por lo inesperado del gesto como por su ardiente deseo de no querer apartarse de la comodidad que su abrazo le ha entregado.

Pestañea y aun se siente aturdida por su tan agradable aroma cuando le ve empujar la silla para ella, ayudándola a tomar asiento y desconociendo él totalmente lo amable que su gesto resulta ser.

Enseguida, la misma cómplice energía se apodera de ambos tal cual la noche anterior durante la cena. Hablan sobre sus ocupadas mañanas. Ella en el centro y él lo que fueron sus últimas actividades para promocionar ASP. Comentan sobre la recepción increíble que ha tenido y como las estadísticas del sitio reflejan el interés de una gran cantidad de personas quienes usan el sitio como la herramienta que es y eso tenía a todos detrás del proyecto inmensamente contentos y orgullosos.

Ana felicita su labor nuevamente, él agradece y trae a la mesa inmediatamente lo que han acordado la noche anterior. La mujer sonríe y le pide no sentirse comprometido, pero, dulcemente Chris la detiene, dejándole saber que el compromiso hecho no había sido una broma.

Quería realmente ayudar y el mejor día para comenzar le resultada ser ese mismo fin de semana, justo donde iniciaba el tiempo libre de dos semanas para él y el mes de vacaciones para ella.

Ana asiente, dispuesta a responder, sin embargo, por segunda vez son interrumpidos por el mesero, quien con una disculpa dibujada en el rostro se acerca a pedir sus órdenes. Tanto Ana como Chris ríen, se dirigen una apenada mirada bastante cómplice y cordial. Las ganas de escuchar al otro no les habían entregado un minuto de pausa para escoger lo que comerían.

LA CHICA   ▪︎   CEVANS (#1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora