Capítulo 19

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Llevaba sólo dos meses como estudiante de psicología, y estaba segura de una cosa: hay que saber llegar a las personas para que se abran contigo.

Y eso es precisamente lo que intento hacer con los hermanos Black, sobre todo con Nick.

Cuando Nick me pidió por favor que hablara con su hermana, me pareció una locura. Cuando me comentó el fin de mi intervención no lo encontré tan descabellado, pero quería saber la versión completa no porque sea de mi interés o sea una chismosa, más bien para saber en qué me estaba metiendo.

Hablar con la niña no fue difícil, pero tampoco fue fácil. Nick no mintió cuando me dijo que la pequeña es callada con personas extrañas, pero por alguna razón yo le inspiré confianza, y me dijo todo lo que Nick quería saber.

Dicen que una cualidad de los psicólogos es que usan la psicología en todas las personas sin que ellos se den cuenta, de esa forma es más fácil llegar a ellos y que se abran hacia ti, con Jasmine funcionó, pero Nick es otro caso.

Al chico al que sacarle la verdad a cucharadas, o sea de poco a poco. Hay que escarba para que él hable.

Y si yo seré parte de esto, tengo que saber la verdad. Pero tampoco le suplicaré que me cuente todo, no obstante, quiero saber lo esencial; saber en qué me estoy metiendo y qué juegos estamos jugando.

Y quería saberlo por el mismo Nick, en últimas instancias tengo a Taylor, pero quiero que salga de él.

—Está bien, te contaré la historia.

Solté el pomo de la puerta y me reacomodé dentro del asiento del auto.

—Pero no aquí, vamos a mi apartamento —cogió sus cosas y salió del auto.

Lo imité y salí del vehículo también.

Nos adentramos al edificio y saludamos al señor Porter que se encontraba sentado en el sofá del lobby como acostumbraba hacerlo.

Nos subimos al ascensor y en silencio llegamos hasta el tercer piso, recorrimos el corredor y pasando la puerta de mi apartamento, llegamos al suyo.

Colocó el saco del traje en el perchero junto a la puerta, dejó su maletín sobre uno de los sofás y caminó en dirección a la cocina.

Sacó una jarra con agua de la nevera y sirvió dos vasos entregándome uno.

— ¿Y bien? —Bebí un sorbo del líquido y lo miré fijamente.

Nick se bebió la mitad del vaso casi de un sorbo, recogió las mangas de su camisa manga larga y pasó una mano por su cabello despeinándolo.

Respiró profundamente y me miró a los ojos.

—Jasmine nació cuando yo tenía doce años, recuerdo haber estado emocionado cuando mi madre me dio la noticia que tendría una hermana —comenzó —, pasaron tres años y cuando yo tenía quince mi madre enfermó, un problema en una de las venas del corazón, estaba dañando su corazón poco a poco.

» Mamá se sometió a muchos tratamientos que poco a poco le iban haciendo efecto. Pasó dos años yendo y viniendo del hospital, haciéndose estudios tomando sus medicamentos, dos años después los medicamentos empezaron a hacerle efecto y ella estaba mejorando. Dejó un par de tratamientos que ya no fueron necesarios y comenzó a recuperar su vida normal.

Hizo una pausa en la cual tragó saliva como si se le dificultara hablar. Bebió más del agua vaciando el vaso y vertiendo más sobre éste.

—Mis padres habían tenido una buena relación, sin embargo siempre supe que algo malo iba entre ellos dos. Meses después ellos tuvieron una discusión fuerte, recuerdo que yo regresaba de la escuela cuando los escuché discutir, Jasmine estaba sentada en las escaleras de la casa con lágrimas en los ojos.

Perdidos En Las SombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora