Capítulo 20

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Me desperté diez minutos antes de que la alarma sonara.

Y es que no pude dormir sino hasta casi las tres de la mañana; nuestro encuentro con Nick en la cocina me había dejado pensando todo el día. No me concentré mientras estudiaba y tuve que mentirle a mi madre para encubrir lo distraída que estaba.

A más no poder evitarlo, me levanté de la cama y me dirigí al baño para tomar una ducha y alistarse para un nuevo día en la universidad.

Preparé un poco de huevos revueltos para el desayuno y no podía faltar mi café.

Hoy era lunes, mi primera clase comenzaba a las 8:30 am, pero por cuestiones del destino, el profesor nos había avisado por correo ayer en la noche que no podría impartirnos la clase hoy, por lo que tenía libre hasta 9:45 que comenzaba mi segunda clase antes del periodo libre antes del almuerzo.

Estaba terminando de fregar el plato y la taza que había utilizado, cuando el timbre del apartamento sonó.

Me sequé las manos y fui hasta la puerta para saber quién tocaba a estas horas de la mañana.

—Buenos días, Val.

La figura de Nick se encontraba al otro lado de la puerta. Lucía un pantalón jean negro y una camisa de cuello de tortuga color gris, por supuesto sus infaltables botines calzaba sus pies.

—Buenos días, Nick —le devolví el saludo con una pequeña sonrisa de lado.

—Yo me preguntaba si... —se aclaró la garganta y me miró a los ojos. Escenas de  nuestro encuentro de ayer llegaron a mi cabeza de forma casi inmediata—. ¿A qué horas tienes tu primera clase?.

Vi el reloj que tenía colgado a un lado de la puerta, recién eran las 8:15 am.

—Nueve cuarenta y cinco.

— ¿Necesitas que te lleve?

Lo observé unos segundos, una sonrisa se me escapó de los labios y negué con la cabeza.

—Dame cinco minutos —contesté finalmente y agregué —: Puedes pasar.

Dejé la puerta abierta y me encaminé al baño para lavarme los dientes y terminar de arreglar mi cabello.

Cogí mi chaqueta y mi mochila, mi teléfono y las llaves y salí del apartamento junto a Nick detrás de mí.

Salimos del edificio y nos montamos en su auto en dirección hacia la universidad.

Estaba casi segura que Nick quería hablar conmigo sobre lo sucedido ayer en la tarde.

Y no me equivoqué.

Llegamos a la cafetería de la universidad, Nick pidió un café y yo, como recién había desayunado, busqué un lugar dónde sentarnos.

Nick le dio un sorbo a su café, luego levantó su mirada y posándola sobre mis ojos.

—Nick, sobre lo de ayer...

—Valerie, yo lo siento —se adelantó a decir.

Una ráfaga de decepción me inundó.

Porque yo no lo sentía.

Y no sé si haré bien o no, pero no podía quedarme con las palabras estancadas en mi garganta.

—Yo no lo siento, Nick.

El rostro de Nick se enserió y pude ver que estaba unos tonos más pálidos de lo normal.

Mi teléfono sonó, cortando la tensión que se había formado entre nosotros.

Era una llamada de Taylor.

Perdidos En Las SombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora