Capítulo 16

92 9 2
                                    

¡Maldita sea!

— ¿Y ahora que haré? —resoplé.

Resulta que mi auto había sido una pérdida de dinero.

No tenía ni una semana usándolo cuando se  ha descompuesto y he quedado varada en medio del estacionamiento de la universidad.

Esto es demasiado vergonzoso.

—Si gustas Val, Puedo llevar tu auto al taller de un amigo —sugirió Derek.

—Te llevaré al trabajo —añadió Rebeca.

¡Dios!

Tenía ganas de golpear algo en este momento.

¡No puedo creer que perdí mi dinero en un auto que me salió defectuoso!

Mason me matará.

—Está bien —asentí—, gracias.

Le entregué las llaves de mi auto a Derek y éste como pudo encendió el auto y se fue hacia el taller.

Espero el auto tenga solución y no haya gastado mi dinero en vano.

—Vamos Val.

Me monté en el auto de mi mejor amiga y ésta  nos puso en marcha hacia la librería.

Había sido un buen día, aprobé mis exámenes y tenía confirmado por parte de mi madre una visita a Boston el fin de semana, claro no todo podía ser perfecto, la descomposición de mi auto fue la nube gris en mi día.

—No te desanimes Val, tal vez tu auto tenga remedio y en unos días lo tendrás de vuelta —me animo Beca.

—Claro, mientras tendré que llamar a Mason para que venga por mí el sábado y me lleve a casa de mi madre —resoplé.

—No seas negativa, sabes que el sábado es mi día libre, puedo llevarte a casa de Susan y luego llegar el domingo por ti —se encogió de hombros.

— ¿Harías eso? —pregunté esperanzada.

Si Rebeca lo hacia, la amaría aún más de lo que ya lo hago.

—Claro que sí tonta, no es problema. Además, le haría una sorpresa rápida a mi madre y sé que le encantará.

Sonreí.

Al parecer no es un mal día después de todo.

O tal vez sí.

—Gracias Beca —cerré la puerta del auto luego de  bajarme.

—No agradezcas, te veo mañana.

Me despedí de mi mejor amiga y la vi alejarse por la calle, di media vuelta para adentrarme a la librería y Jason me esperaba del otro lado de la puerta.

—Tienes que irte —zanjó en el momento en que puse un pie adentro.

— ¿Qué?

—Tienes que irte, hay un problema con la electricidad y nada funciona, el técnico está adentro revisando y el jefe está rojo de la furia, dio el día libre al personal. Puedes irte.

Un día libre no sonaba mal..., si tuviera un auto en el cual movilizarme.

Asentí confundida y salí del local.

¿Y ahora que hago?

Revisé la hora en mi teléfono y aún era temprano, podía regresar a mi apartamento y estudiar lo que resta de la tarde.

Pero resulta que hoy no me apetecía pasar encerrada toda la tarde en las cuatro paredes de mi casa.

Camine en dirección recta de la calle y llegué a una cafetería que había visto antes pero no había tenido el tiempo de conocerla bien.

Perdidos En Las SombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora