Capítulo 17 || Parte 1

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El sábado llegó, la noche del viernes había llamado a mi madre para verificar mi estadía durante el fin de semana, Mason me preguntó si no iba a tener problemas en manejar cuatro horas y debido a que no iría en mi auto inservible, omití responder su pregunta y evadí el tema preguntando sobre si mi padre estaría disponible el domingo en la mañana.

Soy una cobarde lo sé, pero no me veía con las agallas de enfrentar a mi hermano diciéndole que no iría en mi auto y en su lugar mi sexy vecino me llevaría.

Sí, evadamos la parte donde le dije sexy a Nick.

Pero ¡vamos! Nadie puede hacerse de ojos ciegos si cualquier persona con dos dedos de frente, puede apreciar el físico de mi intrigante vecino.

Me levanté de la cama y me dirigí al baño, tenía que darme prisa para estar lista a las ocho y no hacer esperar a Nick, suficiente tengo con que se tome la molestia de llevarme a Boston con él.

Después de una ducha ligera, me vestí con la ropa que había dejado sobre mi cama, recogí mi cabello en una coleta alta. Cogí el pequeño bolso donde llevaba mi pijama y una cambio de ropa para el domingo, y salí de mi habitación. En la cocina me preparé un café y unas tostadas como desayuno, mi teléfono sonó y una notificación de una mensaje de Rebecca iluminaba la pantalla.

Becca:

«De verdad lamento no poder acompañarte, salúdame a tu mamá de mi parte, cuidate <3 »

Sonreí, dejé mi café a un lado para responderle a mi mejor amiga. El timbre sonó sobresaltándome, terminé mi café y corrí al baño a lavarme los dientes y de paso coger mi abrigo para salir, sin duda el otoño había arribado con todo su esplendor.

Abrí la puerta y Nick estaba frente a mí, vestía de forma casual, unos jeans negros y un par de botines color café vestían sus extremidades inferiores, mientras que una camiseta simple color gris y una chaqueta café adornaban su torso. Tuve que cerrar la boca de forma casi inmediata para evitar pasar una vergüenza.

—Buenos días —saludé.

Levantó la vista de su teléfono y me escudriñó con sus grisáceos ojos.

—Buenos días, Val —devolvió el saludo—. ¿Lista?

Asentí con la cabeza, cogí las llaves que estaban sobre la mesa cerca de la puerta y salí del apartamento no sin antes echar llave a la cerradura.

El camino hacia Boston estuvo sumergido en un silencio del cual no quería salir, el silencio nos sentaba bien a ambos y eso estaba bien, no quería arruinar el viaje con alguno de mis comentarios que al parecer, hacían exasperar al pelinegro.

El cartel que decía "Bienvenidos a Boston" me hizo sentir que ya estaba en casa, sólo faltaban cuarenta y cinco minutos más y estaría pisando mi casa.

—Cruza a la izquierda —le indiqué antes que pasara de largo, él asintió con la cabeza y giró el timón según mi indicación.

Otro silencio más.

Mi teléfono vibró dentro mi abrigo y lo saqué, un mensaje de mi hermano iluminaba la pantalla. Desbloqueé el teléfono para responderle que ya había entrado a la ciudad y faltaba poco para llegar.

—En la siguiente intercepción a la derecha —volví a indicar, pero esta vez él respondió.

— ¿Hace mucho no vez a tu familia? —preguntó con su ronca voz.

Suspiré.

—Desde septiembre que me mudé, mi hermano me visitó hace una semana. Pero no he visto a nadie que no sea él —respondí, por un momento pensé que no le interesaría mi respuesta pero me sorprendió al escucharlo preguntar nuevamente.

Perdidos En Las SombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora