≛ once

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LAS HERMANAS DEL ACTOR, Carly y Shanna, resultaron ser igual de encantadoras y entusiastas que sus hermanos y habían hecho sentir a Ana en un lugar seguro.

Con sus risas, anécdotas y preguntas tenían a la invitada entretenida y alejada de la reciente preocupación que se había instalado en medio de su corazón.

—¿Está todo bien?— la voz de Chris es un tranquilo susurro cerca de su oído, gesto el cual hace a la mujer despabilar y regresar a tierra.

—Si...— dice ella. —Lo siento.— una sonrisa, nerviosa y tembloroso, se deja ver entre sus labios.

—¡No te preocupes!— habla Shanna desde su esquina en la mesa, apuntando a todos a su alrededor al tiempo. —Todos en esta familia, menos Christopher, claro...— dice ella ocasionando que el aludido hiciera un gesto de apoyo a sus palabras mostrándose realmente alagado por la distinción. —Somos despistados por naturaleza.— Ana sonríe ampliamente y se encuentra enseguida con los ojos azules del actor en ella.

Su media sonrisa acompaña la belleza en su mirada, sin embargo, ella es capaz de notar la leve incógnita que esta guarda, también.

—¿Hace cuánto tiempo trabajas con Unicef?— vuelve a preguntar Carly, teniendo ahora la atención absoluta de Ana, quien no demora ni un segundo en saciar la curiosidad de los hermanos Evans.

Mientras ella habla, Chris observa cada gesto en su rostro. La manera cuidadosa en que sus labios se mueven a cada palabra o como intentan contener el bello gesto que es su sonrisa, y adora como sus pestañas se mueven a cada delicado parpadeo y como una de sus cejas de vez en cuando se eleva quizás en sorpresa o por sutil provocación. Esa última característica lo volvía loco.

Notaba su esfuerzo, también. Sabía que algo había sido anunciado en esa llamada que había recibido y tras pensar en que no era el momento, y mucho menos queriendo provocar algún otro problema para ella, no pregunto sobre el asunto, mostrándose paciente hasta encontrarse de regreso en su hogar.

La llamada termina y un suspiro pesado y profundo escapa de entre sus labios, alejando de inmediato el aparato de él, mientras abandona su estudio tan rápido como nunca antes lo había hecho.

Sus pasos lo dirigen directamente a la cocina donde se detiene y observa a su alrededor, echando una mirada incluso hacia la escalera, pensando en que podía estar arriba, sin embargo, el ladrido de su mascota le avisa que no es así. La puerta corrediza, la que da al patio trasero, se encuentra abierta en su totalidad y mientras se acerca, el actor es capaz de oír un poco más de la euforia de su querido amigo.

Chris apoya su cuerpo en el umbral de la puerta embelesado en cuestión de segundos en la relación tan amistosa que Ana y Dodger parecían haber entablado en un par de horas. Sonríe, dichoso por la alegría que siente en su mascota y en cuanto el sale corriendo en búsqueda de la pelota de plástico que Ana ha tirado lejos, sus ojos azules pasan a ella, notando el cigarrillo que sujeta entre sus dedos y que lleva a su boca para dar una chupada que casi lo termina.

LA CHICA   ▪︎   CEVANS (#1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora